La carrera entre los precios y salarios transita por distintos momentos en que uno u otro va ganando o perdiendo.
El trabajador siente que, todos los años, es el gran derrotado. Tan altos niveles de inflación que se registran desde 2018 en adelante generan distorsiones de precios relativos que alimentan esta visión.
Sin embargo, los últimos datos muestran que la derrota no ha sido tan dura.
Qué pasó con la inflación en 2022. El IPC que elabora el Indec determinó que la inflación del año pasado cerró en 94,8%. No llegó a las tan temidas tres cifras, que podrían haber profundizado una espiral de precios y salarios como la vivida por los argentinos en la hiperinflación de los ′80. Aun así, quedó muy lejos de la meta fijada por el Gobierno, en el rango de entre 52% y 62%.
Qué sucedió con los salarios el año pasado. Según el último informe de Evolución y Situación del Trabajo Registrado del Ministerio de Trabajo de la Nación, la remuneración promedio de octubre en el sector privado fue de $185.215, 80% más que un año atrás. Ese mes, el IPC subió 88% interanual.
Esa pérdida se sintió en concreto cuando se iba al supermercado. Por ejemplo: tomando el precio del kilo de pollo que utiliza el Indec en el Gran Buenos Aires (GBA) para elaborar el IPC, esta remuneración le permitió comprar 436 kilos de pollo, 57 kilos menos que en octubre de 2021.
Sin embargo, la semana pasada un informe de la consultora Abeceb reveló que, el año pasado, los salarios de los trabajadores registrados privados perdieron sólo 0,4% de poder adquisitivo.
El trabajador siente que esa pérdida es mayor porque ve en su bolsillo los kilos de pollo que ya no puede comprar. Pero no registra que tiene tarifas e impuestos que aumentaron por debajo de la inflación y que hay varias de las paritarias que se abrieron a finales de año para empalmar la suba de precios general.
Es cierto que el sector registrado privado es hoy la “crema” de los trabajadores; los empleados informales y autónomos no tuvieron esa suerte. Según Abeceb, más del 50% de la población disminuyó el consumo de bienes básicos del rubro alimentos y bebidas, cambió hábitos de consumo, optó por segundas marcas o reorganizó sus compras.
Pero el informe agregó que las ventas en supermercados subieron el año pasado 1% en términos reales, con un PIB (reflejo de la economía en su conjunto) que habría crecido 5,5% anual.
Proyecciones 2023
¿En qué puede derivar la carrera entre precios y salarios durante este año?
Según el relevamiento de expectativas de mercado (REM), que elabora el Banco Central junto con organismos, universidades y consultoras privadas, el nivel de inflación se ubicará entre el 5,6% y el 6,2% mensual durante el primer semestre, para cerrar 2023 en 98,4%.
Hay que recordar que el Gobierno nacional fijó en el Presupuesto 2023 una meta de inflación del 60%.
La semana pasada, la ministra de Trabajo, Kelly Olmos, calificó como “una política que propiciamos” la idea de alinear las paritarias salariales con esta meta.
Hay economistas que pronostican que los precios y los salarios tendrían este año una evolución algo más equilibrada que en 2022, por la necesidad política del Gobierno de cara a las elecciones nacionales.
Uno de ellos es Fernando Marull, titular de la consultora Fmya, según el cual la capacidad adquisitiva del salario “va a ir empatando a la inflación”. “No creo que pierda, ya pasó la aceleración inflacionaria fuerte y ahora el ritmo de los precios se está desinflando un poco; las paritarias que se están impulsando están más cercanas a la inflación; claro que hay empresas que las podrán pagar y otras que no”, agregó.
Pero hay otros economistas que dudan, sobre todo porque esperan más inflación que en 2022. ¿Qué datos alientan estos malos presagios? Los cálculos de emisión monetaria.
La creación de dinero depende concretamente de cuánto debe intervenir el Gobierno nacional para cubrir los vencimientos de deuda en pesos y de los bonos Leliq. Según la consultora 1816, para cubrir estas obligaciones este año se podrían emitir 6,5 billones de pesos, lo que equivale a 130% de la base monetaria de diciembre de 2022, mientras que Econviews proyecta que se imprimirán cerca de 10 billones de pesos, 195% de la base monetaria actual.
Antonio Aracre, el ex-CEO de Syngenta y ahora jefe de asesores del presidente Alberto Fernández, apuesta a activar este año una mesa de diálogo entre Gobierno, oposición, empresarios y sindicatos. La baja de la inflación será una de sus prioridades. En el poder de compra de los salarios, se juegan las pocas chances que tiene esta administración en las próximas elecciones.
