“Estamos a nada de entrar al balotaje. Massa nos lleva un punto y medio, dos, a lo sumo. Hemos consolidado casi todo el voto propio, que era una preocupación. Es un buen momento para evitar puterío, no tenemos margen de error y hay que motivar. Es un tema de crecer dos o tres puntos más”.
Con una cuota de optimismo tras una semana que arrancó con cierta autocrítica por la “oportunidad desaprovechada” que significó el desempeño en el primer debate presidencial, en el búnker de Patricia Bullrich se aferran a un sprint final y confían que un voto más “racional” y “lógico” de una parte del electorado ponga a la candidata de Juntos por el Cambio adentro de la definición final del 19 de noviembre reservada sólo para los dos postulantes más votados en la primera vuelta del 22 de octubre.
En el primer círculo de allegados a la líder del PRO descuentan que Javier Milei estará en esa finalísima. “Somos los únicos que podemos ganarle a Milei en el balotaje”, es otra de las definiciones en el comando de campaña de Bullrich.
Según los sondeos que manejan en ese campamento, el candidato de La Libertad Avanza está al frente en las preferencias. Estiman su posible caudal de votos por encima de los 30 puntos, aunque debajo de los 35, un rango de números que, de corroborarse, obligaría una segunda vuelta electoral. Los datos son tomados como referencia, aunque nadie confía del todo en ellos luego de los yerros de las encuestadores en las Paso.
En el bullrichismo, hay voces que le asignan algún grado de posibilidad a que el candidato de ultra derecha logre ganar en primera vuelta. Para eso, según la Constitución Nacional, Milei debería superar el 45% de los votos –algo poco probable en el escenario actual– o alcanzar los 40 puntos y sacarle 10 de diferencias al segundo. Quienes no descartan el triunfo del libertario sin necesidad de balotaje, se inclinan por esta segunda posibilidad. “Creemos que no, pero nadie puede asegurar que no suceda”, plantea un dirigente cordobés que trabaja activamente en la campaña de Bullrich.
“Mano a mano” con Massa
Siempre según la mirada de las máximos responsables nacionales de la estrategia electoral de Bullrich, la pelea para el turno electoral del 22 de octubre es un “mano a mano” con Sergio Massa.
Para vencer al candidato de Unión por la Patria, la apuesta está centrada en los desempeños electorales que se proyectan para la franja central del país, un voto que desde 2015 es clave para Juntos por el Cambio y que a menguado en las Paso de agosto pasado por efecto de la irrupción del fenómeno Milei.
Las provincias de Córdoba, Santa Fe, Mendoza, Entre Ríos y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires son el eje de la estrategia de la principal coalición opositora. En todos esos distritos, la sumatoria de Bullrich-Horacio Rodríguez Larreta terminó por encima de Massa-Juan Grabois en las primarias.
El objetivo que se trazó en el búnker de Bullrich es que el incremento de esas diferencias sobre Massa se constituya en el pasaje al bajotaje con Milei. “En cualquier escenario de segunda vuelta ganamos nosotros”, remarcan confiados.
En las Paso, si bien Juntos por el Cambio terminó tercero en Córdoba –impactado por la cosecha electoral de Juan Schiaretti, que fue segundo luego de Milei–, la brecha con Unión por la Patria fue de 17 puntos (25 a 8). En Santa Fe, en tanto, el margen a favor de Juntos por el Cambio fue de 10 puntos (31 a 21). En Caba, un distrito esquivo para el peronismo, la distancia fue de 25 puntos (48 a 23), mientras que en Mendoza fue de 12 (28 a 16), y en Entre Ríos, con el margen más acotado, terminó en 3 puntos (32 a 29).
Claro que el punto determinante siempre es la provincia de Buenos Aires, donde el peronismo, si bien hizo una mala elección en las primarias respecto de los registros históricos, se impuso por 3 puntos sobre Juntos por el Cambio: 32 a 29.
En el entorno de Bullrich creen que el empeoramiento de las variables económicas –inflación por encima de los dos dígitos, dólar en torno a los 900 pesos y sin techo y una pobreza nacional de 40,1%–, más el impacto de los escándalos en el peronismo –el caso Insaurralde y el del puntero político “Chocolate” Rigau– harán mella en Unión por la Patria para descontarle votos a Massa y posibilitar el acceso al balotaje con Milei.
Bullrich pasó por el Coloquio de Idea que se realizó esta semana en Mar del Plata y terminó con buenas sensaciones. El “círculo rojo” le dio un voto de confianza, señalan cerca de la candidata, pese a que Milei llamó la atención con una reunión paralela que dejó expuestos a algunos de los principales dueños de empresas del país.
Semana final con presencia en Córdoba
Para la última semana de campaña, Bullrich planea cuatro cierres : dos en el interior y otros dos en el Amba. Para el miércoles 18 se proyecta un acto en la ciudad de Río Cuarto. En principio, se proyectó esa actividad para la Capital, pero el objetivo de reforzar el sector productivo terminó inclinando la balanza hacia la capital alterna de la provincia.
La presencia de Bullrich en el interior se verá reforzada, además, con lo que se espera que sea un mayor compromiso de los actuales intendentes de Juntos por el Cambio y de los que fueron elegidos. Por eso, se comenzarán a ver afiches en los que la candidata se mostrará con los referentes locales.
El otro evento fuera de Buenos Aires lo hará en Mendoza, el martes 17, todo un gesto político hacia Luis Petri, el radical mendocino que lo acompaña en la fórmula.
Mientras que los cierres centrales serán en Lanús, en provincia de Buenos Aires, tierra de Néstor Grindetti, candidato a gobernador bonaerense, y en Caba, donde Jorge Macri buscará evitar un balotaje y tributarle un triunfo al PRO.
