El conflicto salarial que enfrenta desde hace varias semanas a la administración del intendente Martín Llaryora y al gremio de los empleados de la Municipalidad de Córdoba (Suoem) ingresa en sus horas decisivas, porque el viernes el Ejecutivo liquidará los sueldos de mayo, que deben estar depositados el lunes en la cuenta de cada uno de los casi 10 mil agentes municipales. Si no hay acuerdo, no habrá aumento.
El sindicato que conduce nuevamente el histórico Rubén Daniele aspira a que hoy la mayoría de sus afiliados estén en la asamblea general que se realizará a las 11 en el Palacio 6 de Julio. El Suoem pretende hacer una verdadera demostración de fuerza y movilizará a todas las áreas hacia el Centro de la ciudad.
Desde el Ejecutivo municipal se informó que se coordinó con la Policía un operativo de seguridad que no impedirá el acceso a la explanada municipal, pero que tampoco admitirá actos violentos. El único orador en esa asamblea será Daniele.
El miércoles no hubo ningún tipo de avance en la negociación paritaria que llevan adelante las partes. Ni siquiera se reunieron.
Qué pasó con los sueldos municipales
Hasta ahora, Llaryora y el Suoem firmaron tres paritarias. La primera fue en noviembre de 2020, luego de un recorte salarial aplicado a principios de la gestión de Hacemos por Córdoba. La segunda paritaria fue en mayo de 2021 y la tercera, en noviembre del año pasado. En todos los casos, el municipio reconoció la inflación del semestre anterior y otorgó los aumentos en etapas y de modo no remunerativo al principio.
Es lo que la gestión Llaryora ofertó al Suoem también en esta oportunidad. El gremio rechazó de plano esa oferta –que se acercaría al 30% en tres etapas, con pagos no remunerativos al principio e incorporados al básico luego– y en cambio exige 30% de aumento remunerativo con el sueldo de mayo y tres cuotas de 11 por ciento hasta noviembre, con cláusula de revisión en octubre.
Desde el equipo de Llaryora reiteran que el municipio no puede pagar esos aumentos sin desfinanciar los programas de obras y la prestación de servicios. Hasta ahora, el Suoem no aceptó bajar su pretensión.
Todo indica, no obstante, que las partes intentarán un acuerdo entre las últimas horas de este jueves y la mañana del viernes, y que la administración Llaryora mejorará su oferta.
Si el conflicto no encuentra un cauce en las próximas horas, podría extenderse por varias semanas. La cautela el miércoles era extrema, tanto en el Ejecutivo como en el gremio.
No obstante, desde el Palacio 6 de Julio reiteraron que la gestión no comprometerá en sueldos los recursos que están presupuestados para otras áreas.
También señalaron que, a poco de asumir, Llaryora soportó un conflicto de seis meses con el Suoem y que hoy la administración está mucho más preparada para enfrentar las protestas gremiales gracias a la digitalización de servicios, las prestaciones en manos de empresas propias –especialmente el Coys– y el trabajo de los servidores urbanos.
El Suoem, en tanto, sostiene un reclamo eminentemente salarial y exhibe pérdidas contantes y sonantes frente a la inflación. Los datos oficiales corroboran que los municipales perdieron poder adquisitivo en los últimos tres años: la inflación acumulada superó el 220 por ciento y los salarios municipales aumentaron la mitad de esa cifra.
Ese fenómeno tiene su contracara en la situación que los afiliados al Suoem disfrutaron durante los últimos años del exintendente Ramón Mestre, cuando rigió una “cláusula gatillo” mensual o bimestral atada a la inflación, con aumentos acumulativos que se aplicaron sobre el básico. Durante esos años, los municipales de Córdoba encabezaron casi siempre el ranking de los más beneficiados del país.
Pese a ese entendimiento salarial, Daniele y Mestre terminaron en un conflicto gremial y personal luego de que el exintendente anunció que había jubilado al veterano dirigente.
Tras varios fallos judiciales, Daniele fue rehabilitado como empleado municipal a principios de este año y elegido nuevamente como secretario general del Suoem. Esta es la primera paritaria que negocia oficialmente como titular del gremio que conduce por 12ª vez desde 1983.
Este conflicto también marca su regreso.
