Mauricio Macri y Sergio Massa libran una batalla desde el año 2015. En aquel año, el ahora candidato presidencial no aceptó sumarse a la alianza opositora Cambiemos, que llevaba a Macri como principal candidato en los comicios presidenciales. Luego, con el fundador del PRO ya en la Casa Rosada, el vínculo personal y político se rompió definitivamente.
Las idas y vueltas en la política entre Massa y Macri son conocidas. A los pocos meses de asumir la presidencia de la Nación, el 10 de diciembre de 2015, Macri convocó a Massa (Frente Renovador) a un acuerdo ante la imposibilidad de la gestión macrista de aprobar leyes en el Congreso, reformas que Macri consideraba “indispensables”, ante la férrea oposición del kirchnerismo.
Massa se mantuvo alejado del oficialismo, lo que generó el disgusto de Macri, quien tomó una definición de su entonces todopoderoso jefe de Gabinete, Marcos Peña, para bautizar como “Ventajita” al diputado nacional del Frente Renovador.
Con el tiempo, el distanciamiento político se convirtió en rencor personal entre ellos. En 2019, Massa acordó con Cristina Kirchner y con Alberto Fernández para construir el Frente de Todos, que terminó derrotando el sueño de reeleccionista de Macri. La guerra estaba declarada.
La historia reciente es más conocida. Macri respaldó a Patricia Bullrich en la interna de Juntos por el Cambio. Luego que su candidata quedó fuera del balotaje, a las pocas horas, el expresidente hizo un sorpresivo acuerdo con el ultraliberal Javier Milei, el rival de Massa, el próximo domingo, en el definitorio balotaje por la presidencia.
Esta decisión de Macri lo enfrentó con una porción importante del radicalismo, sobre todo con el presidente del centenario partido, Gerardo Morales, muy cercano a Massa, desde 2015, cuando el ahora candidato presidencial ayudó al radical en Jujuy para derrotar al PJ.
El gobernador de Jujuy le recordó a Macri algo que subyace en el áspero enfrentamiento con Massa: los carpetazos.
“Macri está nervioso, porque, si pierde su candidato (por Milei), tal vez tenga que dar muchas explicaciones en Tribunales, por algunas causas judiciales que aún están abiertas de cuando fue presidente”, disparó el jujeño, en respuesta a una chicana de Macri: “Parece que Gerardo Morales y Milagro Sala coincidirán en votar al mismo”, en referencia a Massa.
Fútbol y política
En la guerra entre Macri y Massa se librará el próximo domingo la batalla definitiva por el poder nacional.
Pero, hay otro enfrentamiento, menos relevante, pero también importante para dos “enfermos” por el fútbol, como se reconocen tanto Massa como Macri: el sábado 2 de diciembre serán las elecciones de Boca Juniors.
En los comicios xeneizes, donde se espera que voten 50 mil socios, lo que marcaría un récord, Macri será el compañero de fórmula de Andrés Ibarra, (un exfuncionario suyo) por la principal lista opositora.
Mientra, Massa es uno de los principales soportes financieros y políticos del ídolo boquense, Juan Román Riquelme, que será el candidato presidencial por el oficialismo.
El hoy vicepresidente Riquelme nació y sigue viviendo en Don Torcuato, en el partido de Tigre, el territorio político de Massa.
El exfutbolista y el exintendente de Tigre trabaron una estrecha relación de amistad.
Poco antes de las Paso presidenciales del 13 de agosto pasado, Massa contó detalles de su relación de amistad con Riquelme, en El método Rebord, el programa del periodista Tomás Rebord, en su canal de YouTube.
“Construí una relación muy sólida con Román. Pasamos horas y horas tomando mates, hablando de fútbol y de la vida. Una vez mi hija se sorprendió de vernos tomar mates a las 4 de la mañana. ‘Qué hora tan extraña para tomar mates’, nos tiró”, dijo Massa, hablando de su vínculo con Riquelme.
En esas largas charlas e interminables rondas de mates, seguramente deben haber hablado mucho de un enemigo en común: Macri.
Massa ya había sido el gran sostén de Riquelme cuando enfrentó al candidato macrista Christian Gribaudo en las anteriores elecciones del club.
El oficialismo llevará la misma fórmula, pero invertida: el actual presidente, Jorge Amor Ameal, será el compañero de fórmula de Riquelme, que ahora va por la presidencia.
Con Macri como llamativo candidato a vicepresidente de Boca, Massa ahora está concentrado sólo en los comicios presidenciales del próximo domingo.
Pero, en caso de resultar elegido presidente, jugará fuerte para que Riquelme derrote a su archienemigo político y personal.
El Topo Gigio
No hace falta de la intervención de Massa para alimentar la pelea entre Riquelme y Macri.
La enemistad entre el exjugador y el expresidente surgió cuando Riquelme aún era futbolista, y Macri, el exitoso presidente de Boca.
Fue una pelea por plata. En sus primeros años como futbolista profesional, Riquelme sacaba diferencias en el “verde césped”, como decían los viejos comentaristas de fútbol, pero estaba lejos de ser el mejor pago del plantel multicampeón que dirigía Carlos Bianchi.
Esa discusión llevó a que una vez, luego de un gol en el superclásico contra River, en la Bombonera, luego de hacer un gol, Riquelme corrió y se paró frente del palco presidencial donde estaba Macri para llevarse las palmas de las manos detrás de sus orejas.
“Fue un festejo dedicado a mi hija, a la que le gusta mucho el Topo Gigio”, fue la explicación irónica de Riquelme, para una señal elocuente de discrepancia con el entonces poderoso presidente del club.
En aquellos días agitados, pero gloriosos para Boca, Macri había tomado una polémica decisión, que indignó al volante: dejó trascender un recibo de sueldo de Riquelme, para demostrar que ganaba el doble de lo que decía el jugador.
Fue una declaración de guerra para Riquelme, en una enemistad con Macri que aún persiste, ahora alimentada por su amistad con Massa.
La campaña de Boca será tan álgida como la presidencial nacional, en este enfrentamiento indirecto entre Macri y Massa.
Pero, todo dependerá del resultado del balotaje del próximo domingo. Si Massa se convierte en presidente electo, se convertirá en un respaldo vital para Riquelme.
En cambio, si el libertario Javier Milei, con el apoyo de Macri, es el sucesor del presidente Alberto Fernández, el fundador del PRO tendrá más chances de volver al poder en el club de La Ribera.
Lo que está claro es que Massa y Macri llevan su enfrentamiento personal y político a todos lados. El fútbol, pasión de multitudes, no es la excepción.
