La noche del miércoles en Avellaneda fue escenario de gravísimos incidentes que llevaron a la suspensión y posterior cancelación del partido entre Independiente y Universidad de Chile por la Copa Sudamericana. Los hechos generaron una ola de críticas y un fuerte comunicado por parte del Ministerio de Seguridad Nacional, así como declaraciones contundentes de la Ministra, Patricia Bullrich, quienes responsabilizaron a las autoridades provinciales por la inacción.
El operativo de seguridad, a cargo del Club Atlético Independiente de Avellaneda, dependió de la Policía Bonaerense. Hubo 650 efectivos que no estuvieron en la tribuna de los disturbios.
Qué dijo Patricia Bullrich
Patricia Bullrich, a través de un tuit, calificó lo ocurrido como una “tragedia”.
La funcionaria apuntó directamente contra el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, afirmando que “dejó que la violencia se adueñe de la cancha porque les da miedo hacer intervenir a la Policía para recuperar el orden”. Además, los acusó de haberse “olvidado de cuidar a las familias y a los hinchas de bien”, sugiriendo una convivencia con los “barras y sus negocios”, comparándola con la situación previa con grupos piqueteros.
Bullrich también lanzó una crítica personal al gobernador Axel Kicillof, tildándolo de “inútil” y acusándolo de “sacarse fotos con Tapia para la vuelta de las dos hinchadas por puro show electoral”, sin poder garantizar la seguridad. La dirigente concluyó su mensaje con la promesa de “recuperar el orden” con los barras bravas, como lo hicieron “una vez”.
El Ministerio de Seguridad Nacional señala graves fallas
El Ministerio de Seguridad Nacional emitió un Comunicado Oficial que detalla las acciones y responsabilidades de lo sucedido, señalándolo como “uno de los episodios más graves en la historia del fútbol argentino”. El comunicado subraya que el operativo de seguridad fue jurisdiccional de la Provincia de Buenos Aires, y que la Policía Bonaerense y la ApreVide “condujeron un dispositivo con fallas graves”.
Entre las “fallas graves” mencionadas, el Ministerio destacó el “ingreso violento de la barra visitante, destrozos, proyectiles, deficiencias en las requisas y desoír la recomendación de Conmebol de instalar redes de contención”. La acusación más grave recae sobre la Policía, a la que se le imputa haber “recibido la orden de no intervenir desde antes del inicio del partido, lo que prolongó la violencia sin control y dejó una tragedia”.
El Ministerio considera que la “irresponsabilidad se agrava” por parte del Gobernador Axel Kicillof y el Presidente de la AFA, quienes habrían tomado una decisión “inconsulta” de llevar adelante una acción “propagandística y electoral” anunciando el regreso del público visitante, mostrando una “evidente incapacidad de acción y la falta de planificación y de medidas de prevención necesarias”. En contraste, destacaron que las fuerzas federales actuaron de acuerdo a sus responsabilidades: la Gendarmería Nacional requisó micros de la barra visitante, y el programa Tribuna Segura controló a más de 25.000 asistentes, impidiendo el ingreso de Juan “El Gordo Juani” Lenzicki.
Ante la gravedad de los hechos, el Ministerio de Seguridad Nacional exigió “actuaciones inmediatas” a la ApreVide y al Ministerio de Seguridad Bonaerense. Además, se demandó la identificación de los violentos de ambas parcialidades, la entrega urgente de cámaras de seguridad, acciones de Conmebol para sancionar al club visitante, y un operativo conjunto con Chile para identificar personas en frontera. También se solicitó a Migraciones la expulsión y prohibición de reingreso de los violentos extranjeros.

El Ministerio concluyó afirmando que se presentará en la causa penal y enfatizó que “el orden y la seguridad de los argentinos no puede quedar subordinada a la especulación política ni a intereses electorales”, y que “las familias y los hinchas de bien se merecen eventos deportivos en paz”.
En contexto: ¿Qué sucedió en Avellaneda?
El encuentro, válido por la vuelta de los octavos de final de la Copa Sudamericana, se disputaba en el estadio Libertadores de América-Ricardo Enrique Bochini. Los problemas comenzaron en el primer tiempo y se intensificaron durante el entretiempo, volviéndose cada vez más graves, lo que llevó a la demora y eventual cancelación del partido. Hinchas visitantes, ubicados en la tribuna Pavoni Alta, fueron los protagonistas iniciales de la violencia, arrancando, prendiendo fuego y lanzando butacas, bombas de estruendo y botellas hacia simpatizantes locales. Además, robaron una bandera local, lo que provocó una reacción de los hinchas de Independiente, intensificando el arrojo de objetos.
Las consecuencias de estos enfrentamientos fueron severas: se reportaron múltiples heridos, al menos 10 de ellos de gravedad, y más de 90 detenidos. Imágenes viralizadas en redes sociales mostraron la crudeza de los hechos, incluyendo la impactante caída de uno de los fanáticos chilenos desde una de las tribunas. Afortunadamente, no se habían reportado fallecidos hasta el momento del informe. Cuando el partido fue detenido, el resultado era 1-1, lo que clasificaba a los chilenos a cuartos de final por un global de 2-1.