Martín Redrado, economista y titular de la Fundación Capital, experto en temas cambiarios y presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA) entre 2004 y 2010, estuvo este miércoles en La Voz para disertar sobre la coyuntura económica local e internacional que se vive.
Su conferencia, “Desafíos y oportunidades en la Argentina poselectoral”, subrayó varios conceptos y números que ayudan a entender la coyuntura económica que vive el país desde una mirada global. Su idea es que, para comprender el panorama actual, ya no basta la economía, hay que acudir a la geoeconomía, es decir, cómo la geopolítica mundial condiciona los resultados económicos.
Redrado detalló que el mundo ha dejado atrás la unipolaridad estadounidense y se dirige hacia un nuevo equilibrio marcado por la competencia por la supremacía mundial entre China y Estados Unidos. Este marco geopolítico es esencial para entender la reciente e inédita asistencia financiera que recibió Argentina.

Sale China, entra Estados Unidos
La intervención del Tesoro Federal de Estados Unidos en una moneda de un país emergente no tiene precedentes, señaló Redrado, quien observó esta asistencia bajo el prisma de la lucha por la supremacía mundial.
Bajo su análisis, Estados Unidos se dio cuenta de que, si no proveía de financiamiento y desarrollo a la región, seguiría perdiendo espacio relativo frente a China.
“Mientras que un funcionario americano suele ofrecer un consejo sobre el camino por seguir, un ministro o funcionario chino ofrece un puente, una ruta, un puerto”, explicó.
Estas obras de desarrollo e infraestructura son las que necesitan los países, y China ha entendido que, sin desarrollo local, las relaciones comerciales no son duraderas. La asistencia estadounidense, por lo tanto, es una respuesta a la necesidad de no perder preeminencia en las Américas.
Respecto de la estabilidad cambiaria inmediata, Redrado indicó que la intervención actual busca generar tranquilidad hasta el próximo 26 de octubre, cuando se realizarán las elecciones legislativas. Con esto, el horizonte de la economía sólo se extiende hasta esa fecha, impidiendo tomar decisiones de inversión o consumo a largo plazo.
Una situación cambiaria delicada
En cuanto a los números del Gobierno y a la situación cambiaria, Redrado criticó que, si bien ha habido voluntad en sostener el pilar fiscal, no hay una política macroeconómica integral, que tenga en cuenta lo monetario, lo cambiario y lo financiero.
“Argentina tiene una falta estructural de reservas. El ratio reservas-producto interno bruto (PIB) del país es sólo del 6%, muy por debajo del promedio del 15% de países comparables, como México, Colombia o Brasil. Además, las reservas brutas incluyen elementos no disponibles, como el swap con China, volviéndolas reservas mentirosas”, señaló el economista.
Redrado sugirió que el swap y la asistencia financiera deben utilizarse de manera precisa, por ejemplo, activándolos para recomprar la deuda argentina que vence en el corto plazo. Esta acción permitiría despejar los vencimientos de deuda, reducir la tasa de interés y bajar el riesgo país, mostrando que Argentina puede volver a los mercados voluntarios de capitales.
El economista tampoco dejó pasar la oportunidad para recordar cuando fue desplazado de la presidencia del BCRA, durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, por negarle al Poder Ejecutivo el uso discrecional de las reservas del ente que encabezaba.
Además, Redrado aclaró que las reservas que él defendía en aquel momento eran “líquidas” y estaban disponibles. En la situación actual, las reservas son escasas y, en parte, no líquidas.
Oportunidades para el futuro de Argentina
Redrado ve la coyuntura geopolítica como una gran oportunidad para Argentina. En primer lugar, la posición geopolítica argentina es favorable, ya que está lejos de un posible conflicto militar, tema que se discute hoy en las capitales europeas.
Argentina puede ser proveedor mundial de sectores clave en la actualidad: energía (convencional y no convencional), alimentos, minerales y tierras raras. Asimismo, la Patagonia ofrece un excedente de energía que puede ser utilizado para generar una gran base de datos, campo fértil para la inteligencia artificial (IA).
De todas maneras, aclaró: “Este es un país que a mí no me gusta, es un país para 22 millones de argentinos y tenemos 48 millones”, ya que no tiene en cuenta otros sectores productivos e industriales de la economía argentina.
Por ello, para el titular de Fundación Capital, el desafío poselectoral radica en que la dirigencia argentina acuerde una agenda parlamentaria que incluya transformaciones profundas. Estas reformas deben incluir tres grandes revoluciones: una revolución impositiva (bajar impuestos al trabajo y formalizar la economía), una revolución exportadora y otra revolución logística y de infraestructura.
De no implementarse estas reformas, el país sólo beneficiará a sectores resilientes (hidrocarburos, minería, agronegocios y servicios basados en conocimiento), lo que resultaría en un país para la mitad de la población.