El ballet es hermoso. El ballet es etéreo. El ballet es misterioso. ¿Puede el ballet también ser genial?
Los creadores de la nueva serie de Prime Video Étoile (Amy Sherman-Palladino y Daniel Palladino, famosos por The Marvelous Mrs. Maisel) apuestan que sí. O oui.
El programa se divide entre Nueva York y París mientras sigue la historia de dos compañías de ballet que unen fuerzas para atraer al público y mantenerse a flote.
Y “a flote” es una buena expresión para describir el principal atractivo de la serie: levantamientos reales, sin mencionar giros y saltos, por bailarines de ballet profesionales, muchos de los cuales están en el elenco.
Los espectadores con ojo agudo podrían notar a varias estrellas del Ballet de Nueva York en papeles secundarios. Una mezcla de Bunheads (también de los Palladino) y Emily in Paris (con muchos más calentadores de piernas) y quizás la clásica película de ballet Momento de decisión), Étoile parece saber que vive y muere por la calidad de su danza.
Como dice el actor David Alvarez, “El ballet es una de esas cosas que no podés fingir”.
“No podés simplemente improvisar y pretender que podés hacerlo”, dice Alvarez, quien se hizo un nombre como uno de los Billy Elliot originales en Broadway, ganando un Tony al mejor actor junto con otros dos actores que interpretaban a Billy a los 14 años, y más tarde interpretó a Bernardo en el remake de Amor sin barreras de Steven Spielberg.
Los roles de la serie Étoile
Alvarez da vida a Gael, un bailarín que tiene una relación tormentosa con Cheyenne, ella misma una prima ballerina muy tormentosa — o “étoile”, la palabra francesa para “estrella” — que llega a Nueva York como parte de un elaborado intercambio de talentos entre las dos compañías.
El intercambio ha hecho que sean socios incómodos Jack, quien dirige el Metropolitan Ballet Theater en Nueva York, y Geneviève (Charlotte Gainsbourg), quien dirige la principal compañía en París. (Las dos compañías son versiones muy poco disimuladas del Ballet de la Ciudad de Nueva York y el Ballet de la Ópera de París).
Alvarez es uno de esos híbridos, un actor que también baila. Taïs Vinolo, quien interpreta a la joven bailarina Mishi, es una bailarina de ballet en la vida real que está haciendo su debut como actriz.
“Nos expresamos con nuestro cuerpo. Expresarse con otra forma, como hablar y actuar, fue un poco un desafío”, dice sobre esta aventura interpretativa.
Minolo se siente confiada en que los creadores encontraron la verdad en el ballet. “La gente no sabe lo que es el ballet y lo difícil que es”, señala.
“Ven el tutú rosa y las zapatillas de punta, pero no ven que es muy físico. Y es difícil. Es mucha disciplina, y también es muy duro mentalmente”, amplía.
El desafío físico del ballet era justo lo que el Sherman - Palladino buscaba transmitir. La productora ejecutiva estudió ballet desde los cuatro años, antes de que el destino la guiara hacia una carrera de escritora.
“Y tiene las cirugías de espalda para probarlo”, bromea su esposo Dan.
“Es un mundo increíble”, dice Sherman-Palladino.
“Son artistas asombrosos. Y es literalmente una forma de arte donde está garantizado que no vas a ganar dinero. Así que realmente tenés que amarlo. Sabés, son atletas entrenados. Son increíblemente fuertes, y simplemente las cosas que pueden hacer con sus cuerpos son ridículas”, remarca.
Ella ve la danza como “casi como películas mudas”: “Es narración, es actuación, es emoción y angustia y felicidad y amor... Creo que muchas personas que piensan que la danza no es para ellos simplemente no la han visto”.
Algunos de los miembros del elenco francés apenas hablaban inglés, y viceversa. El programa se desarrolla en dos idiomas — pero el característico diálogo rápido de los Palladino puede ser difícil de traducir.
“Fue complicado porque somos muy precisos con nuestro lenguaje, pero nuestro lenguaje no se traduce exactamente al francés”, revela Sherman-Palladino.
“Encontrar un traductor puede haber sido lo más difícil con lo que tuvimos que lidiar en todo el programa; el traductor adecuado que captara la esencia de nuestro guion, quiero decir. Así que seguimos cambiando de traductores hasta que finalmente encontramos uno con el que todos pudieran estar de acuerdo”, completa.
Para Lou De Laâge, quien interpreta a Cheyenne, fue especialmente desafiante porque hablaba poco inglés cuando fue elegida. Pero la huelga de escritores significó que tuvo nueve meses para prepararse, en lugar de tres, lo que resultó ser de gran ayuda.
Gainsbourg, una actriz y cantautora británico-francesa, hablaba inglés, pero aún le resultó complicado entrar en el ritmo de los Palladino. “Estaba muy nerviosa por aprender los diálogos”, cuenta.
“Soy muy lenta. Eso ya era un desafío. Luego el ritmo era algo completamente nuevo... al final, llegué a entender el humor y el ritmo, (pero) me tomó un poco de tiempo”, complementa.
Kirby, cuyo Jack dirige el Metropolitan Ballet Theater, dice que sabía poco sobre del arte antes, pero suma que tenía una prima que era bailarina y que la veía “sometiendo su cuerpo a tormentos”.
Gainsbourg sólo pasó un año estudiando ballet cuando tenía cuatro años. Lo dejó, pero siguió estudiando piano en el mismo edificio — la Salle Pleyel en París — y recuerda que el ascensor llegaba al piso de ballet, donde entraba al vestidor y recogía “un muy buen olor a talco.
“Y ese es mi recuerdo emocional del ballet” ,sentencia.
En cuanto a De Laâge, su madre la inscribió en un entrenamiento intensivo de danza cuando era niña, pero era el sueño de la madre y no el de la hija.
“Así que eso se convirtió en una lucha entre nosotras porque ella quería eso para mí, y yo no lo quería. Como actriz trabajé con bailarines realmente buenos, pero eso no era mi pasión. Me encanta ver la danza”, precisa.
Lo que Gainsbourg ha aprendido de hacer una serie sobre ballet es “el hecho de que es tan extremo y que todos están trabajando allí por su pasión. No se trata de dinero... realmente se trata del arte, y todos están completamente apasionados”.
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