La muy elevada informalidad del mercado de trabajo en la Argentina es uno de los mayores problemas que impiden mejorar el nivel y la calidad del empleo y, en consecuencia, el sistema previsional.
La situación de millones de trabajadores que no hacen aportes, no tienen obra social ni posibilidades de negociar mejores condiciones es grave y excede, incluso, a la presidencia de Javier Milei.
Según la modalidad de medición, la informalidad en todo el país abarca a alrededor del 40% de la población.
Córdoba es la más informal entre las provincias grandes
De acuerdo con los datos de la Encuesta Permanente de Hogares del total urbano, al tercer trimestre del 2024, que el Indec publicó el mes pasado, el 47% de los argentinos que trabaja en el sector privado lo hace en la informalidad.
Es decir, casi la mitad de los argentinos no tiene red de contención y no forma parte de los acuerdos paritarios que negocian los sectores asalariados formales.
Pero el promedio no refleja la situación de la informalidad en todo el país: hay profundas diferencias entre diferentes distritos.
En líneas generales, las provincias del sur y la Ciudad de Buenos Aires (Caba) son las más “formales” y las del norte, las más informales, con picos del 70% de trabajo en “negro”.
En Tierra del Fuego, Caba y Neuquén, donde el trabajo informal es menor al 30%, impacta que hay “muchas empresas per cápita, con industrias y servicios fuertes o con sectores muy formales, como el petrolero”, dice un informe de Fundar, una organización dedicada al estudio, investigación y diseño de políticas públicas para el desarrollo de la Argentina, y de su plataforma para la publicación y análisis de datos, Argendata.
“Al norte, la informalidad crece: Jujuy, Corrientes, Chaco, Formosa y Santiago del Estero superan el 65% de informalidad; en el norte grande hay muy pocas empresas per cápita y el desarrollo de la industria y los servicios es más limitado”, agrega.
En el caso de Córdoba, la informalidad afecta al 55% de la población con empleo en el sector privado. Siempre al tercer trimestre de 2024.

Entre las provincias más “grandes”, Córdoba es la peor clasificada. Buenos Aires, por caso, tiene un nivel de informalidad del 46% y la provincia de Santa Fe, del 43%.
La informalidad en Córdoba es similar a la de San Luis, La Pampa y La Rioja.
La provincia con mayor informalidad laboral es Santiago del Estero, con el 70% de sus trabajaodres privados en negro.

Los datos se incluyen en el Informe sobre Trabajo e Ingresos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), investigación que hace referencia a la situación socioeconómica de la población total urbana, y no sólo de los 31 aglomerados más grandes. Incluye pueblos y ciudades pequeñas, lo que la hace más representativa de la situación de toda la población del país.
Informalidad: Argentina, peor que Chile, pero mejor que México, Perú y Ecuador
Para dar contexto, con datos más antiguos, en este caso de 2022, otro informe de Fundar y Argendata analiza la situación de la informalidad laboral en 15 países de América latina y ubica a la Argentina entre los de menores tasas.
El país se encuentra entre los cuatro de menor informalidad, por detrás de Chile, Uruguay y Costa Rica. Y mejor que Brasil y México.
A nivel regional, los de peor desempeño son Bolivia (75%), Ecuador (68%) y Perú (67%), donde hay grandes porcentajes de la población que son cuentapropistas de baja calificación o trabajadores sin ingresos (en general, trabajadores familiares en agro y comercios).
El estudio aclara que la situación relativa de Argentina ha ido empeorando con el correr del tiempo, particularmente considerando la definición legal.
La principal razón es que Argentina es un país más desarrollado que la media de la región.
Por ejemplo, al observar el PIB per cápita (uno de los indicadores más habituales para medir desarrollo), se encuentra una correlación estrecha con la tasa de formalidad.
El estudio fue realizado por Fundar, contenido en la plataforma Argendata.