Juan Schiaretti no se deja arrastrar por la presión. El exgobernador camina en el escenario político midiendo cada movimiento, cada palabra, cada gesto político. Aunque todavía no lo confirmó, todo indica que tiene la decisión tomada: será candidato en las elecciones de octubre en Córdoba para enfrentar, entre otros, a los libertarios.
Pero no hará ningún anuncio antes de que se oficialicen las candidaturas en la provincia de Buenos Aires, donde el frente “Somos”, que integra el partido nacional Hacemos –fundado por él el año pasado–, se juega una parada clave.
En sus recientes incursiones por Capital Federal, Schiaretti tejió puentes. Se reunió con dirigentes radicales y peronistas no alineados con el kirchnerismo, en busca de consolidar una alternativa competitiva de cara a los comicios bonaerenses del próximo 7 de septiembre.

Fuentes cercanas aseguran que en esos encuentros dejó entrever su disposición a competir en Córdoba en octubre, aunque sin quitarle protagonismo al armado nacional.
Dudas bonaerenses
Por ahora, la única gran incógnita que retiene su decisión es la fortaleza real del espacio político que lidera. Necesita certezas. No sobre su candidatura, sino sobre el músculo de esta nueva avenida del medio que busca abrirse paso en la política nacional.
El miércoles pasado venció el plazo para presentar alianzas en territorio bonaerense, donde se elegirán diputados, senadores y concejales. En ese territorio, Hacemos logró integrar un frente diverso junto a figuras como Facundo Manes, Elisa Carrió, Margarita Stolbizer, Emilio Monzó, y una serie de intendentes peronistas no kirchneristas, como Julio Zamora (Tigre) y Fernando Gray (Esteban Echeverría).
También se sumaron dirigentes con fuerte anclaje territorial, entre ellos los exintendentes Juan Zabaleta (Hurlingham) y Joaquín de la Torre (San Miguel).
La alianza bonaerense se selló con un compromiso tácito: cada referente debe postularse en su distrito. La estrategia es clara: ampliar la base territorial y mostrar una alternativa concreta a los extremos políticos del país.
En ese marco, Schiaretti habría dejado claro que está listo para disputar las elecciones legislativas del 26 de octubre en Córdoba, donde medirá fuerzas con los candidatos bendecidos por el presidente Javier Milei.
A pesar de que las alianzas ya fueron formalizadas, Schiaretti sigue esperando un detalle clave: el listado final de candidaturas. Recién entonces le comunicará al gobernador Martín Llaryora su intención de encabezar la lista de Hacemos en la provincia.
El trasfondo, sin embargo, tiene sus matices. Algunos intendentes peronistas que hoy forman parte del armado de Schiaretti mantienen contactos con el gobernador bonaerense Axel Kicillof, con la intención de no romper del todo sus vínculos con el PJ.
A esto se suma una incipiente incertidumbre dentro del radicalismo bonaerense, que también forma parte del acuerdo.
Como sucede en otras fuerzas –el PJ, La Libertad Avanza y el PRO–, en Somos hubo consenso para conformar alianzas, pero el terreno verdaderamente espinoso es otro: la definición de las candidaturas.
Schiaretti, mientras tanto, se afianza como el principal referente de un espacio de centro moderado, alejado tanto de los libertarios como de los kirchneristas. Pero antes de lanzarse, quiere asegurarse de que su proyecto tenga eco más allá de Córdoba, sobre todo en distritos clave como Buenos Aires y Santa Fe.
En este contexto, aunque mantiene el suspenso y promete resolver su futuro recién a fin de mes, dentro del PJ cordobés ya nadie duda: Schiaretti será el candidato del cordobesismo en octubre.
En el Centro Cívico, el anuncio es esperado con ansiedad. Si finalmente el exgobernador da el paso, los dirigentes del llaryorismo están convencidos de que su candidatura generará un efecto dominó: muchos intendentes radicales se sumarían al proyecto, fortaleciendo aún más la estructura del cordobesismo de cara a octubre.