La igualdad de género y de oportunidades ha tenido avances significativos en las múltiples actividades que marcan el pulso de la agenda cotidiana. Progresos alentadores que van derribando prejuicios anclados en culturas anticuadas, pero hoy relegadas y sin sustento frente al contexto de iniciativas que propugnan una sociedad más justa y equitativa.
En términos concretos, la igualdad de oportunidades se entiende desde una inmensa gama de derechos, entre ellos el que asiste a las mujeres en los diferentes ámbitos del trabajo.
Por ese motivo, es de ponderar la firma de un convenio de amplio alcance, tendiente a incorporar a mujeres en el sector laboral de la construcción y de actividades conexas.
Históricamente, el sector de la construcción ha sido ocupado por varones, aunque muchos desconocen que en la actualidad hay mujeres capacitadas y formadas en oficios de albañilería, de plomería y de electricidad, entre otros.
Como dimos cuenta días atrás, la iniciativa fue homologada en la Secretaría de Trabajo de la Provincia y firmada por la seccional Córdoba de la Unión Obrera de Trabajadores de la Construcción de la República Argentina (Uocra) y dos empresas del ramo.
Entre un menú de consideraciones respecto del entendimiento homologado, se establece la obligación de contratar un mínimo del 5% de mujeres sobre el total de la planta de operarios.
Un paso hacia la igualdad de oportunidades que, por fortuna, viene ganado espacio en la reconfiguración de ciertas costumbres arraigadas.
Como bien señaló Elizabeth Sánchez, subsecretaria de Trabajo y Recursos Laborales, se trata de un “hito” en el ámbito de la construcción y un desafío para el futuro.
Hay gestiones que merecerán especial atención, como el compromiso empresarial de ocupar mujeres inscriptas en la bolsa de trabajo del gremio. Asimismo, se dispondrá de personal femenino “idóneo, que cumpla todos los requisitos laborales exigidos”. Una mención elíptica a la prevención en materia de seguridad, aspecto vital de todo orden.
Sin embargo, los firmantes de la homologación tomaron como referencia de indubitable relevancia un protocolo de acción en situaciones de violencia y de acoso laboral.
Un concepto regulado por leyes y pronunciamientos de organismos a escala mundial, como la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en la batalla por sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres.
La ocupación femenina en la extendida esfera del trabajo toma dimensión en tiempos de crisis y de necesidades económicas. Un marco de carencias que no particulariza géneros.
Con todo, como bien admite la subsecretaria de Trabajo, en el caso de las mujeres el tema alcanza, también, argumentos éticos y sociales.
Vale remarcar que en diversas obras que realizan cooperativas y otras organizaciones en barrios de la ciudad de Córdoba se observa a personal femenino enfocado en labores propias del rubro de la construcción.
El desafío está planteado, y con ello se instala una vez más la necesidad de promover la igualdad de oportunidades sin exclusiones.