La celebración de los 60 años de vida de la Unión Industrial de Córdoba (UIC) fue un evento que, sobre el último tramo de 2022, llamó la atención por la escala y los quilates de su convocatoria.
Entre los más de 600 asistentes, se contaron directivos de casi todas las empresas y entidades importantes de la provincia; dirigentes del arco político local; el gobernador Juan Schiaretti y el intendente capitalino Martín Llaryora con sus gabinetes en pleno; el titular de la Unión Industrial Argentina, Daniel Funes de Rioja, y la presencia entusiasta de Luis Pagani, el cordobés líder de uno de los mayores grupos económicos del país, conocido por su bajo perfil y su poca asistencia a eventos masivos con presencia de medios.
La anécdota vale para ilustrar la enorme centralidad que ganó este actor de la gremial empresaria, que con las 30 cámaras sectoriales y regionales y las más de 130 empresas que nuclea ejercita la representación de un porcentaje fortísimo del PIB provincial.
Por todo eso, la presidencia de la UIC ofrece una silla tan atractiva como desafiante para el empresariado. Y justamente por estos días se inició el proceso para elegirle nuevo ocupante, lo que abrió una conversación más que interesante dentro de la entidad, debido a la presencia de dos figuras fuertes con interés en tomar la posta, ambas dueñas de profusas credenciales y también de ascendencia sólida en sectores.
Se trata de Isabel Martínez y Luis Macario, hoy vicepresidentes 2° y 3° de la UIC, respectivamente.
Ambos acumulan años de experiencia comandando entidades importantes al interior de los sectores donde sus empresas se desempeñan, y también se han probado como dirigentes con actividad nacional.
Macario presidió la Bolsa de Cereales entre 2015 y 2018 y la Cámara del Maní entre 2011 y 2014; entre otros roles. Martínez lideró la Cámara de Industriales Metalúrgicos y de Componentes de Córdoba (CIMCC) de 2014 a 2018; además de otras posiciones.
El caso de Martínez suma un ineludible ingrediente extra: la posibilidad de que por primera vez en 60 años una mujer llegue al máximo sitial de la UIC, una novedad de alto impacto en el mapa de las entidades empresariales. En su camino, y al moverse en sectores altamente masculinizados, ya quebró varias de esas barreras.
Agenda desafiante: la sucesión de Schiaretti en 2023
El actual presidente de la UIC, Marcelo Uribarren, empresario del sector metalmecánico (Aloña, lavarropas industriales) que llegó a ese vértice con un valorado accionar como dirigente de Aerca, una asociación gremial empresaria de Villa María; está redondeando en cuatro años dos gestiones con altísima aceptación, pero que topan irremediablemente con el propio reglamento de la entidad: no habilitar más de una reelección seguida.
La definición de su sucesor o sucesora debe resolverse antes del 31 de julio y la cultura y tradición de la entidad privilegia hacerlo por consenso. Aunque las elecciones están previstas como mecanismo posible, se impone la idea de lograr una lista que sintetice de la mejor manera el abanico de intereses en danza, como la opción más sana, potente y efectiva para la entidad. Esta viene siendo la práctica hace 60 años.
El desafío hasta julio está planteado e implica dirimir entre los perfiles personales de los candidatos y también la distribución de espacios y protagonismo interno de los sectores de actividad que encuentran representación en la UIC. La CIMCC ya ha encarado debates intensos en este sentido.
La tarea para quien se imponga será ardua. Uno de muchos aciertos que se atribuyen a Uribarren es haber logrado ejercitar una presidencia con genuina “mirada sectorial”, sin vicios de inclinación a ciertos sectores en detrimento de otros ni la anteposición de intereses personales a los colectivos. “Hay integrantes de la UIC que ni conocen el nombre de su empresa”, citan como ejemplo elogioso de esa conducta.
Otro aspecto valorado de su gestión es la justa ecualización entre crítica y diálogo con los distintos niveles de gobierno y la fluidez con la que logró mantener el vínculo estrecho con la gestión provincial. Este último lazo, que se viene fortaleciendo de manera sostenida en los 23 años de administraciones de Hacemos por Córdoba, se plasma en la presencia de numerosos funcionarios que provienen de las filas de la industria y en normativa y programas estatales elaborados en conjunto con el sector.
“Venimos de una luna de miel; más de dos décadas de una provincia industrialista”, resume un referente de la UIC. ¿Podrá mantenerse tal entendimiento cuando en 2023 cierre el ciclo que tuvo a De la Sota y a Schiaretti como protagonistas? Tal el reto que espera a quien ocupe la silla en cuestión.
