No se quieren. Hasta se podría decir que se detestan. Pero en privado y por separado, el gobernador Juan Schiaretti y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner coinciden en un pronóstico inquietante: que la situación económica del país empeorará en los próximos meses.
Por distintos motivos, el mandatario cordobés y la expresidenta están convencidos de que la política económica del ministro Martín Guzmán no tiene rumbo. O mejor dicho: todo puede ser peor en el segundo semestre del año. Sólo coinciden en el hipotético resultado, pero desde posiciones bien distintas; como sus ideas.
Schiaretti habló el miércoles pasado en Capital Federal en un encuentro con empresarios. La actividad fue organizada por el Instituto Iberoamericano para la Educación y la Productividad. Casi no hizo referencias al Gobierno nacional, salvo una definición: “El desequilibrio fiscal crónico es una de las causas de que no tengamos moneda en el país y que existe una alta inflación”.
Dicen sus íntimos que el gobernador “no agregará más leña al fuego” cuestionando al Gobierno nacional en un momento de turbulencias en los mercados financieros.
Pero en charlas privadas, no oculta su pronóstico de que “todo empeorará” en los próximos meses, de no haber un cambio “drástico” en las políticas económicas nacionales.
Schiaretti hace hincapié en que ningún ministro de Economía tendrá éxito con el doble comando que existe en el gobernante Frente de Todos, por las diferencias entre el presidente Alberto Fernández y su vice.
En este contexto, en una breve charla privada que mantuvo con los empresarios nacionales en el encuentro del miércoles último, el gobernador no dudó en asegurar que “jamás compartirá un espacio con el kirchnerismo”.
Así, le cerró la puerta a la posibilidad que alientan algunos peronistas federales, entre ellos, el salteño Juan Manuel Urtubey, de enfrentar al cristinismo en las Paso del Frente de Todos.
“Jamás me verán ahí”, enfatizó Schiaretti, como para despejar dudas, ante el selecto auditorio de empresarios que elogian sus ideas y propuestas pero que hoy no le ven una proyección nacional concreta.
En esos contactos informales, Schiaretti dejó claro que quiere participar de un proyecto nacional, si bien se cuidó de no hablar de una eventual candidatura presidencial.
“Lo veo más como buen colaborador de una propuesta que encabece otro dirigente con mayor nivel de conocimiento”, razonó un empresario que lo escuchó en público y en privado.
Schiaretti no se para como un opositor más del Gobierno nacional. También piensa en su futuro, y sobre todo, el de su partido en Córdoba.
Como todo argentino, está preocupado por el futuro del país, pero como gobernante lo desasosiega una probable profundización de la crisis económica.
El gobernador considera que el tejido social está muy sensibilizado, y una eventual crisis financiera sería una mala noticia para todos los oficialismos, incluido el PJ cordobés, que espera revalidar el año que viene el poder provincial por un séptimo mandato consecutivo.
Albertistas se agarran la cabeza
La vicepresidenta volvió a su hermetismo, luego del acto por el centenario de YPF. Sus filosas definiciones terminaron con la salida de otro ministro albertista: Matías Kulfas, ahora extitular de Desarrollo Productivo.
Está anunciado que Cristina Kirchner volverá a hablar este lunes, en un acto organizado por la Central de Trabajadores Argentinos (CTA). En el ala albertista del Gobierno, ya se agarran la cabeza.
En la última semana, algunos de los pocos dirigentes con que habló en su amplio despacho de la presidencia del Senado dicen que la expresidenta no ocultó su fastidio por el rumbo económico del Gobierno, que según sus dichos no parece ser su gobierno.
Cristina no oculta en privado sus dardos contra el ministro Guzmán. Tampoco contra el presidente Alberto Fernández. Aunque es un poco más contemplativa con el hombre al que impulsó para ocupar el sillón de Rivadavia.
La vicepresidenta insiste en la “falta de gestión” de Guzmán. También incluye en la nueva lista de “los funcionarios que no funcionan” al presidente de Banco Central, Miguel Pesce, otro economista amigo del jefe del Estado.
En la intimidad del Senado, Cristina Kirchner arremete contra los grandes empresarios y acusa a Guzmán y al Presidente de no animarse a tomar medidas.
En realidad, en privado, utiliza una expresión más vulgar para referirse a la supuesta falta de decisión de ambos.
Dicen que la vicepresidenta abandonó por ahora –aunque habrá que escucharla el lunes– su estrategia de cuestionar en público a Guzmán. Está convencida de que caerá por el propio peso de “su ineficaz gestión” al frente del Palacio de Hacienda.
En definitiva, Schiaretti y Cristina Kirchner no cruzan palabras desde hace casi una década. Pero desde posiciones muy distintas y distantes, por estos días coinciden en su mirada pesimista sobre el futuro del país. Parecen opositores, pero uno es un gobernador peronista y la otra, vicepresidenta y jefa política del Gobierno nacional.
