La hospitalidad es mucho más que una cortesía: es una práctica cultural profunda que transforma espacios, vínculos y experiencias. Así lo plantean tanto la arquitectura como la gastronomía, y así lo ejemplifica el capítulo “Forks” de la serie “El Oso” (Disney+), donde el personaje de Richie redescubre su propósito a través del servicio.
Retomando esta mirada integral, el Instituto Cultura Contemporánea lanza un seminario sobre Hospitalidad y Experiencia del Comensal, que propone herramientas para diseñar servicios gastronómicos auténticos, memorables y centrados en la conexión humana. En este enlace pueden encontrar toda la info de la propuesta.
Hospitalidad culinaria
Expertos la describen como una “fuerza etérea” que transforma una simple comida en una bienvenida, un plato en un recuerdo y a un comensal en un invitado honrado.
El arquitecto Francesco Careri sostiene que la hospitalidad necesita un espacio para que se de una “transformación civilizatoria”, convirtiendo al extraño en huésped. Un restaurante, entonces, debería ser concebido bajo esta premisa.
“Forks”: La epifanía de la hospitalidad en “El Oso”
La serie “El Oso”, de Disney+, con inmersión en el mundo gastronómico de Chicago, dedica uno de sus capítulos más conmovedores a este concepto: “Forks” (Segunda Temporada, Episodio 7). Este episodio se centra en Richie, el primo desorientado del protagonista, quien es enviado como pasante a un prestigioso restaurante Michelin. Allí, inmerso en la tediosa tarea de pulir tenedores, Richie comienza a comprender el verdadero significado de la excelencia en el servicio.
En una conversación clave, Garret, su supervisor, le revela a Richie que su dedicación no es un “cuento”, sino su pasión. La banda sonora del episodio, “Love Story” de Taylor Swift, no es casual: simboliza el nacimiento de una historia de amor de Richie con la vocación de servicio.
Es allí donde Richie descubre una profunda satisfacción en complacer a otros, entendiendo que el “negocio” de un restaurante, al igual que un hospital, es la hospitalidad. Uno cuida el cuerpo, el otro el alma.
El punto cúlmine de la historia que desarrolla el capítulo llega cuando Richie conoce a la dueña del restaurante, quien le explica que sus tareas son necesarias para que el comensal sepa que alguien se tomó el tiempo de tener ese gesto. Este acto sencillo se convierte en una epifanía para Richie.
La frase recurrente “cada segundo cuenta” se vuelve un mantra, trascendiendo la eficiencia para convertirse en una filosofía de vida: el tiempo se invierte en la meticulosidad y en la creación de un ambiente que nutre el alma.
Más allá del plato: la conexión humana
La hospitalidad, en su máxima expresión, es la alquimia de la atención. En un mundo que valora la velocidad, la gastronomía de excelencia se erige como un bastión de lo humano, un santuario donde cada detalle conspira para envolver al visitante en bienestar.
No se trata de ostentación, sino de autenticidad, hacer que cada persona se sienta valorada y comprendida. Es un acto de generosidad, donde la comida es el pretexto, y la conexión humana el verdadero plato principal.
Con esta premisa, el Instituto Cultura Contemporánea lanza este mes su Seminario de Hospitalidad y Experiencia del Comensal en el Servicio Gastronómico, con cuatro jornadas que abordan herramientas teórico-prácticas de hospitalidad, protocolo y servicio para brindar una experiencia gastronómica memorable. Pueden conocer más haciendo clic acá.