La habilitación de las apuestas on line podría estar agravando los trastornos ludopáticos en un amplio segmento social. La inferencia se basa en una investigación desarrollada por miembros del Conicet y en los primeros números aportados por Lotería de Córdoba.
El Grupo de Investigación en Conductas Adictivas durante el Desarrollo, del Instituto de Investigaciones Psicológicas, analizó el impacto que tienen las apuestas virtuales en los “adultos emergentes”, término que señala la etapa de la vida que transcurre entre la adolescencia y la adultez.
La “adultez emergente” se caracteriza por una alta inestabilidad y una significativa exploración de las relaciones sociales y afectivas. Es el momento en que se desarrolla a pleno la responsabilidad individual y se toman decisiones independientes. Suele coincidir con los años de estudios universitarios o con los primeros pasos en el campo laboral.
Es, por ello, un período de alto riesgo, en el que puede haber consumos problemáticos. No es casual, entonces, que los sitios de apuestas on line hayan hecho una fuerte inversión publicitaria para captar usuarios dentro de este rango etario.
Los investigadores del Conicet consideran como juegos de azar on line todos los juegos en línea en los que participa la suerte y en los que es necesario gastar dinero (comprar algo o hacer una apuesta) sin saber si de ello resultará un premio o no. Por ejemplo, póker, bingo, casinos, apuestas deportivas y, en algunos videojuegos, la compra de cofres o cajas misteriosas (loot boxes).
La investigación marcó una gradualidad en las conductas: “Entre los comportamientos por juegos de apuestas, hay un espectro de severidad. En un extremo se encuentran los comportamientos saludables, con fines recreativos y poca frecuencia, y en el otro extremo están las formas más severas de trastornos”.
En ese contexto, lo que más interesó a los investigadores es el “modo intermedio”, que concentra a quienes van más allá del uso recreativo de los sitios de apuestas, pero aún no manifiestan comportamientos adictivos o disfuncionales.
Es que, para los especialistas, “sólo una fracción de quienes apuestan desarrollan trastornos asociados a los juegos de azar. Sin embargo, una gran proporción experimenta alguna consecuencia negativa derivada de su comportamiento de apuestas”.
Esta es la población en riesgo, porque ese impacto negativo puede repercutir en distintas áreas vitales, como la salud física o mental, las relaciones sociales, el trabajo, el estudio o la economía, por citar las más destacadas.
Las apuestas on line en nuestra provincia se habilitaron el 5 de enero de este año. Según Lotería de Córdoba, hasta el 29 de febrero el monto apostado superaba los 5.800 millones de pesos, lo que representa un promedio diario de alrededor de 100 millones de pesos.
Como la cantidad de cordobeses registrados en las plataformas autorizadas apenas supera las 40 mil personas, para alcanzar el promedio diario cada una de ellas está apostando mucho dinero o apuesta casi todos los días.
En cualquier caso, aunque el número de apostadores resulte bajo en proporción a la población provincial, el Estado debiera poder evaluar y reconocer las conductas problemáticas y contar con un dispositivo de asistencia a quienes se ven afectados.
