La versión es que la Nación analiza transferirle al Gobierno de la ciudad de Buenos Aires las líneas que circulan dentro del ejido de la Capital Federal, las que hasta ahora reciben subsidios nacionales. La posibilidad fue fogoneada por el propio Sergio Massa y tiene varias lecturas.
La primera es política: avivar una pelea entre Juan Schiaretti y Horacio Rodríguez Larreta, porque fue el gobernador cordobés el que a viva voz, en la apertura de sesiones de la Legislatura, cargó en contra de los subsidios que reciben los ciudadanos que habitan en el Amba.
El Área Metropolitana de Buenos Aires es un conglomerado en el que viven 16 millones de personas y que conforman 41 localidades: la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba), con 3,5 millones de habitantes, y 40 localidades de la provincia de Buenos Aires que rodean a la Capital. Ahí, la Nación tiene a su cargo los servicios de trenes, de energía, de cloacas, de agua potable y de colectivos de pasajeros.
Ya en diciembre de 2020 Schiaretti votó a favor de que le quitaran fondos de la coparticipación a la Ciudad de Buenos Aires para ser transferidos a la Provincia de Buenos Aires.
A la segunda lectura hay que hacerla en clave electoral: el distrito PRO por excelencia es la ciudad de Buenos Aires, y es propio de la lógica kirchnerista tomar represalias a fuerza de billetera.
La tercera mirada es federal. Si avanzara, ¿sería correcta la decisión? A priori, sí. ¿Por qué la Nación tiene que estar a cargo de la gestión de los colectivos de una ciudad? Porque gestionar no es sólo poner la plata que falta o anunciar si la tarifa sube o sigue congelada. Gestionar es todo: diagramar recorridos, armar las alternativas si un coche se rompe, si falta un chofer, si te hacen un paro, si los usuarios se quejan. El transporte urbano es, seguramente, el problema más relevante para quienes gobiernan una ciudad. Si a esa tarea la realiza otro, y encima pone la plata, el negocio es redondo. Tienen razón Martín Llaryora, Emilio Jaton y Pablo Javkin (intendentes de Córdoba, Santa Fe y Rosario, respectivamente) en protestar.
¿Pero es el camino sacarle todos los subsidios a Rodríguez Larreta para dárselos a las ciudades del interior? El subsidio nacional, a valores de 2021, es hoy de 14.600 millones de pesos. Si ese monto se repartiera entre los distritos que tienen servicio urbano, a Córdoba le tocarían unos 730 millones adicionales, 51% más de lo que recibió el año pasado. Pero no sería lógico, al menos desde la equidad en los subsidios, que pase Caba a tener cero. Hay formas de plantear un reparto parejo, combinando kilómetro recorrido por unidad y cantidad de choferes. Si hay ganas e inteligencia puesta en la discusión, algo racional se puede encontrar.
Además, hay que mirar el bosque completo: en esa metrópolis que es el Amba circulan 300 líneas de colectivos: 45% están en el conurbano y no entran a Caba, 45% se mueven dentro del Amba (es decir, entre la Capital y el conurbano) y 10% sólo circulan dentro de la Capital Federal.
Transferencias
Las del resto de la provincia de Buenos Aires también estaban bajo la órbita de Nación, pero en tiempos de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal fueron transferidas a esa jurisdicción a instancias de Schiaretti y otros gobernadores. Bah, transferidas de mentirita, porque tanto Vidal entonces como Axel Kicillof ahora reciben las transferencias, de modo discrecional, para subsidiar ese servicio. Ninguno pone plata de las jurisdicciones a su cargo, como ponen Schiaretti y Llaryora, o de sus bolsillos, como los usuarios que acá pagan 59,35 pesos y allá, apenas 18.
Ese 45% que va y viene entre Ciudad y provincia de Buenos Aires seguirá teniendo la tutela de papá Nación: nada se toca por ahora. En lo que se avanzaría ahora es en 32 líneas de recorrido exclusivo dentro de la ciudad de Buenos Aires. Hoy, en materia de movilidad, Rodríguez Larreta se hizo cargo del subte, transferido en 2012. Y nada más.
Lo absurdo de esto es que ningún chicaneo resolverá el fondo de la cuestión: con 51% de inflación, no hay subsidio que alcance. Por más que se congele el presupuesto, los reclamos salariales estarán, el combustible aumenta y se encarecen los insumos. No alcanzaría ni aun repartiendo entre todos lo que hasta ahora recibía Caba; ni siquiera duplicando tarifas (algo que nadie imagina como viable) sería suficiente, porque tarifas el doble de caras cubrirían apenas el 20% (¡20%!) del costo pleno del servicio.
