La sola presencia del tres veces gobernador Juan Schiaretti como cabeza de lista bastaba para imprimirle a la elección de octubre próximo una característica inédita. El hecho de que el oficialismo provincial haya enterrado en este proceso su marca Hacemos, para jugar su futuro al sello nacional Provincias Unidas, sumó otro rasgo atípico a la campaña. La ausencia de los principales dirigentes opositores, Luis Juez y Rodrigo de Loredo, le agregó extrañeza.
Pero el elemento más inesperado de la campaña que comenzó el miércoles pasado es el cataclismo que generó en La libertad Avanza la filtración de los audios sobre supuestas coimas en la cúspide del poder libertario. 10 días después, el Gobierno de Javier Milei sigue mostrando una casi inexistente capacidad de reacción, y el aturdimiento derrama hacia todas las provincias. Córdoba no es la excepción.
Hace apenas dos semanas, Karina Milei y Eduardo “Lule” Menem consideraron que tenían tan asegurado un triunfo arrasador en Córdoba que el nombre de los candidatos era apenas un detalle menor. Ayer La Libertad Avanza hizo su acto de presentación de la lista que encabezan Gonzalo Roca, Laura Soldano y Marcos Patiño, tres alfiles de Gabriel Bornoroni. El diputado asumió el rol de conductor y repitió el acto de fe de los libertarios convencidos: “Pongo las manos en el fuego por el Presidente y Karina”, dijo a los asistentes. No nombró a Menem.
El gran problema para los mileístas es que la elección de medio término, que aparecía como la gran oportunidad de incrementar el caudal propio de La Libertad Avanza en Córdoba, por estos días se vive como un severo riesgo: todas las mediciones de inicio del proceso electoral dan cuenta de un fuerte impacto en la imagen del Gobierno nacional, y nada indica que el escándalo por las supuestas coimas en Andis sea de rápida resolución. Por el contrario, se acumulan datos y evidencias de irregularidades en las compras de medicamentos para las personas con discapacidad, y hasta se constatan enormes incrementos presupuestarios, pese a los recortes que pusieron al sector en situación de emergencia.
Tampoco hay señales de que la economía preelectoral pueda darle algún espaldarazo al Gobierno. Por el contrario, las tasas astronómicas para contener al dólar complican hasta la desesperación la operatoria de las pequeñas empresas y hunden la actividad. Las expectativas, principal activo de la política libertaria, empiezan a recortarse de manera peligrosa.
Guillermo Francos es una vez más el único funcionario nacional que parece mirar más allá de los límites de la Casa Rosada. El martes viajará a Córdoba en reemplazo de Milei, al acto nacional por el Día de la Industria, y los libertarios lo agradecen: quedarse sin discurso en medio de una campaña es un problema severo.
Oportunidades para otros
El peronismo cordobés inicia esta carrera de ocho semanas en la situación perfectamente opuesta: el escenario se le presenta mucho más propicio de lo esperado al oficialismo provincial. Schiaretti y el gobernador Martín Llaryora emprendieron su apuesta nacional asumiendo que en Córdoba enfrentarían una durísima pulseada con los libertarios. La composición de la lista de La Libertad Avanza hace dos semanas fue el primer elemento tranquilizador para el Panal. Lo que siguió tras la irrupción de los audios de Diego Spagnuolo generó verdadera algarabía; hoy empiezan confiar en un triunfo.
Se sabe que a la hora de conducir campañas, Llaryora no suele relajarse. La estrategia territorial de Provincias Unidas es implacable: ayer el acto con los dirigentes de la Capital fue masivo, y para que no queden dudas de la magnitud de la apuesta, Schiaretti y la senadora Alejandra Vigo avalaron la reincorporación de Olga Riutort a las filas del peronismo. Contener a los sectores que pueden mirar con simpatía a Natalia de la Sota es el rol prioritario de la amplia estructura del PJ Capital.
En el interior, el sostenido trabajo sobre los 427 intendentes y jefes comunales que desde el 10 de diciembre de 2023 realizan el ministro Manuel Calvo y el radical Orlando Arduh reportó la presencia de 130 jefes municipales opositores en las huestes de Provincias Unidas, entre ellos unos 80 radicales. Llaryora y Schiaretti conducen el PJ con mano de hierro y conformaron una lista muy peronista, pero buscan votos con un discurso multipartidario, productivista, federal y profundamente antikirchnerista: un llamador para ese amplio porcentaje de votantes que apoyó a Hacemos Unidos por Córdoba y también a Milei en 2023.
Llaryora menciona a Provincias Unidas como “el partido de la sensatez”. Con la incorporación de Corrientes –si hoy gana el radicalismo de los Valdés–, serán seis provincias y todo indica que constituirán la tercera fuerza nacional. “Esta es una elección nacional y nosotros tenemos un candidato a presidente para 2027″, dijo ayer el gobernador, que asume el riesgo de poner su propia gestión al servicio de ese objetivo. La imagen de la administración Llaryora está en los niveles más altos desde que asumió.
Una pelea particular
Natalia de la Sota y Ramón Mestre protagonizan, sin proponérselo, una pulseada particular. Dos apellidos históricos de la política cordobesa que en esta oportunidad desafían a sus propios partidos: ella se escindió del peronismo cordobés que fundó su padre; él le ganó una disputa legal a la actual conducción local del radicalismo, se quedó con la candidatura y aspira también a volver a disputar el timón de la UCR cordobesa.
Ante la dirigencia de la Capital, el PJ cordobés lanzó ayer fuertes críticas a la diputada De la Sota. La apuesta del Panal es limitar ese desafío a un alineamiento de la hija del exgobernador con Sergio Massa y a una búsqueda del voto kirchnerista cordobés, que de ningún modo apoyaría a Schiaretti.

En cambio, desde el Centro Cívico se observa con entusiasmo la posibilidad de que Mestre logre atraer al votante histórico del radicalismo. Es tan paradójico lo que ocurre entre el peronismo cordobés y la UCR, que ayer estuvo en Córdoba el gobernador radical de Jujuy, Carlos Sadir, quien llegó para apoyar el lanzamiento de la lista que encabeza Mestre y para reunirse con sus socios de Provincias Unidas, Llaryora y Schiaretti. Escenas de una campaña atípica si las hay.