Lejos de padecer el efecto del “pato rengo”, ese que afirma que los gobernantes a los que se le termina el mandato y tienen sucesor pierden centralidad, el gobernador Juan Schiaretti sigue despertando expectativas más allá de las fronteras de la provincia de Córdoba.
Desde hace semanas, su nombre aparece en casi todos los tableros políticos que se imaginan para 2023. En algunos casos, las especulaciones son inverosímiles, aunque hay escenarios más factibles.
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Como sea, el mandatario cordobés aprovecha su distanciamiento respecto del Gobierno nacional, pronunciado desde antes de los comicios de 2021, para instalarse como una figura de mucha potencialidad para los armados nacionales que vienen.
Con ese marco, la semana pasada, en una charla que mantuvo un importante referente del PRO de Córdoba con el diputado nacional Diego Santilli, encumbrado larretista y seguro precandidato a gobernador bonaerense en 2023, “el Colo” lanzó una catarata de elogios hacia la figura del cordobés y hasta graficó qué podría significar la figura de Schiaretti dentro de un eventual armado nacional de Juntos por el Cambio.
“Es el nuevo Pichetto, pero multiplicado por 15″, comparó en referencia al exsenador nacional peronista que en 2019 se sumó a Cambiemos para acompañar en la fórmula presidencial a Mauricio Macri.
Un nombre conocido que empieza a mencionarse para la Capital
La preocupación en el peronismo es por los candidatos que están en cancha para suceder a Martín Llaryora en la intendencia capitalina. Los números que muestran las encuestas confirman que hasta ahora no logran un piso que dé tranquilidad a los estrategas.
“En 2019, Llaryora tenía 25 puntos de base y con el derrame provincial sobró. Ahora, quienes están anotados (Daniel Passerini y Miguel Siciliano) están lejos”, dice un dirigente, no sin preocupación por lo que pueda ocurrir en la elección capitalina.
Así las cosas, comenzaron a barajarse alternativas que tendrán que atravesar el tamiz de las encuestas.
Uno de los nombres que se sumaron a los sondeos es el de Héctor “Pichi” Campana: el ídolo deportivo llegó a la política con Luis Juez en 2003, pero rápidamente cruzó el charco hacia Unión por Córdoba, que lo transformó en vicegobernador y lo llevó como candidato a intendente en 2011 acompañado por Alejandra Vigo, fórmula que quedó segunda, por lo que él se transformó en concejal. Luego ocupó una banca en la Legislatura y ahora se desempeña en la Agencia Córdoba Deportes.
“Es nuestro Scioli: un incondicional”, bromea el dirigente peronista que, de todas formas, apuesta a que Passerini gane terreno.
La gran ventaja de “Pichi” es el nivel de conocimiento por su exitosa carrera deportiva, haber acompañado a Schiaretti en su primera gestión e inmolarse en 2011 frente a un Ramón Mestre en ascenso.
Mestre se muestra activo y piensa en 2023
Con distintas acciones, el exintendente de Córdoba Ramón Mestre continúa en la trabajosa tarea de hacer política desde el llano, tras su salida del poder en 2019 y la imposibilidad de lograr una banca legislativa nacional en 2021.
El objetivo del extitular de la UCR cordobesa es mantener influencia y ser parte de las decisiones para 2023.
Desde su entorno, no descartan ninguna posibilidad. Mestre ha dicho que en esta etapa está para “acompañar”, aunque aclara que siempre y cuando encuentre apertura y generosidad de sus aliados en el partido.
En los últimos días, el también exsenador nacional intercambió actividades en Córdoba y en Buenos Aires. En Capital Federal, como integrante de la conducción nacional que lidera el jujeño Gerardo Morales, fue parte de un encuentro del Foro Nacional de Intendentes de la UCR.
En la capital provincial, en tanto, Mestre estuvo a cargo del lanzamiento de una serie de talleres virtuales gratuitos del Centro de Planificación Estratégica de Córdoba (Cepec).
Además, el exintendente mantiene sus recorridas semanales por merenderos y comedores de barrios humildes de la ciudad de Córdoba.
La Militante, lanzada con Llaryora
La Militante fue una agrupación de jóvenes dirigentes que José Manuel de la Sota impulsó desde la ciudad de Río Cuarto, cuando el entonces gobernador transitaba su tercer mandato no consecutivo (2011-2015) y ya se había radicado en la capital provincial alterna.
Su pareja en ese momento, Adriana Nazario, se convirtió en la referencia de la agrupación, porque el mandatario provincial pasaba mucho tiempo en Buenos Aires.
Luego del fallecimiento del exgobernador, en 2018, Nazario se acercó a Sergio Massa y también coqueteó con el albertismo a través del entonces senador nacional Carlos Caserio.
Sin embargo, en el nuevo escenario provincial, La Militante fue la primera agrupación interna del PJ cordobés que lanzó la candidatura a gobernador de Martín Llaryora. Lo hizo en el interior, pero este sábado realizó un acto en la ciudad de Córdoba, en el auditorio del gremio de Luz y Fuerza.
A través de las redes sociales, la agrupación se define con este lema: “La Militante de José Manuel, con Llaryora”, con lo que busca dejar en claro que para esta agrupación delasotista no hay dudas sobre quién tiene que ser el candidato para suceder al gobernador Juan Schiaretti.
Vigo fue al territorio de Caserio
Luego del triunfo schiarettista en la ciudad de Villa Carlos Paz dentro de la interna del PJ provincial, la senadora nacional Alejandra Vigo fue a la principal plaza turística de la provincia a saludar al nuevo titular partidario de esa ciudad, Omar Trejo.
Pese a que el schiarettismo perdió en el departamento Punilla ante la lista que encabezó la legisladora provincial Mariana Caserio, la esposa del gobernador Juan Schiaretti fue a levantarle la mano al nuevo titular del partido de la villa serrana.
Vigo estuvo acompañada por Ricardo Moreno y Sergio Fittipaldi, máximos representantes de las 62 Organizaciones Peronistas.
El dirigente capitalino y el gremialista fueron el respaldo más fuerte que tuvo Matías Montoto, el candidato departamental del schiarettismo, para enfrentar a la boleta que bendijo el exsenador Carlos Caserio, quien impulsó la postulación de su hija para la reelección como presidenta departamental.
Como una señal de respaldo, incluso del gobernador, al lado de la senadora nacional se sentó la secretaria de Desarrollo Social de la provincia, Deborah Petrokovsky, a quien Caserio le pidió su renuncia, tras acusarla de haber hecho clientelismo político en la campaña, con fondos del Gobierno provincial.
El schiarettismo jugó muy fuerte en Punilla para tratar de derrotar a los Caserio, pero a través de su hija, el flamante vicepresidente del Banco Nación “salvó la ropa”, reteniendo la conducción del departamento.
“No le ganamos a Montoto. Le ganamos a Schiaretti, porque en la lista estaba su foto y la campaña la hicieron con su nombre y la plata del Gobierno de Córdoba”, dijo desafiante Caserio luego de que la lista de su hija derrotara por 700 votos a la del schiarettista Montoto.
