En el Día de la Industria, el economista y director ejecutivo de la Unión Industrial Argentina (UIA), Diego Coatz, planteó un diagnóstico crudo sobre los desafíos estructurales que enfrenta el sector productivo.
“La industria argentina es resiliente, representa cerca del 20% del empleo formal y aporta más del 27% de la recaudación. Pero al mismo tiempo es el sector que más sufre la presión tributaria y los costos macroeconómicos”, señaló en Córdoba el principal investigador de la UIA.
Según Coatz, uno de los problemas centrales es la falta de competitividad frente al exterior. “Nuestros productos no compiten con las reglas argentinas, compiten con las de China, Turquía o Estados Unidos. Mientras otros países bajan impuestos o subsidian exportaciones, acá las cargas fiscales locales pueden dejar afuera a una fábrica de un día para otro”, advirtió.
La presión impositiva es un ejemplo de esa asimetría. De acuerdo con un relevamiento de la UIA, el sector formal enfrenta una carga efectiva del 52%, con alícuotas en Ganancias e IVA entre las más altas del mundo, sumadas a impuestos provinciales y tasas municipales que encarecen cada eslabón de la cadena de valor.
A esto se suma un costo financiero desmedido, con tasas de interés que desalientan la inversión y encarecen el capital de trabajo. “Argentina es uno de los países con menos crédito al sector privado en el mundo, incluso por debajo de África subsahariana. Sin financiamiento es imposible proyectar a largo plazo”, remarcó Coatz.
La energía y la logística también aparecen como factores críticos. Aunque destacó los avances en gas natural, advirtió que la electricidad sigue cara y el transporte por tren apenas llega al 5% de la carga nacional, cuando países comparables rondan el 25%. Eso encarece los costos y reduce la competitividad de las exportaciones.
El economista recordó que, a pesar de estas dificultades, la industria y la agroindustria generan el 60% de las exportaciones argentinas, pero alertó sobre la falta de políticas para capturar más valor agregado.
“Importamos urea cuando tenemos gas para producirla, o cacao para transformarlo en golosinas que exportamos. Ese es el camino: cadenas de valor que multipliquen empleo y divisas”, ejemplificó.
De cara al futuro, Coatz reclamó una agenda basada en orden macroeconómico, reforma tributaria pro-producción, modernización laboral e infraestructura. “No hay atajos. La industria argentina puede liderar, pero necesita reglas claras para competir en igualdad de condiciones”, concluyó.