El 10 de mayo último venció el primer tramo del blanqueo de capitales para la construcción, casi sin interesados. La mínima adhesión no se debió a la falta de conveniencia sino a los acotados plazos y la demora en la implementación, que están por transformar prácticamente en letra muerta a una ley votada por el Congreso.
No es la primera vez que esto sucede, pero este año es llamativo el atraso en la reglamentación. En especial en dos leyes que afectan a empleados y a monotributistas: la modificación del Impuesto a las Ganancias para eximir a quienes cobren hasta 150 mil pesos mensuales y los cambios del régimen simplificado para crear un sistema de transición y establecer los parámetros de 2021.
Ambas deben aplicarse en forma retroactiva desde enero. Pero a cinco meses de iniciado el año, aún no se sabe cómo ni cuándo se pondrán en marcha.
Incertidumbre
En el tributo a la renta, la indefinición complica las liquidaciones de haberes de asalariados y jubilados: desde abril, el cambio de la ley está vigente y ya no se les debería retener el impuesto a quienes estén exentos. Pero los empleadores no saben en qué condiciones hacerlo, porque restan varios detalles por precisar. Entre otros, cuál es el sueldo a considerar.
Si no hay novedades en los próximos días, volverá a darse la misma situación en la liquidación salarial de mayo. Varios empleadores optaron por no retener Ganancias a sus dependientes con ingresos menores a 150 mil pesos, para que no se acumulen saldos a favor que después será difícil devolver.
Es que las empresas deberían reintegrar esas diferencias de una sola vez, pero si no las pueden compensar con saldos a favor, tendrían que financiar ese dinero de su bolsillo. Habrá que ver si el fisco exige la devolución de una vez o lo flexibiliza.
El tiempo que se está tomando el fisco para reglamentar la ley está en directa relación con la dificultad del texto aprobado por los legisladores, que incluye elementos ajenos al diseño del impuesto. Por un lado, establece un parámetro mensual en un tributo anual; por otro, encomienda a la Afip que implemente medidas para que el tramo de ingresos entre 150 mil y 173 mil pesos no tenga distorsiones, pero sin dar ninguna pista sobre cómo hacerlo. Esto es algo especialmente complicado y los técnicos del organismo deberán emplear toda su creatividad para llevarlo a la práctica.
Pequeños contribuyentes
En el caso del Monotributo la demora es incomprensible, porque era sabido que se presentaría la incertidumbre respecto de los nuevos valores de 2021, tras la suspensión de la movilidad previsional en 2020. La Afip podría haberla salvado con una resolución, pero decidió esperar una ley que aún no se aplica. En enero, los monotributistas se recategorizaron con los parámetros sin actualizar de 2020; el jueves 20 vence otro pago mensual y todavía no hay definiciones.
Por otra parte, quienes superaron el tope del régimen simplificado el año pasado y podrían acceder al “puente” con el régimen general también están en ascuas, con una incertidumbre que implica una diferencia muy importante en los montos por pagar.
Al igual que en el blanqueo (que ahora sólo podría salvarse con una extensión por ley), no se entiende por qué hay tanto retraso. Como en otras acciones, finalmente la implementación se definirá, pero las demoras no son inocuas y agregan otra piedra a la enorme mochila de carga fiscal y administrativa que soportan los contribuyentes.
