Esta semana buena parte del poder económico del país se mudó al Llao Llao. En el hotel que es postal obligada en Bariloche, dueños de buena cuota de las grandes empresas argentinas se reunieron a celebrar el ya tradicional foro en el que intercambian sus miradas y preocupaciones por la coyuntura argentina y escuchan, sin presencia de medios, a interlocutores clave.
El ministro de economía, Martín Guzmán; el expresidente Mauricio Macri; el jefe de Gobierno porteño, Horario Rodríguez Larreta, y el diputado Javier Milei integraron parte de esa última nómina en la edición de este año.
Nacido por iniciativa de Eduardo Elsztain, accionista del Llao Llao y dueño, entre otros negocios, de Irsa, la mayor operadora de shoppings del país, el Foro cuenta también con el apoyo y la participación activa de Endeavor, la fundación dedicada a impulsar emprendedores de alto impacto que se convirtió, merced a su éxito, en el espacio de pertenencia de la nueva y creciente camada de empresarios contemporáneos: los llamados “tecnológicos”.
Con la misma velocidad que sus empresas escalan en el país y fronteras afuera, este colectivo viene ganando centralidad en el mundo de los negocios y de sus tribunas. Como la del Foro Llao Llao, donde muchos de sus referentes integraron la selecta lista de unos 100 asistentes (entre ellos el cordobés Luciano Nicora, vicepresidente de Endeavor y e integrante del núcleo organizador del encuentro) y donde los 25 años de Endeavor fueron uno de los hitos más festejados.
Marcos Galperin, fundador y CEO de Mercado Libre; Martín Migoya y Guibert Englebienne, dos de los creadores de Globant o Pierpaolo Barbieri, el joven líder de Ualá, todos “emprendedores Endeavor”, son algunas de las figuras esterales de este nuevo seleccionado que día a día se fortalece como referente aspiracional de un nuevo tipo de empresariado.
“Innovadores, soñadores, modernos, positivos y resilientes. Un perfil más fresco que no le teme al fracaso, que se mide por el mérito y que apuesta a apoyar a otros emprendedores, a construir red”, describen con orgullo desde el corazón de Endeavor.
Acceder al estatus de “emprendedor Endeavor” no es fácil: requiere sortear un exhaustivo proceso de selección que confirma que se trata de un impulsor de negocios de “alto impacto”, es decir, con capacidad de inspirar nuevos modelos, multiplicar puestos de trabajo y detonar múltiples cambios en el entorno. Una pulsión importante que debe latir en él: el deseo de construir lazos sólidos colaborativos con el propio ecosistema emprendedor.
Trabajar con foco en la tecnología no es condición excluyente, aunque esta constituye un vector central en la mayoría de las compañías de crecimiento exponencial que encajan con el perfil.
En definitiva, se trata de personas que están creando empresas con “pasta” de unicornio, ese rótulo acuñado en el sector para aquellas firmas que logran superar los mil millones de dólares de valuación de mercado.
Caballeriza de unicornios
De los 11 unicornios argentinos, seis integran formalmente las filas de Endeavor; pero casi todos se vinculan a su comunidad. Por eso aquí, y en buena parte de los más de 30 países donde opera, la fundación ha logrado fortalecerse como una verdadera caballeriza de estos seres mitológicos y, desde allí, operar como un espacio donde germina el eslabón más fresco del “círculo rojo”.
Y eso a pesar de que por su perfil, esta nueva generación de empresarios reniega de ser definida con ese rótulo geométrico y otros asociados al establishment más tradicional; e insiste en que su mentalidad de emprendedores está constituida de otra materia.
¿Qué pasa con la participación cordobesa en este territorio? Además del protagonismo de Nicora -un temprano miembro, clave en impulsar la tarea de la fundación sobre todo en el interior- otros cuatro nombres ingresaron desde la sede mediterránea a la lista de los hoy 180 “emprendedores Endeavor”.
Se trata de Martín Frascaroli (Aivo, inteligencia artificial), Vanesa Durán (Vanesa, venda directa), Mauro Bono (Virixene, grupo farmaceútico) y Diego Noriega (santiagueño, egresado dela UNC y creador de Alamaula que ingresó por la filial local).
Encaminados en este proceso están los cuatro creadores de Filadd –plataforma que brinda preparación para el ingreso universitario de manera online– , los primeros cordobeses que acceden al selecto programa de impulso “ScaleUp” de Endeavor.
Aunque se trata de casos valiosos y con probado mérito, el número resulta aún bajo sobre la nómina total de casi 200 fichados en la organización. Máxime teniendo en cuenta la vitalidad del ecosistema emprendedor local, el apoyo oficial que se inyecta al sector con buena brújula desde hace tiempo y el vigor del capítulo local de Endeavor, generador de múltiples actividades de formación, intercambio y encuentro para toda esa comunidad.
Sin embargo, lo que esos factores sí parecen augurar, es que quizá el sueño compartido no esté lejos de concretarse: “Estamos esperando el primer unicornio cordobés”, se entusiasman desde las filas de la entidad.
