A principios de año, existió una polémica respecto del apoyo a eventos como el Cosquín Rock, en el que hubo críticas cruzadas entre el gobernador cordobés y el presidente de la Nación respecto de lo que generaban estos acontecimientos y el impacto económico resultante.
Luego, Córdoba recibió el superclásico del fútbol argentino, que logró un lleno total en hoteles, récord de aviones privados en el aeropuerto Córdoba y una enorme influencia económica en restaurantes y en otros negocios. Sucedió algo similar con el partido Estudiantes-Boca y con eventos musicales o congresos médicos que incrementan el porcentaje de ocupación hotelera.
Los eventos deportivos y artísticos son poderosas herramientas para atraer turismo tanto a nivel nacional como internacional. Su impacto trasciende las fronteras y genera beneficios económicos, sociales y culturales para las comunidades anfitrionas.
Según datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT), los eventos deportivos pueden aumentar los ingresos turísticos hasta un 20%.
Casos como el Super Bowl en Estados Unidos, que genera más de U$S 500 millones en ingresos directos para la ciudad anfitriona o, como hace unos días, Madonna en Río de Janeiro, donde especialistas destacan que el impacto económico en esa ciudad brasileña fue de U$S 60 millones, entre alojamientos, vuelos, comidas y demás, son una clara evidencia del impacto que pueden generar eventos masivos.
Otros números sobre la revolución de Madonna en Río: la cantidad de pasajes aéreos subió 82%, las consultas en Airbnb crecieron 1.000% y se agregaron 320 ómnibus de San Pablo a Río los dos días previos.
Efectos positivos
Además, hay que considerar la promoción del destino que indirectamente generan los grandes eventos, debido a la atención que producen en los medios de comunicación a nivel nacional e internacional, lo que aumenta su visibilidad y la conciencia del lugar como destino turístico. Madonna, Copa América, un superclásico o el Tour de Francia son seguidos por millones de espectadores en todo el mundo, lo que promociona el lugar del evento, una ciudad o un país.
La organización de eventos deportivos y artísticos a menudo requiere mejoras en la infraestructura local, tanto de estadios, como de aeropuertos y hoteles, entre otros. Pero, por otro lado, también requiere de personal capacitado en todas estas áreas, que esté preparado en idiomas, y servicio para recibirlos y acogerlos.
Estas inversiones no sólo benefician al evento en sí, sino que también dejan un legado duradero que mejora la calidad de vida de los residentes y la capacidad para recibir turistas en el futuro.
La organización y la realización de eventos deportivos y artísticos generan una demanda temporal de mano de obra en diversos sectores, como el turismo, la hostelería, la seguridad, el transporte y el entretenimiento. Por ejemplo, los Juegos Olímpicos de Londres 2012 crearon alrededor de 200 mil empleos temporales. Los países luchan por recibir los Juegos Olímpicos, mundiales o finales, reconociendo el impacto económico directo, aunque también el indirecto, en el mediano plazo, y el aumento del prestigio y el posicionamiento regional y global.
¿Es importante lo que significa un evento para impulsar la marca ciudad, como es París 2024?
Un evento con las características de los Juegos Olímpicos requiere de una ciudad sumamente preparada, no solamente en cuanto a infraestructura –teniendo en cuenta aeropuertos y estaciones ferroviarias, como también la ampliación de las plazas hoteleras y gastronómicas–, sino además la logística que implica, desde el aumento en la frecuencia de vuelos y trenes hasta toda la dinámica del transporte.
Esto le significaría a París no sólo un aumento de la atracción turística en lo que respecta a la marca país, sino además que evidenciaría la capacidad y la credibilidad como anfitrión para resolver y cumplir con las expectativas.
Economía de los congresos
Los especialistas hablan de que para el turismo y la infraestructura lo mejor es captar varios eventos de tamaño mediano que uno grande, ya que este último da beneficios, pero sólo en un corto período y no asegura la sostenibilidad a lo largo del año.
Algunos casos que hemos tenido en la ciudad de Córdoba son el pasado superclásico Boca-River, disputado el 21 de abril, que no sólo generó gran expectativa entre los hinchas, sino que además logró colmar las plazas hoteleras de la ciudad con tarifas por noche que rondaban los U$S 200.
Es difícil que una ciudad arme una nueva infraestructura (más hoteles, más camas, etcétera) sólo para un evento de dos días. En cambio, por ejemplo, las fiestas organizadas y establecidas por Villa General Belgrano aumentan la cantidad de hoteles, cabañas y plazas en la ciudad, porque eso asegura más presencia, sin tener un hiperevento convocante.
En conclusión, los eventos deportivos y artísticos desempeñan un papel crucial en la atracción de turismo nacional e internacional, ofreciendo beneficios económicos, promocionales o de visibilidad, sociales y culturales al destino. Las cifras y los casos mencionados anteriormente respaldan y justifican la importancia de invertir en la organización y la promoción de estos como una estrategia efectiva para impulsar el desarrollo del destino. En este tema, Córdoba tiene aún muchos desafíos por delante, pero también mucho que ofrecer.
* Licenciada en Hotelería
