Domingo Cavallo, exministro de Economía y autor del plan de Convertibilidad que rigió durante los años de mayor estabilidad monetaria en la historia argentina, expresó su respaldo general al programa económico del presidente Javier Milei, aunque señaló que aún falta mucho camino por recorrer. “Lo que hace Milei está claramente orientado a dejar atrás los problemas que se introdujeron con el abandono de la Convertibilidad en 2002”, afirmó ante una consulta de La Voz.
Durante una conferencia realizada en la Fundación Mediterránea en la que presentó al expresidente ecuatoriano Jamil Mahuad –impulsor de la dolarización en su país y amigo personal–, Cavallo elogió el enfoque Milei, pero subrayó la importancia de avanzar hacia un régimen monetario más sólido.

“Yo personalmente creo que en Argentina deberíamos ir a un sistema bimonetario bien diseñado. La dolarización puede ser una consecuencia si ese sistema no funciona”, sostuvo.
Mahuad y Cavallo participaron en un almuerzo organizado por la Fundación, donde también estaban presentes economistas que acompañaron a quien ya había sido ministro de Economía argentino, en la experiencia.
En su análisis, Cavallo comparó puntos del proceso ecuatoriano con el argentino. Recordó que en un primer momento él mismo había sugerido a Ecuador adoptar un sistema bimonetario como el de Perú, pero que la situación se descontroló tras conflictos políticos y bélicos, lo que derivó en la necesidad de una dolarización total.

“No quedaba otra alternativa. Era imposible rescatar al sucre”, explicó. “Algo similar podría pasar en Argentina si el peso no logra estabilidad en un esquema de competencia con el dólar.”
Respecto de la gestión actual, elogió la vocación del Gobierno por definir reglas de juego duraderas y celebró que se retome el valor del liderazgo político para sostener un plan económico.
Para el exministro, “una de las enseñanzas que deja Jamil Mahuad es su capacidad para escuchar a expertos y a la oposición, y tomar decisiones con inteligencia, pensando en que se transformen en políticas de Estado. Eso es clave”.
Sin embargo, marcó diferencias importantes con el enfoque actual: “Una gran diferencia entre lo que hicimos en el ‘91 y lo que se está haciendo ahora es que nosotros eliminamos desde el inicio las retenciones y trabas a la exportación. Todavía acá no se ha hecho. Y es fundamental”, advirtió.
Cavallo sostuvo que el país necesita una “remonetización” de su economía, es decir, recuperar el valor de su moneda y dinamizar el crédito. “Lo grande de la dolarización en Ecuador fue que las tasas de interés pasaron de 300% anual a 15% en una semana. Renació el crédito y hubo una reactivación vigorosa. Algo parecido pasó en Argentina cuando lanzamos la Convertibilidad”, recordó.
El economista también hizo una revisión crítica del pasado reciente. Señaló que en 1999, con la victoria de Fernando de la Rúa y la promesa de mantener las reglas de juego de los años 90, creyó que la Convertibilidad se transformaría en política de Estado.
“Pero la baja calidad de la dirigencia política de entonces terminó haciendo lo contrario: voltear al gobierno y tomar las peores decisiones posibles en 2002”, dijo. “Eso introdujo todos los problemas que hoy persisten.”
Además, lamentó que se haya desperdiciado el “boom de las commodities” entre 2003 y 2010. “Ese ciclo pudo haber resuelto gran parte de los problemas estructurales de Argentina. Pero se despilfarró por malas decisiones y por corrupción”, aseguró.
No son lo mismo
Consultado sobre la factibilidad de una dolarización en la Argentina, Cavallo insistió en que se debe estudiar con profundidad. “No se puede ir directo a una dolarización si no se prueba antes un régimen bimonetario. Y todavía estamos lejos de tener uno que funcione bien”, afirmó. No obstante, reconoció que ese puede ser el destino si el sistema dual fracasa.
Las retenciones
Hizo referencia al inicio de la Convertibilidad. “En 1991, las retenciones representaban un tercio de los ingresos del Estado y el FMI se oponía a eliminarlas. Yo insistí en que era clave hacerlo para fomentar las exportaciones. Y así fue: crecieron mucho en la década. No por tipo de cambio, sino por la eliminación de trabas. Eso todavía no pasó en este gobierno”, concluyó.
Aunque evitó formular críticas directas al rumbo del actual oficialismo, Cavallo dejó claro que el éxito del plan económico depende de que la estabilidad se traduzca pronto en reactivación. “La gente está haciendo un gran esfuerzo. Eso solo se justifica si se construyen reglas que perduren”, expuso.
Ecuador se desangraba
Mientras tanto, Mahuad, describió en Buenos Aires los difíciles momentos que atravesó su país antes de adoptar la dolarización, en el año 2000. “Nos desangrábamos todos los días por culpa de la inflación”, recordó.
En ese contexto de crisis, con el Banco Central debilitado y una economía fuertemente dolarizada de hecho –por exportaciones y remesas–, se abrió una oportunidad: “se abría una ventanita para dolarizar a 25.000 sucres por dólar”.
El proceso fue rápido: “Dolarizar era: traeme los sucres y te doy los dólares”. Tras el canje, el Banco Central ecuatoriano quedó con apenas 400 sucres en caja.
Mahuad destacó que la dolarización fue técnicamente viable porque la población ya estaba habituada al uso del dólar y porque hubo un consenso político que incluyó el cambio de 16 leyes clave. “Nada resuelve todos los problemas a la vez, pero fue una solución posible para nosotros”, afirmó.
Pese a que fue derrocado a los diez días de haber iniciado la medida, el nuevo gobierno mantuvo intacto el equipo económico y el plan. A partir de ahí, las exportaciones crecen con fuerza y la inflación quedó controlada. “Hoy, la inflación en Ecuador es menor a la de Estados Unidos”, aseguró.
“No predico la dolarización”, aclaró Mahuad. “Solo digo que en mi país fue técnicamente posible porque se logró un acuerdo político y la gente la aceptó. Es una camisa de fuerza, sí, pero cuando todo está desmadrado, puede ser la única salida”.