La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner rompió su silencio público con una contundente “carta abierta” dirigida al presidente Javier Milei, publicada a través de sus redes sociales. En el texto, advierte que el plan económico del gobierno es una “bomba de tiempo” y traza un duro paralelismo con la gestión de Mauricio Macri, señalando directamente al ministro de Economía, Luis Caputo, como el nexo entre ambas administraciones.
La exmandataria comienza su misiva cuestionando el optimismo presidencial. “Ay Milei… ¿En serio que lo peor ya pasó? Daaaale!”, ironiza, recordando que esa misma frase fue utilizada por Mauricio Macri en 2018, justo antes de que la crisis económica se agravara y su gobierno tuviera que recurrir al Fondo Monetario Internacional. Para Kirchner, la situación es “todo tan igual” que destaca un hecho central: “el mismo que manejaba las finanzas y el endeudamiento en el gobierno de Macri, hoy es tu Ministro de Economía… si, el inefable Toto Caputo”.
En su análisis, la expresidenta descalifica el superávit fiscal celebrado por el oficialismo, asegurando que el supuesto “equilibrio” se sostiene sobre bases muy frágiles. Sostiene que se financia con “endeudamiento en dólares y emisión monetaria presente y futura”, un esquema que, según ella, está “reventando la actividad económica” con tasas de interés impagables. Desde su oficina en el Instituto Patria, lanza una grave advertencia: “Una verdadera bomba de tiempo… el tic tac ya puedo escucharlo desde San José 1111”.
Kirchner también se hace eco del impacto social del ajuste. Afirma que la ciudadanía ya comprendió que la “motosierra” no era para la “casta”, sino que el recorte impacta directamente en “sus puestos de trabajo, sus salarios, sus jubilaciones, sus medicamentos, su comida”. Al mismo tiempo, denuncia que mientras se ajusta a la población, “las comisiones eran para tu círculo cercano y los cargos para lo peor de la casta más rancia… la que juraste combatir y ahora aplaude en primera fila”.
Finalmente, la carta cierra con un tono de consejo personal y directo, recordando el día de la asunción presidencial. “Acordate lo que te dije de los dogmas y los prejuicios el día que te tomé juramento como Presidente”, escribe, para luego pedirle un cambio de rumbo. “Haceme caso… largá los libritos de la Escuela Austríaca, que la Argentina necesita una política económica realista que contemple los verdaderos intereses del país y de su pueblo”, concluye.