Aunque la tensión y el enfrentamiento entre la Casa Rosada y las provincias escribe nuevos capítulos casi todos los días, en privado el gobernador Martín Llaryora dice convencido que el presidente Javier Milei no tiene otro camino que convocar a los gobernadores a una mesa de negociación.
La primera señal se dará este martes, cuando el ministro del Interior, Guillermo Francos, viaje a Salta, donde se reunirá con varios gobernadores del norte del país.
Desde el entorno de Llaryora niegan que haya algún contacto con la Casa Rosada, pero el mandatario provincial considera que luego del fracaso de la aprobación de la “ley ómnibus”, el Gobierno comenzará a enviar proyectos al Congreso por distintos temas. “Si quiere sacar alguna ley, tendrá que hablar con los gobernadores”, aseguró un llaryorista de la primera hora.
Mientras aceita sus contactos con colegas como Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Rogelio Frigerio (Entre Ríos) y Gustavo Sáenz (Salta), entre otros, Llaryora bajará el tono de sus críticas a la Casa Rosada, como un modo de dejar margen para una convocatoria al diálogo.
En el Centro Cívico también creen que la Justicia podría frenar la quita de los subsidios nacionales al transporte público en el interior, como el incentivo docente (Fonid), que están por ley, lo que obligaría al Gobierno a abrir una negociación con las provincias.
“Está claro que habrá un ajuste para las provincias, especialmente en la partida de envíos discrecionales, pero Milei no podrá podar todo. Es inviable políticamente, y tampoco pasará por la Justicia”, dijo otro llaryorista, con tono optimista, pese a las embestidas del Presidente contra los gobernadores.
Río Cuarto: por ahora, el gobernador no se mete en la áspera interna peronista
En el PJ cordobés, muchos observan con preocupación la interna cada vez más áspera que se vive en Río Cuarto, donde habrá elecciones municipales antes de julio. El intendente Juan Manuel Llamosas oficializará en los próximos días el día de votación, en un contexto de división en el oficialismo. Hay dos candidatos que hace rato están en campaña: el secretario de Gobierno municipal, Guillermo de Rivas, y Adriana Nazario, referente del delasotismo en la capital alterna provincial.
En este contexto, muchos miran al gobernador Martín Llaryora, quien por ahora no muestra signos de preocupación por la interna. Desde su entorno, aseguran que el mandatario provincial está tranquilo porque las encuestas marcan que la gestión del intendente Llamosas “levantó mucho”, y el Gobierno provincial tiene una “muy alta consideración” entre los riocuartenses.
Llamosas respalda a su funcionario, mientras que Nazario no está dispuesta a ir a una interna. La última pareja del fallecido exgobernador José Manuel de la Sota dice que será candidata por el oficialismo o por afuera.
En el Centro Cívico, aseguran que Llaryora no se meterá en la interna, pero que luego respaldará al candidato del oficialismo, es decir, quien tenga el apoyo de Llamosas.
Algunos oficialistas le plantearon al gobernador que sería “riesgoso” ir con dos candidatos, en el caso de que no haya unidad entre el llamosismo y Nazario, pero Llaryora no se muestra preocupado. Asegura que la oposición también irá dividida, por lo que le baja los decibeles a la preocupación que muestran otros peronistas.
El oficialismo celebra la división de los gremios estatales
En los dos últimos años de la gestión schiarettista, los gremios estatales habían logrado una unidad que les trajo buenos réditos a la hora de discutir paritarias.
Si bien el Gobierno provincial siempre negoció de manera individual, los gremios se reunían y acordaban una estrategia en común.
Eso de algún modo no ocurrió en la primera negociación con la gestión del gobernador Martín Llaryora. Si bien los gremios se reunieron y acordaron que se respetara lo firmado con el anterior gobernador Juan Schiaretti para los salarios de enero, luego cada uno firmó un acuerdo distinto.
El Sindicato de Empleados Públicos (SEP) acordó un aumento del 10% y una suma fija de 40 mil pesos. Por su parte, el gremio de los jerárquicos (UPS) conducido por Domingo Ovando rechazó la suma fija y firmó por un 14,6% de aumento. Para los jerárquicos, la suma fija tiene menor impacto que para el SEP, cuyos afiliados tienen los sueldos más bajos.
El único gremio que aún no cerró la paritaria es la UEPC (docentes) que rechazó el ofrecimiento del 14,6, aunque la Provincia les pagó el aumento por decisión unilateral.
En el Centro Cívico son muy cautos, pero en privado celebran esta suerte de dispersión que se está dando entre los estatales a la hora de negociar salarios. Será la estrategia del oficialismo para las próximas discusiones, que serán en abril. Más allá de que aún resta cerrar con los docentes.
Los uniformes empiezan las clases
La propuesta había generado cierto consenso popular en el marco de una crisis económica que golpea los bolsillos de las familias sin distinguir categoría social. Sin embargo, en la Unicameral fue sepultada por falta de apoyo.
El legislador Rodrigo Agrelo sorprendió semanas atrás con su propuesta de eximir de la obligatoriedad de usar uniformes en los colegios durante este año, para aliviar el gasto que represente otro ítem importante de la canasta escolar, ante el inicio de las clases.
La propuesta tuvo el rechazo de Hacemos Unidos por Córdoba, del juecismo y de dos legisladores del PRO, además de la legisladora Karina Bruno.
La idea de que se dejen de lado las exigencias de los uniformes cosechó 27 votos (contra 42 del oficialismo y otros legisladores de la oposición). La propuesta de Agrelo fue acompañada por la UCR; por la izquierda; por parte del bloque del PRO; por Federico Alesandri, alineado con el anterior Gobierno nacional, y por La Libertad Avanza.
“Lamento esto porque nace por el pedido de padres ante la situación de no llegar a comprar el uniforme; sería una buena contribución al eslabón más débil, que son el padre y la madre agobiados por los gastos de marzo”, aseguró Agrelo.
