El 1° de julio, Córdoba fue sede de la Conferencia Climática Internacional, donde el gobernador Martín Llaryora habló de “defender el ambiente” y criticó el “negacionismo climático”. Pero la realidad cotidiana de la ciudad contradice ese discurso ambientalista.
Según datos municipales de 2021, Córdoba apenas alcanza 6,3 metros cuadrados de espacio verde por habitante, cuando la Organización Mundial de la Salud recomienda un mínimo de nueve. Además, investigaciones de las universidades Nacional y Católica de Córdoba muestran que seis de cada 10 plazas y parques tienen menos del 33% de cobertura arbórea, insuficiente para mitigar el calor urbano.
A la falta de espacios verdes, se suma su degradación. En plazas y paseos, se multiplican ferias y carros gastronómicos que cocinan con garrafas o leña, ocupan el espacio con mesas y tablones, se conectan ilegalmente a la electricidad y arruinan los canteros.
La feria de la avenida Bulnes es el caso más extremo: lo que empezó con tres cuadras ya supera las 20 sobre terrenos fiscales que los vecinos habían recuperado como bicisendas y espacios verdes.
Algo similar ocurre en el Parque Las Heras / Elisa, donde el Gobierno invirtió $ 1.300 millones en obras que hoy se ven amenazadas por la reaparición en la Costanera de la misma feria que lo había destruido.
En barrio Güemes, que cuenta con su tradicional feria con más de 800 feriantes, los fines de semana se ocupan, además, las únicas dos plazas accesibles para niños: una bloqueada por una carpa gastronómica y el Paseo de la ex-Cárcel de Encausados tomado por más de 200 feriantes.
El problema no es sólo estético. Comerciantes formales que pagan alquileres, servicios más caros por ser comerciales, impuestos y tasas elevados, deben competir con actividades sin control.
Detrás de la excusa de la solidaridad y la sensibilidad social por la gente que necesita trabajar, se esconden hasta mafias sin escrúpulos que lucran con el “alquiler de tablones” o la evasión impositiva.
Defender el ambiente no se logra con conferencias ni discursos altisonantes. Se logra con medidas concretas: preservar plazas y parques, cuidar el arbolado, controlar la ocupación y venta ilegal y garantizar a las familias espacios verdes accesibles, seguros, donde hacer jugar a los niños, pasear el perro o tomar sol.
Arquitecta, vecina de barrio Güemes