Era un objetivo. Se transformó en casi una obsesión. En el PJ de Córdoba, no cesan los intentos para que la denominada “nueva coalición” tenga una porción más grande de componente no peronista de la lograda hasta ahora. Son horas frenéticas, como para todo el sistema político provincial, con el cierre de listas en tiempo de descuento. Martín Llaryora en persona está al frente de lograr el fichaje de un extrapartidario que agite el tablero y torpedee el presente de Juntos por el Cambio.
Se busca un golpe de impacto que potencie lo que para el oficialismo fue una excelente noticia: la no fórmula provincial Luis Juez-Rodrigo de Loredo, principal temor del PJ en los últimos meses.
En esa línea se inscriben las conversaciones y los contactos que se aceleraron en las últimas horas entre el peronismo y dirigentes del PRO, específicamente.
Llaryora apostaba a que un guiño político del expresidente Mauricio Macri le asfaltara el camino. El candidato y el líder del PRO se reunieron el año pasado, pero desde aquel comentado encuentro no hubo un nuevo contacto directo entre ellos.
Llaryora buscó primero sumar a Gustavo Santos. Luego fue por Pedro Dellarossa y también intentó con Gabriel Frizza. Todos hablaron con el intendente, pero ninguno recibió la orden macrista de dar el salto.
La diputada Soher El Sukaria es otra de las apuntadas por Llaryora. Se trata de la dirigente del PRO más valorada por el PJ, y de excelente sintonía con la senadora Alejandra Vigo.
En las usinas del macrismo aseguran que el tiempo para una jugada de ese tipo concluyó. Allegados al expresidente afirman que “ya es tarde” para una acción así. El Sukaria sólo daría un salto de esa magnitud con la aprobación del exjefe del Estado, sostienen en su entorno. No pasará. El plan de la mujer, en cambio, asoma sólido junto a De Loredo, como su vice. Esa opción tiene el aval de la mayoría del PRO nacional. El capítulo capitalino, de todas maneras, se resolverá en unas semanas y no estará exento de fuertes tensiones.
Amplitud y conveniencia
La misma lógica de “apertura” política que muestra esta versión del peronismo y sobre la que hizo hincapié Llaryora en la presentación del armado en la ciudad de Río Cuarto es la que mantiene con vida las chances de que un dirigente extrapartidario rompa con la tradición de binomios puramente peronistas para la gobernación.
“Ni Natalia (de la Sota) ni (Juan Manuel) Llamosas le aportan votos a Martín. A eso lo tenemos medido y no hay dudas. Si queremos dar un mensaje de amplitud hacia otras fuerzas, eso tiene que estar expresado en la fórmula”, analizó un schiarettista de la “vieja guardia”, compartiendo el pensamiento que Llaryora machaca desde hace meses y que busca hacer prender entre la dirigencia del PJ.
A falta de nuevas incorporaciones, la opción Myrian Prunotto sigue con chances, por más urticaria que genere en algunos sectores del peronismo y las advertencias que se escuchan respecto del impacto interno que tendría hacia adentro del PJ una movida de ese calibre.
Un ejemplo que evidencia la decisión que tienen al respecto el candidato y su comando de campaña se vio reflejado en el inusual y desprolijo desmanejo que hizo el PJ de su última marca insignia. La ganadora Hacemos por Córdoba, con la que Schiaretti rompió récord de adhesiones en 2019, recibió un manoseo innecesario. Por unos días, pasó a llamarse Hacemos Juntos por Córdoba, pero bastó que la oposición –como era lógico– objetara judicialmente el parecido con Juntos por el Cambio para que se renombrara como Hacemos Unidos por Córdoba.
Ambulancia y heridos
“Dale arranque a la ambulancia y salgamos a juntar heridos”, aseguran que se lo escuchó decir a Llaryora el viernes pasado, en medio de la euforia que atravesó a su equipo cuando De Loredo subió a las redes sociales el video de lo que algunos señalan –no sin sorna– fue su segundo renunciamiento en pocas semanas.
En el peronismo confían en que el cierre de listas de la oposición –un verdadero mundial de la rosca, que concluirá el sábado al borde del plazo fatal de la medianoche– dejará heridos suficientes a los que socorrer.
En ese listado, el PJ inscribe a Javier Pretto, presidente del PRO provincial. Allegados al exintendente de La Carlota aseguran que el propio Llaryora puso sobre la mesa y a disposición la candidatura de este a viceintendente para acompañar a Daniel Passerini. Si no hay amplitud en la fórmula provincial, pues que la haya para la capitalina, es el lema en el oficialismo. Pretto sería presentado este viernes como dupla de Passerini para la Capital.
Clima cambiante
A diferencia del complejo abril que vivió la administración Schiaretti y la zozobra que se hizo evidente en la campaña de Llaryora, con la inseguridad en el tope de las preocupaciones ciudadanas y el impacto horadante de la inflación que avivó aún más los reclamos de los docentes y de los trabajadores del sector de la salud, mayo asoma con otro tinte para el oficialismo.
El cambio de clima que se respira en el oficialismo comenzó con el arreglo salarial mejorado que aceptó la mayoría de los estatales y tuvo su punto de inflexión en la opción capitalina que tomó De Loredo. La oficialización de la precandidatura nacional de Schiaretti coronó la escena.
En el juecismo insisten con que la maniobra interna fue una estrategia acordada con el radical y que todo fue fruto de un acting perfectamente guionado. La semana próxima, con un acto formal de lanzamiento y dos campañas en paralelo que prometen será una sola, Juez y De Loredo comenzarán a mostrar si su película está para los Oscar o para el cine club barrial.
