La expresidenta Cristina Kirchner comenzó a utilizar la tobillera electrónica este jueves. Esta medida fue dispuesta por la Justicia Federal, tras la ratificación de su condena por la causa Vialidad.
Según lo informado por Infobae, un comisario de la Policía de la Ciudad fue el encargado de notificar el inicio del cómputo de la pena y de colocar el dispositivo en su domicilio.
Previamente, este martes una delegación de la Policía de la Ciudad le tomó las huellas digitales de forma manual y le leyó un acta donde se le comunicaba formalmente su detención domiciliaria y las reglas de conducta que debe mantener.
Cómo funciona la tobillera electrónica
El dispositivo que utiliza la ex jefa de Estado es sumergible, hipoalergénico, resistente al polvo y está diseñado para no interferir en las actividades cotidianas del usuario.
Este aparato no funciona de manera aislada. Es parte de un sistema que combina la tobillera electrónica, considerada una unidad transmisora, y una unidad domiciliaria instalada en la vivienda, similar a un teléfono celular que funciona como localizador o GPS.
La tobillera transmite señales codificadas por radiofrecuencia, informando constantemente si está correctamente colocada, si existen intentos de manipulación, el nivel de batería y si se mantiene dentro del rango de la unidad domiciliaria.
La unidad transmisora tiene una vida útil de 104 semanas y es reemplazada cada año. Además, solo puede ser retirada por orden judicial.
Tobillera electrónica: monitoreo las 24 horas
La clave del sistema radica en su capacidad de monitoreo constante y en tiempo real. Ambos equipos (tobillera y unidad domiciliaria) se comunican directamente con el Centro de Monitoreo del Ministerio de Seguridad de la Nación, que opera de manera ininterrumpida, las 24 horas del día y los siete días de la semana.
El sistema de radiofrecuencia para el monitoreo en tiempo real está compuesto por dos teléfonos celulares: uno que puede recibir llamadas en cualquier momento, y que la expresidenta debe atender obligatoriamente, y otro que controla el perímetro de movimiento.
Si se detecta una violación del arresto domiciliario, el sistema emite una alerta inmediata. Además, el dispositivo inicia comunicaciones automáticas con los servidores del centro de monitoreo para reportar eventos relevantes, como salidas no permitidas, ingresos a zonas prohibidas o desconexiones.
La unidad domiciliaria, por su parte, puede actualizarse de forma remota, dispone de una batería de respaldo para asegurar su funcionamiento ante eventuales cortes de energía y avisa con antelación cuando requiere ser reemplazada, permitiendo a las autoridades anticipar cualquier inconveniente técnico.
Actualmente, la Dirección de Asistencia de Personas bajo Vigilancia Electrónica supervisa alrededor de 5.000 casos de individuos que cumplen arresto domiciliario con este tipo de dispositivos en Argentina.