La adhesión al paro general en contra del DNU y la “ley ómnibus” fue dispar en Córdoba, con un bajo acatamiento en sectores comerciales y algo más contundente en la industria.
En el sector público, en tanto, el nivel de impacto fue mayor en la Municipalidad que en la Provincia.
Desde la Cámara de Comercio de Córdoba, su presidente, José Viale, dijo que el 96% de los comercios “abrieron normalmente” y que el nivel de adhesión de los trabajadores de ese sector no superó el 4%.
Por otra parte, dijo que “el nivel de ventas fue normal”, similar al de otras jornadas de enero.
Desde la Cámara que agrupa a los supermercados de Córdoba, Víctor Palpacelli dijo que la cantidad de empleados adheridos a la medida fue baja, por lo que “no se produjeron inconvenientes en la atención al público”.
El dirigente empresario explicó que también fue baja la adhesión en los centros de distribución de mercadería y puestos logísticos. “Hubo algunos turnos que se dieron de baja, pero nada masivo”, explicó quien preside la entidad.
En los sectores industriales, si bien este miércoles no se manejaban números finos, dijeron que la adhesión a la medida de fuerza decidida por la CGT fue menor que la producida en paros anteriores.
“Del total de empleados que tengo, el 20% decidió adherirse al paro”, calculó el titular de una industria del polo industrial de Los Bulevares..
“Hay mucha gente de licencia, incluso fábricas completas, en especial autopartistas, que dieron vacaciones a todo el personal, por lo que en algunos sectores no se puede mensurar qué grado de apoyo tuvo la medida”, explicó un delegado metalúrgico. Igual, en la UOM dijeron que fue muy alta.
En el sector público, en tanto, la adhesión fue más nutrida en la Municipalidad de Córdoba que en la Provincia, un resultado que suele ser común en estas oportunidades. Los despidos y las posteriores reincorporaciones seguramente habrán impactado en la decisión de algunos empleados públicos de no parar.
Donde sí se notó con fuerza la medida fue en el aeropuerto de Córdoba, donde el paro de los empleados de Aerolíneas Argentinas y JetSmart fue clave. Sólo en la aerolínea de bandera se cancelaron 295 vuelos y se reprogramaron otros 26.
No se dieron a conocer datos de adhesión en el sector bancario ni en las clínicas privadas, aunque fuentes empresarias de este último sector dijeron que fue “muy baja”.
