Luego de dos semanas de reuniones en Capital Federal, dirigentes de la CGT nacional llegarán este viernes a Córdoba para tomar posesión del edificio de la Regional local y nombrar a una comisión normalizadora.
De este modo, quedará oficializado el desplazamiento de José “Pepe” Pihen como máximo referente de la Regional Córdoba.
Desde abril pasado, en la CGT Córdoba hay una fuerte pulseada entre Pihen y los dirigentes Rubén Urbano (UOM) y Pablo Chacón (Comercio), referentes del Movimiento de Trabajadores de Córdoba (MTC), que impulsaron el desplazamiento del legislador provincial peronista.
“Pihen no puede seguir al frente de la CGT Córdoba porque es un dirigente de un gremio estatal y además está jubilado”, argumentó Urbano en su momento. El dirigente metalúrgico y Chacón tienen el apoyo de la CGT nacional.
En este contexto, Horacio Otero, delegado normalizador de la central obrera nacional, dará mañana una conferencia de prensa en la ciudad de Córdoba, en la cual confirmaría los nombres de los tres miembros de la comisión normalizadora.
Como adelantó La Voz, en esta comisión hay tres nombres que están asegurados: Rubén Urbano (UOM) y Edgar Luján (Camioneros).
El tercer miembro no está confirmado. La aspiración de Otero es que ese sea para el Smata Córdoba, pero el gremio de los mecánicos por ahora no aceptó sumarse.
Si el titular del Smata local, José Porras descarta integrar la comisión, suenan otros nombres como Emilio Gramajo (Aoita); Ricardo López (Atsa) y Raúl Ferro (Bancarios).
Tampoco habría que descartar que finalmente la central nacional impulse una comisión interventora más amplia, con ocho representantes o colaboradores de los tres principales dirigentes que serían oficializados mañana como una virtual intervención de la CGT Regional Córdoba.
De todos modos, para Otero y la conducción nacional, no se trata de una intervención. Argumentan que el mandato que tenía Pihen estaba “vencido” y que ahora se designará a una nueva conducción local.
“No se trata de una intervención, porque los mandatos de la conducción de los delegados de Córdoba estaban vencidos. Lo que buscamos es consensuar una nueva conducción, con la participación de todos los sectores”, dijo Otero, días pasados.
Pihen y el grupo de gremios que le responden tienen otra visión. Aseguran que se trata de una intervención de la Regional local.
El lunes pasado, Pihen encabezó un plenario en el cual participaron más de 50 gremios, según dijeron los organizadores.
En ese encuentro se decidió enviar un documento a la conducción nacional de la CGT nacional, solicitando que haya “elecciones abiertas” y “sin exclusiones”, con la participación de todos gremios cordobeses para designar a las nuevas autoridades de la Regional Córdoba.
Apoyo del Centro Cívico
En los últimos días, el sector que lidera Pihen recibió el respaldo del Gobierno provincial, de manera indirecta.
En un encuentro que impulsaron las 62 Organizaciones Peronistas participó la senadora nacional Alejandra Vigo y varios legisladores que responden al gobernador Juan Schiaretti y al intendente Martín Llaryora.
En la reunión, el dirigente peronista Ricardo Moreno, secretario político de las “62 Organizaciones” que conduce Sergio Fittipaldi (empleados de limpieza), hizo un duro cuestionamiento a la CGT nacional, a quien acusó de intervenirla central cordobesa.
A su turno, Vigo también pidió defender al “sindicalismo cordobés”, en lo que puede leerse como un apoyo a Pihen, pese a que el legislador provincial no participó del encuentro.
Es más, en su discurso, Moreno dejó claro que en el caso de concretarse la intervención de la CGT Córdoba, su sector impulsará una nueva central obrera, que no responda a la central nacional.
Aunque Chacón y Urbano son dirigentes peronistas que también tienen llegada al Centro Cívico. Especialmente, el titular del gremio de Comercio que tiene muy buen vínculo con Vigo.
Desde la CGT nacional aseguran que no reconocerán a otra central que no responda a la sede central de la calle Azopardo porteña.
Aseguran que están dialogando con todos los gremios cordobeses para tratar de consensuar una nueva conducción.
La comisión normalizadora tendrá como objetivo hacer un nuevo padrón de los gremios. Según la versión de los dirigentes nacionales, la mayoría de los gremios que respaldan a Pihen “no son confederados”, es decir, no tiene representación en la CGT nacional, por lo cual no pueden participar en el proceso de renovación de autoridades.
Diferencias políticas
En esta pulseada interna por la conducción de la Regional Córdoba, también hay condimentos políticos.
El triunvirato que conduce la CGT nacional (Héctor Daer, Pablo Moyano y Carlos Acuña) está llevando adelante un proceso de normalización de todas las regionales del país.
El objetivo es que las regionales estén conducidas por dirigentes que respondan a la conducción nacional.
En el caso de Córdoba, Pihen es legislador provincial y un dirigente histórico del PJ cordobés, con casi nulos vínculos políticos con la CGT nacional.
La central nacional designó a Abel Furlán, titular de la UOM nacional, para que lleve adelante el proceso de normalización en todas las regionales del interior.
A su vez, Furlán designó a Otero como delegado normalizador, que está al frente de las negociaciones para normalizar la regional de la ciudad de Córdoba.
Las diferencia políticos son inocultables. Mientras la CGT nacional está alineada con el Gobierno nacional, Pihen y la anterior conducción de la regional cordobesa responden al PJ provincial, más precisamente al gobernador Juan Schiaretti.
Se sabe, Schiaretti es muy crítico del Gobierno nacional y en los próximos días intentará una proyección nacional, lanzando un nueva espacio que se diferencie del Frente de Todos y también de Juntos por el Cambio.
Estas diferencias políticas impulsaron a la CGT nacional a desplazar a Pihen. El argumento central fue que el delegado regional de Córdoba debe ser un dirigente de un gremio “privado”, y no un estatal como lo es el actual titular del Sindicato de Empleados Públicos (SEP).
El segundo argumento que utilizaron los dirigentes nacionales es que Pihen se acogió al beneficio de la jubilación.
“Ningún gremio, y menos una delegación de la CGT puede estar en manos de un jubilados”, aseguró Otero.
Ante la repregunta que hay varios dirigentes que conducen gremios nacionales y que tienen más de 70 años de edad, el delegado normalizador, aseguró.
“Hay una diferencia. Es cierto que hay gremialistas que ya superaron la edad para jubilarse, pero decidieron seguir conduciendo sus gremios o ser parte de la conducción de la CGT nacional, sin acogerse al beneficio de la jubilación. No es el caso de Pihen, que ya está jubilado”, dijo Otero, tratando de minimizar que sean políticas las diferencias que impulsaron el desplazamiento del legislador provincial peronista.
Hay una cuestión económica que también le jugo en contra a Pihen. El dirigente cordobés lidera una confederación nacional de gremios estatales que tendría una deuda de más de tres millones de pesos en aportes a la CGT nacional.
Este fue otro de los puntos de disidencia del gremialista cordobés con la cúpula nacional de los trabajadores.
