A lo largo de la vida, la gente busca obtener las bendiciones y la misericordia de Dios, ya sea la buena salud, la riqueza o el sustento, entre muchas otras más.
Algunos usan los dones que Dios les dio, como la inteligencia y el razonamiento, para reconocer esas bendiciones y comprender el propósito de sus existencias y por ende la de un Ser superior que gobierna este universo.
Dios está lleno de amor y cariño hacia su creación y no excluye a nadie de su misericordia, inclusive para aquellos que no creen en Él. Cómo podría no ser así cuando tiene varios atributos que son propios de un gran Dios. Es el Compasivo, el Tierno, el Benefactor, el Clemente y el más Generoso.
Estos nombres indican que Él bendice a todos por igual y se dirige a ellos cuando dice: “Hijo de Adán, si vienes a mí lleno de pecados tan grandes como la tierra sabiendo que yo soy el único Dios que perdona, tendrás un perdón tan grande como la tierra misma”.
Desde el principio de la creación, el hombre no ha estado solo para hacer frente a los obstáculos que enfrentaría a lo largo de la vida. Por la misericordia de Dios, el hombre recibió revelaciones por medio de los profetas, quienes las propagaron entre la gente.
“Ha hecho descender sobre ti el libro con la verdad (el Corán), confirmando lo que ya había, al igual que hizo descender la Torá a Moisés y el Evangelio a Jesús”. Corán (03:03).
La creación de los seres humanos y de todas sus facultades es una gran misericordia en sí misma. El simple hecho de poder levantarnos todos los días de la cama, trabajar, comer y dormir, y demás actos diarios, nos debe hacer reflexionar y agradecer.
“Como parte de Su misericordia os hizo la noche y el día para que en ella descanséis y en él busquéis Su favor para que agradezcáis al Señor”. Corán (28:73).
Desde el momento de nuestro nacimiento, Él nos ha creado sin pecado alguno. Recién cuando la persona alcanza la madurez y el discernimiento, a partir de allí, cada uno es responsable de sus actos y rendirá por ellos. “Cada uno será responsable de sus actos y nadie pagará por los pecados de otros”. Corán (06:164).
Él es tan generoso que nos dice: “Siervos míos que habéis excedido en los pecados, no desesperéis de la misericordia de vuestro Señor”. Corán (39:53).