El sector agropecuario recibió este sábado, en el escenario del predio de la Sociedad Rural Argentina, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, uno de los anuncios más esperados de boca del presidente de la Nación: una baja de retenciones permanente para los granos y para la carne, tanto vacuna como aviar.
Más allá de que la gran ilusión del campo es una eliminación de esos gravámenes, Javier Milei ha sido claro en su discurso cuando señaló que, en las actuales condiciones de la economía argentina, semejante medida resulta imposible.
No obstante, las reducciones de alícuotas de los tributos a la exportación anunciadas ayer implican un alivio para el campo, en un contexto complicado,
En términos numéricos, la baja en las retenciones de la soja es del 33% al 26%, mientras que en el caso de sus subproductos pasa del 31% al 24,5%.
En el caso del maíz y del sorgo, se reduce de 21% a 9,5%, y en el del girasol, de 7% a 5,5%. Respecto de las carnes, los gravámenes caen de 6,75% a 5%.
Tan importante como la medida fue la promesa del Presidente de que estas medidas no son transitorias, como lo fueron en la primera mitad del año, sino permanentes.
Dicho con sus propias palabras, no tendrán vuelta atrás mientras él esté en el gobierno. Milei también afirmó que el objetivo de su gestión es seguir reduciendo los impuestos y las retenciones.
Como venimos repitiendo en los editoriales sobre el tema, el campo necesitaba un anuncio oficial de estas características. Si bien no se lo puede calificar como un incentivo, sin dudas quita un poco de peso y permite un mayor margen de maniobra para proyectar inversiones con el fin de mejorar rendimientos.
Llega en el momento justo, tanto para el sector agropecuario como para el Gobierno, que necesita sumar reservas, y el campo es precisamente el que más divisas ingresa al país.
No es ocioso insistir en que los productores estaban preocupados por la combinación adversa que implica el aumento en dólares de algunos insumos imprescindibles y la presión impositiva que ejercen los estados provinciales y municipales, cuyas autoridades deberían mostrarse activas al respecto.
El primer mandatario mencionó el superávit fiscal como el factor determinante para lograr la baja en los impuestos. En ese aspecto, gran parte de los argentinos y de su dirigencia están de acuerdo. El debate todavía pendiente es cómo y dónde aplicar los ajustes para mantener el equilibrio en las cuentas.
El campo necesita buenas rutas y buenas redes ferroviarias, no sólo para trasladar su producción sino también para mover sus máquinas. Esa infraestructura sufre un proceso de deterioro y exige decisiones e inversiones de manera urgente. Es de esperar que así como se avanzó sobre la baja de retenciones también se avance en los acuerdos fundamentales para realizar esas obras.
Por el momento, los anuncios del Presidente en la Sociedad Rural van por el camino correcto.