El Banco de Córdoba cerró el primer semestre de 2025 con resultados que muestran un contraste fuerte: crecimiento de depósitos y créditos, pero utilidades que se derrumbaron en comparación con el mismo período de 2024.
Según el balance presentado a la Comisión Nacional de Valores, la entidad cerró la primera mitad de 2025 con un resultado operativo de $ 54.730 millones, muy por debajo de los $ 381.895 millones obtenidos en igual período de 2024, con una caída del 86%. En todos los casos, en moneda homogénea a junio de este año.
La caída refleja el achicamiento del margen financiero en un semestre en el que las tasas de interés fueron a la baja (ahora volvieron a crecer) y la inflación mostró un freno respecto del año anterior.
Después de impuestos, la utilidad neta se redujo drásticamente (más de 98%): el banco informó un resultado de apenas $ 866 millones, frente a los $ 66.000 millones del mismo período del año pasado.
El balance muestra que el resultado neto por intereses, principal fuente de ingresos de la entidad, cayó de $ 345.170 millones en el primer semestre de 2024 a $ 146.081 millones en el mismo período de 2025. La disminución, de casi 60%, estaría vinculada con la baja de tasas de interés dispuesta por el Banco Central y la desaceleración de la inflación, que redujeron el spread financiero que los bancos obtienen entre lo que pagan por depósitos y lo que cobran por préstamos.
En contraste, el resultado por comisiones tuvo una evolución positiva. Pasó de $ 65.225 millones en 2024 a $ 85.694 millones en 2025, lo que implica un crecimiento de 32% interanual. El dato muestra que, aun en un escenario de menor margen financiero, la operatoria transaccional de los clientes y los servicios prestados por el banco ganaron peso relativo en los ingresos totales.
Depósitos y préstamos
En materia de crédito, el Banco de Córdoba cerró junio con una cartera de $ 2,51 billones, lo que implica un crecimiento de 17% frente a diciembre pasado (cuando el stock era de $ 2,15 billones). La mayor parte de ese aumento se concentró en el financiamiento al sector privado, mientras que el crédito al sector público se mantuvo en niveles más moderados.
El dato confirma que, en un contexto de tasas descendentes y menor inflación, el banco logró expandir sus colocaciones en la primera mitad del año. En este caso, la comparación se realiza contra el último cierre anual, a diciembre de 2024, tal como establecen los estados patrimoniales intermedios.
En depósitos, la entidad administra (a junio) un total de $ 3,79 billones, con una suba del 6,2% en relación con fines de 2024. Allí se observa un cambio en la composición: el sector público provincial y municipal aportó $ 1,32 billones, en fuerte aumento frente a los $ 915 mil millones de seis meses atrás, mientras que el sector privado redujo levemente su participación, con $ 2,46 billones frente a los $ 2,65 billones del cierre anterior.
Un dato interesante es la concentración en plazos cortos: más del 85% de los depósitos de Bancor está colocado a 30 días. Apenas un 9% se ubica en plazos de 90 a 180 días, y menos del 1% supera el año. Esta estructura es reflejo de un mayor interés por depósitos que rinden más en el corto plazo, evidencia la preferencia de los depositantes por plazos breves en un contexto de incertidumbre y obliga al banco a operar con un incómodo nivel de renovación mensual de su fondeo.
Igualmente, si bien el Banco de Córdoba (y el sistema bancario argentino en general) tiene una altísima concentración de depósitos a 30 días (96% a fines de 2024 y 95% en junio del mismo año), el último balance intermedio revela un cambio: ese peso se redujo a 85%. Habrá que ver si este leve avance de las colocaciones a mayor plazo se están revirtiendo ahora en el segundo semestre, con el fuerte incremento de las tasas y las elecciones en el horizonte inmediato.
Costos laborales y en personal
El gasto en personal es otro de los capítulos destacados del balance de la primera parte de 2025. Según consta en los anexos, en el ítem “Beneficios al personal” Bancor destinó $ 99.317 millones, por debajo de los $ 124.607 millones de un año atrás. Sin embargo, dentro de ese total se dio un cambio de composición muy marcado.
El ítem remuneraciones sumó $ 66.751 millones (contra $ 78.839 millones en 2024), y las cargas sociales, $ 19.441 millones (contra $ 21.195 millones). En contraste, las indemnizaciones y gratificaciones al personal se dispararon hasta $ 11.591 millones, frente a apenas $ 840 millones en el mismo período del año pasado. Se multiplicaron por más de 13 veces en un año.
Otro rubro que mostró variaciones fue servicios al personal: cayó a $ 1.535 millones, cuando en 2024 había alcanzado $ 23.732 millones. Esto sugiere una reducción en beneficios complementarios (como coberturas, capacitación o convenios), al mismo tiempo que se incrementaron las erogaciones por desvinculaciones.
En síntesis, el banco gastó menos en salarios y beneficios corrientes, pero volcó recursos extraordinarios a indemnizaciones.
Gastos de administración
El balance también muestra cómo evolucionaron los gastos de administración, un rubro que concentra erogaciones operativas no financieras. Allí aparece la partida de propaganda y publicidad, que demandó $ 2.109 millones en el primer semestre de 2025, por debajo de los $ 2.668 millones registrados en el mismo período de 2024. El ajuste es leve en términos absolutos, aunque muestra que el banco redujo recursos en esta área en un contexto de fuerte presión sobre los costos.
Otros ítems con mayor peso son servicios administrativos contratados ($ 27.324 millones), gastos de mantenimiento y reparaciones ($ 27.619 millones) e impuestos ($ 32.923 millones).
En paralelo, hubo recortes más marcados en rubros como transporte de caudales, que pasó de $ 12.956 millones a $ 3.196 millones (-75%), y seguros, que bajaron de $ 3.518 millones a apenas $ 269 millones (-90%).
En conjunto, los gastos de administración totalizaron $ 112.406 millones.