Con las nueve alianzas ya presentadas para competir en Córdoba en las elecciones legislativas del 26 de octubre, el tablero político comienza a tomar forma, aunque aún falta una fase clave: la oficialización de candidaturas, tanto dentro de las coaliciones como en los partidos que jugarán en solitario. Con ese marco, los pronósticos anticipan un escenario de fuerte polarización entre los dos oficialismos: la fuerza nacional de Javier Milei, La Libertad Avanza; y Provincias Unidas, el nuevo sello del peronismo cordobés liderado por el gobernador Martín Llaryora.
El cierre de alianzas concentró altas expectativas, a diferencia de otras oportunidades en que casi fue un trámite burocrático. Aunque son nueve las coaliciones inscriptas, se esperan más opciones en la contienda, ya que los partidos que van por cuenta propia tienen plazo hasta el próximo domingo (17 de agosto) para registrarse junto a sus listas de candidatos. La pelea recién empieza, y el clima ya se siente cargado.
En la oficialización de las coaliciones de partidos trajo novedades, algunas resonantes. Una fue que La Libertad Avanza se inscribió como alianza, sumando aliados como el juecismo (Frente Cívico), un movimiento que sorprendió a propios y extraños.
En tanto, el oficialismo provincial dejó atrás el clásico sello Hacemos por Córdoba para lanzarse con una nueva marca: “Provincias Unidas”, buscando ser un reflejo local del espacio nacional que lanzaron cinco gobernadores, entre ellos, Llaryora.

Otro dato que sacudió el tablero fue la confirmación de la diputada peronista Natalia de la Sota, quien se anotó con su propio espacio: Defendamos Córdoba. Un paso que marca, por primera vez, una escisión visible dentro del PJ cordobés, encabezada por una dirigente con peso propio, un apellido simbólico para muchos peronistas cordobeses.
Mientras tanto, la interna feroz entre el radicalismo y el PRO terminó por desarmar cualquier posibilidad de alianza. Tras conflictos que llegaron a la justicia electoral federal, ambas fuerzas quedaron solas, obligadas a competir de manera individual.
En el caso del radicalismo, ya se confirmó su participación con el regreso a las campañas del exintendente Ramón Mestre, quien encabezará la tradicional lista 3.
Por su parte, el diputado Rodrigo de Loredo quedó atrapado en una encrucijada. Sin poder competir desde el partido que lideraba, le quedan tres caminos: sumarse a la lista libertaria como extrapartidario, buscar cobijo y ser candidato por otro partido, o sencillamente, bajarse de esta elección.
Todo indica que la última opción –la retirada– sería la más probable para quien hoy preside la bancada radical en Diputados, y que corre el riesgo de quedarse sin banca en el Congreso.
Opciones y polarización
La escena cordobesa no escapa a la lógica que domina en otros grandes distritos, como Buenos Aires o Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba), donde la tensión se concentra entre libertarios y kirchneristas. En Córdoba habrá otros protagonistas, pero dos fuerzas que concentran el pulso electoral: la disputa estelar será entre Milei y Llaryora, o más precisamente, entre las listas que respalden cada uno de ellos.
Aunque aún es temprano para sentencias definitivas, en las charlas informales entre dirigentes y analistas hay consenso en una hipótesis: entre el cordobesismo y los libertarios podrían repartirse siete u ocho de las nueve bancas en juego. El resto quedaría para disputar entre una docena de propuestas que buscan romper con las dos grandes coaliciones.
En ese lote de aspirantes que aún sueñan con entrar en el reparto se destacan: el nuevo espacio de Natalia de la Sota, el radicalismo, el kirchnerismo que busca retener su escaño y el Frente de Izquierda, que en 2013 quedó a tan solo 800 votos de meter a Liliana Olivero en el Congreso, lo que hubiera significado un hito para la izquierda cordobesa.
Pero no todos coinciden con esta lectura. El vecinalista Aurelio García Elorrio, una voz crítica del sistema, no duda en desmarcarse del análisis dominante. El próximo domingo, todo indica que será proclamado como cabeza de lista del frente Encuentro por la República.
“Dejen votar a la gente tranquila. Mientras algunos gastan miles de millones de fondos públicos en campaña, nosotros hacemos política con la gente y con propuestas concretas. La polarización es alimentada por los medios”, lanzó el exlegislador, férreo opositor al PJ provincial.
Escenario en construcción
La cautela domina entre los consultores políticos. Falta demasiado: nombres, listas, campañas y, sobre todo, una incógnita central que puede inclinar la balanza en cualquier dirección: el nivel de participación. Hasta ahora, en cada elección del país, la asistencia a las urnas fue baja. Y eso, advierten, será determinante.
Cristián Buttié, de la consultora CB, que realiza sondeos tanto en Córdoba como a nivel nacional, es claro: los libertarios y el cordobesismo pican en punta.
“No hay dudas de que la lista libertaria y la del oficialismo provincial serán las más votadas. Pero todavía no se puede afirmar que habrá una polarización tan contundente como pronostican muchos. Los nombres propios importan mucho. El nivel de participación definirá cuántas bancas se lleva cada uno. Además, las campañas mueven el amperímetro: pueden hacer crecer o hundir a muchos espacios. Sin embargo, hoy, Provincias Unidas y La Libertad Avanza son las opciones más firmes”, sostuvo.
En la misma línea, Gustavo Córdoba, de la consultora Zubán-Córdoba y Asociados, cree que los partidos chicos podrían jugar un rol más relevante de lo que se piensa.
“La semana que viene será clave: la semana de la muerte política, diría. Ahí se conocerán los nombres y se sabrá quién va en serio. Hoy, el escenario es precario para arriesgar pronósticos. No importa solo cuántos votos sacan los chicos, sino a quién se los sacan. Por ejemplo, las fuerzas de derecha o centroderecha podrían quitarle oxígeno a los libertarios. Lo mismo pasa con los espacios peronistas frente al cordobesismo”, explicó el consultor, hoy radicado en Capital Federal, al igual que su colega, el riocuartense Buttié.