El panorama se ha complejizado en todas las esferas de las actividades que, a diario y en un país normal, mueven los motores de la economía.
Un fenómeno que, por caso, se refleja en la brusca caída de ventas de los comercios minoristas pyme. Ello, se deduce, asociado a la retracción de los consumidores en todos los rubros.
Si bien la situación afecta a muchos sectores, no deja de preocupar que uno de los ámbitos comerciales minoristas más golpeados sea el de la alimentación.
Según un estudio de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came), en febrero las ventas en esos negocios cayeron en promedio un 25,5% interanual.
Aun quienes ven imprescindible un cambio de raíz en la lógica que desde hace décadas marca el devenir económico del país comparan la crisis que agobia por estos tiempos a los comerciantes minoristas con la que obligó a bajar centenares de persianas en todo el país durante la pandemia del Covid-19.
En Córdoba, la depresión en materia de ventas no difiere de la que se observa a escala nacional, a tenor de los reportes difundidos por la Federación Comercial de Córdoba, sus cámaras y sus centros comerciales.
Lo cierto es que mientras se demoran acuerdos políticos de fondo, los comerciantes de pequeño porte encuadran el pasado febrero como un mes para el olvido. Y llegan a admitir que hubo días consecutivos en que no se vendió nada.
Las previsiones económicas ubican en mayo, junio o julio el momento en que los índices de inflación podrían retornar a niveles de un dígito mensual. Pero, mientras tanto, continúan la incertidumbre y se prolongan ajustes como la quita de subsidios y la liberación de tarifas, como la de energía eléctrica, luego de años en que las facturas expresaban valores apenas simbólicos, sin distinciones entre quienes realmente necesitaban el auxilio del Estado y quienes podían afrontar valores más cercanos a la realidad.
Como informamos en los últimos días, la administración nacional aumentó el costo de la energía eléctrica y, por esa razón, a partir de este mes las facturas de la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (Epec) llegarán con subas del 100% para comercios y usuarios residenciales.
El impacto monetario de la medida será inmediato para los minoristas, jaqueados por el derrumbe de las ventas y en función de que todavía no se perfila una tregua en medio de la escalada alcista.
La actividad pyme lleva años de retrocesos por factores casi siempre emparentados con la cuantiosa carga impositiva y por la ausencia del Estado en bien de fomentar una función de enorme utilidad para el consumo social colectivo.
En este contexto de crisis, al que se suma la pérdida de utilidades, deberían acelerarse reformas estructurales que alivien el ahogo tributario y de la legislación laboral, y que acompañen la adaptación del sector al nuevo entorno que promueve la actual administración nacional.
