El dólar cerró la primera semana de flexibilización del cepo cambiario con una fuerte baja en todas sus versiones y el presidente, Javier Milei, advirtió que no habrá intervención para sostener el precio hasta que no toque el piso de la banda.
El dólar minorista perforó los $ 1.200 y cotizó en promedio en $ 1.126 para la compra y $ 1.179,4 para la venta, que equivale a un alza de 8% frente al valor que tenía antes de la eliminación de las restricciones.
En tanto, el dólar mayorista culminó el tercer día sin cepo cambiario en $ 1.126 y $ 1.135 para ambas puntas, respectivamente. Esto implica un aumento de 5% respecto del viernes 14.
En la misma línea, el MEP retrocede hasta $ 1.178 y el Contado con Liquidación a $ 1.184.
También las opciones a futuro exhibieron una fuerte caída de entre 5% y 6% en todas las posiciones. A fin de abril se pagó $ 1.152 y para fines de diciembre se cerraron contratos a $ 1.372.
Por su parte, el dólar blue cayó hasta $ 1.250 en Buenos Aires ($ 1.263 en Córdoba).

Si bien confluyen varias razones, los analistas consideran que esta tendencia bajista se disparó tras la decisión del Banco Central de autorizar el ingreso al mercado de cambio de no residentes.
En otras palabras, la resolución del martes le permite a inversores extranjeros traer dólares al país, venderlos en el mercado oficial y luego aprovechar la diferencia colocando esos fondos en algún instrumento a tasa en pesos: el conocido carry trade.
Para evitar el perjuicio que pueden provocar estos “capitales golondrina” si cuentan con plena libertad de entrada y salida, el Banco Central les impuso una estadía mínima de seis meses.
Con este escenario enfrente, los operadores financieros concluyeron que el tipo de cambio puede caer y salieron a ofrecer dólares.
El retroceso del precio del dólar reavivó la discusión por “el atraso cambiario”, ya que la modificación del esquema, hasta el momento, no corrigió el supuesto desequilibrio del que se quejaba buena parte de los analistas y el empresariado nacional.
El presidente, Javier Milei, salió al cruce de los primeros comentarios al respecto y fue enfático: “No se va a intervenir hasta que toque el piso de la banda. Esto es, hasta $ 1.000 no se compra”.
En ese sentido, por tercer día consecutivo, el Banco Central informó que no tuvo actividad en el mercado de cambio. Las reservas brutas quedaron en U$S 38.612 millones, con una suba de U$S 1.813 millones. Ese incremento es producto del ingreso de un tramo de los créditos comprometidos por el Banco Mundial por U$S 1.500 millones y otros U$S 300 millones por revaluación de monedas que integran las reservas.
El escenario es desafiante para el sector agroexportador, que en el momento de mayor liquidación se enfrenta a un escenario de incertidumbre.
Superávit el marzo
Desde el Palacio de Hacienda también destacaron que el sostenimiento del esquema cambiario se sustenta en la consolidación del superávit fiscal.
Este miércoles el Ministerio de Economía informó que en marzo el superávit fiscal fue de $ 398.90 millones.
“La caja es sagrada”, fue la frase que eligió Milei para resaltar el equilibrio fiscal.
El resultado de marzo fue producto de un saldo primario de $ 745.339 millones y con un pago de intereses de deuda pública por $ 346.430 millones.
El Ministerio de Economía enfatizó que de esta forma “se consolida el ancla fiscal”, que de acuerdo a la política oficial es la herramienta esencial para bajar la inflación y mantener estables el resto de las variables.
Con el resultado de marzo, el superávit acumulado en el trimestre es de 0,2% del PIB, con un superávit primario (previo al pago de intereses de la deuda) de 0,5% del PIB.

El gobierno había arrancado 2025 con un objetivo de superávit fiscal de 1,3% del PIB, pero tras la convulsión internacional que generó la política arancelaria de Donald Trump decidió elevarlo a 1,6% en prevención del impacto que pudieran tener sobre los ingresos fiscales.
“El superávit se alcanzó en simultáneo a la vigencia de distintas medidas de reducción de impuestos que vienen implementándose en los últimos meses”, afirmó el Palacio de Hacienda.
El parte oficial puntualizó:
- La expiración del Impuesto PAIS en diciembre (había aportado 0,3% del PIB en el primer trimestre de 2024)
- La baja transitoria de derechos de exportación para exportadores que cumplan con el plazo establecido para la liquidación de divisas
- La derogación a partir de marzo de la suspensión de los certificados de exclusión, lo que incidió negativamente en la recaudación de las percepciones aduaneras en IVA y Ganancias.
Los ingresos totales en marzo alcanzaron los $ 9.476.621 millones con un alza de 54,8% interanual.
En lo que respecta a los recursos tributarios, presentaron un crecimiento de 60,1% explicado principalmente por la variación de los ingresos correspondientes a Ganancias (104,3%), Aportes y Contribuciones a la Seguridad Social (99,7% ), Derechos de Importación (+89,8%) y Exportación (78%), IVA neto de reintegros (59,4%) y Débitos y Créditos (57%).
Durante marzo, los gastos primarios alcanzaron a $ 8.731.282 millones y subieron 58,8%.
Sobre los gastos, Economía destacó un aumento de 73% en las prestaciones sociales a $ 6.306.205 millones. Según se indicó “esta suba es producto del impacto de la fórmula de movilidad aprobada y de la ayuda escolar anual que se otorga habitualmente en marzo”.
Por otra parte, las remuneraciones alcanzaron los $1.147.470,3 millones (39,3%) a partir de los incrementos otorgados en el marco de las políticas salariales acordadas.
Añadió que las transferencias corrientes alcanzaron los $ 3.033.494 millones (39,6%). Aquellas correspondientes al sector privado presentaron un crecimiento de $ 771.584,6 millones (40,3%).
Economía precisó que “los subsidios económicos presentaron una caída de $ 52.499 millones ( -11,9%), donde los energéticos variaron -$163.914 millones (- 53,1%), mientras que los destinados al transporte se incrementaron en $ 119.314 millones (114,7%).