Desde el lunes, el Gobierno reforzará el apretón monetario, que mantendrá alta la tasa de interés, e impactará en el nivel de inflación y en el nivel de actividad.
Así lo evaluaron cinco economistas consultados por La Voz y fue reflejado en diferentes informes de consultoras.
“Las medidas lo que hacen es endurecer la política monetaria y mantendrán las tasas de interés altas, lo cual ayuda a mantener en contenido al dólar, pero obviamente genera un costo importante para los intereses de la deuda pública y para la actividad económica, que obviamente siente el impacto”, respondió Daniel Artana, director de Fiel.
El jueves, último día hábil de esta semana, el Banco Central comunicó que desde el lunes aumenta los encajes en 5 puntos, que se integrarán a través de bonos que serán licitados ese mismo día.
La intención es quitar del mercado los $ 6 billones que quedaron sin colocar de la fallida licitación del miércoles, donde el Tesoro Nacional tenía que renovar $ 15 billones y los bancos solo le ofrecieron $ 10 billones.
El economista, Gabriel Caamaño, recordó que este desacople se produjo desde la desordenada salida de las Lefi: “Eso generó un fuerte desanclaje de expectativas que impactó en tasas y en el tipo de cambio. Después salieron a tomar una serie de medidas intentando reordenar eso, pero sin reconocer ningún tipo de error y sin hacer incluso lo que el propio FMI les dice, que es clarificar el funcionamiento del régimen monetario y generar mecanismos para una gestión más eficiente de la liquidez bancaria”.
“Me parece, el gobierno va a pagar el costo por el lado de una inflación arriba ‘del dos’ los próximos meses, pero también los vamos a pagar en términos de actividad”, añadió.
Caamaño consideró que la apuesta del gobierno es que “le vaya bien en la provincia de Buenos Aires y así puedan descomprimir lo más rápido posible” pero alertó que “si eso no pasa, se va a poner bastante más complicado”.
Por su parte, Andrés Reschini Director de F2Soluciones remarcó que “el Gobierno le ha dado una vuelta más de rosca a su sesgo restrictivo en cuanto a la oferta monetaria, priorizando la baja en la inflación y la estabilidad cambiaria. Lo más probable es que las tasas continúen altas, aunque podría ayudar la ventana de pases activos a mitigar la volatilidad”.
Y le añadió el componente político: “La incertidumbre electoral también imprime presión y complica el tránsito hasta las legislativas”.
Las consecuencias que advierten los economistas ya se vienen manifestando: “Se resintió el crédito otorgado al sector privado mediante adelantos desde mediados de julio (‘high-frecuency data’) con esta volatilidad (y principalmente suba) de tasas cayó aproximadamente $ 1 billón en menos de un mes”, publicó en sus redes sociales, Salvador Vitelli.
El director de la Fundación Libertad y Progreso, Aldo Abram, dejó una visión diferente y respaldó la decisión el gobierno de avanzar en la absorción de pesos: “Lo otro que están proponiendo algunos colegas míos, que es que se emitan más pesos, que nadie quiere, para bajar la tasa de interés, eso no funciona”.
Abram explicó que “a mayor cantidad de pesos lo que va a hacer es que se deprecie y que esos pesos que nadie quiere vayan al dólar”.
“La gente va a sacar sus ahorros –continuó- y eso hace que haya menos crédito y, por lo tanto, la tasa de interés al final termina siendo más alta a pesar de que la hayas hecho bajar coyunturalmente con mayor emisión”.
El economista reconoció que “al principio se pagará una mayor tasa de interés” pero aventuró que la situación se corregirá cuando el público recupere la confianza de ahorrar en pesos.
Por su parte, Pedro Siaba Serrate, Director de PPI, afirmó que “esta medida lo que va a hacer es suavizar la baja de la tasa real. En definitiva, si estábamos esperando que quizás la tasa real iba a bajar y que quizás el tipo de cambio iba a estar un poco más arriba, esto (las medidas) justamente limita esa dinámica”.
En tanto, un informe de la consultora Invecq señaló que el esquema que está implementando la conducción económica “podría consolidar niveles elevados de tasas de interés en los próximos meses, en un contexto donde aún restan vencimientos por cerca de $9 billones en agosto”.
“Si bien la estrategia busca contener presiones cambiarias y anclar la inflación, también incrementa el riesgo de una mayor desaceleración de la actividad económica y de que el Gobierno llegue a las elecciones en un escenario de elevada tensión financiera”, concluyó el último informe de la firma.
Caputo y Bausili endurecieron la política monetaria y corren el riesgo enfriar la actividad de en el período prelectoral porque consideran que el aumento de la base monetaria solo debe darse por una demanda genuina de dinero –a eso lo denominan Punto Anker-. Bajo ese pensamiento, los $ 6 billones que quedaron sueltos el miércoles no responden a “demanda genuina” sino que es producto de una operación financiera que deben corregir.
La decisión depende en buena medida de cómo se comporten los bancos en la licitación a la que deben acudir el lunes para comprar los bonos que tendrán que utilizar para integrar los encajes.
En principio, había una marcada molestia por la “penalización” y “aperturas de sumarios” que planteó el Banco Central en caso de que quedaran en “rojo” tan solo un día con el encaje que le correspondía a cada entidad.