No se trata de echarle la culpa al frío, pues transitamos una de las estaciones del calendario caracterizada por temperaturas bajas extremas. Se trata, eso sí, de que la sociedad esté prevenida y que los organismos oficiales ejecuten acciones permanentes para atenuar los efectos del invierno en la población más desprotegida.
Las personas en situación de calle son las más expuestas no sólo a sufrir las inclemencias gélidas, sino también a contraer enfermedades respiratorias graves, por mencionar una patología frecuente.
Como ha sido reflejado en los registros más recientes sobre pobreza e indigencia en la Argentina, la situación de calle ya no sólo refiere a derrumbes sociales individuales. Es decir, la debacle azota por igual a familias que fueron desalojadas de las viviendas que habitaban por no poder pagar un alquiler y terminaron en la calle.
En vías de un auxilio necesario y ponderable, la Municipalidad de la ciudad de Córdoba, a través de la Secretaría de Políticas Sociales y Desarrollo Humano, de consuno con otras organizaciones de bien público, ha salido a reforzar la atención a las personas en situación de calle, con el traslado a dependencias propias y de otras entidades acondicionadas para mitigar la ola polar.
Pero en materia de pauperización social, ya poco sorprende. En la actualidad, 18 familias completas pernoctan en esos espacios de contención. Es decir, se infiere que no tienen otra alternativa de solución habitacional.
Asimismo, emergen otros datos que llaman la atención. Como informamos días atrás, 266 personas están albergadas en los distintos lugares dispuestos por el municipio, pero en paralelo se registran 238 personas que, pese a los esfuerzos de los promotores sociales, se negaron a ingresar al programa asistencial.
Los pronósticos llaman a estar atentos ante los riesgos sanitarios propios de las bajas temperaturas; entre los que prevalecen aquellos de directa relación con la salud de la población. Por ello, completar el calendario nacional de vacunación es fundamental.
En ese marco, mucha gente transita por la vía pública o permanece en lugares cerrados, como clínicas y sanatorios, sin la protección adecuada. Esto es, volver al uso del barbijo que tanta utilidad preventiva alcanzó durante los funestos años de la pandemia del Covid-19.
Es más: aunque sin el grado de pandemia, el Covid-19 sigue entre nosotros y las autoridades aconsejan no relajarse con el plan de vacunas.
Las autoridades sanitarias de la provincia alertan que entre los agentes promotores de enfermedades se destacan el de influenza (gripe), el virus sincicial (causante de bronquitis en los lactantes) y, para no desdeñar ni olvidar, el del tristemente recordado Covid.
Por ahora no es obligatorio el uso de barbijo, pero ello forma parte de las recomendaciones del Ministerio de Salud de la provincia, con particular atención en los centros médicos.
Las recurrentes afecciones que impactan con severidad en el organismo humano en tiempos invernales deben ser motivo de preocupación individual y, como siempre, del Estado.