En noviembre de 2022, el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) registró una variación de 2,6% respecto al mismo mes de 2021. En tanto que el indicador desestacionalizado tuvo una disminución de 0,7% respecto al mes anterior.
Los datos del EMAE junto con los del IPC confirman que la economía argentina está mostrando signos de estancamiento en la producción de bienes y servicios combinado con altos niveles de inflación. En esta situación, doblemente negativa en términos económicos, es reconocida como ‘estanflación’.
A continuación, tres signos vitales que dan un mal pronóstico:
PRIMER SIGNO: INFLACIÓN ALTA
El Índice de Precios al Consumidor (IPC) registró un alza mensual de 5,1% en diciembre de 2022, y acumuló un incremento de 94,8% durante el 2022, ubicando a Argentina como el segundo país con inflación más alta de Latinoamérica detrás de Venezuela.
La persistencia de la muy alta inflación está directamente asociada al sostenimiento del déficit fiscal. Sin embargo, en lugar se realizar transformaciones de fondo sobre la forma de obtención de ingresos y ejecución de los gastos por parte del Estado Nacional, la estrategia del gobierno es más bien cortoplacista, intentando evitar una megadevaluación (apelando a múltiples tipos de cambios, estrictos controles de importaciones) y moderando gradualmente el gasto público (licuando jubilaciones, posponiendo inversiones y “pisando” pagos a proveedores). Esto se complementa con una serie de acuerdos de precios y absorción de la excesiva emisión monetaria con Leliq y pases (que pagan intereses que vuelven a presionar a una nueva emisión).
Con esta estrategia, no hay perspectivas ciertas de que la inflación baje de manera sostenida.
SEGUNDO SIGNO: CAÍDA EN EL CONSUMO
La recaudación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) en 2022 tuvo un crecimiento de 89,2%, frente a una inflación del 94,8%. Este dato es indicativo del consumo de los habitantes y opera como un termómetro de la demanda de bienes y servicios. La caída en el principal impuesto al consumo adelanta una disminución en el nivel de actividad del año previo, especialmente en la segunda parte del año.
Este tipo de comportamiento en el consumo no sorprende. Si bien al comienzo la inflación acelera el consumo, porque hay un efecto anticipo en las compras por el escenario inflacionario, la erosión de ingresos termina impactando negativamente en las posibilidades reales de adquirir bienes y servicios, que es lo que está comenzando a observarse actualmente.
TERCER SIGNO: CAÍDAS EN EL COMERCIO EXTERIOR
De acuerdo al informe de Intercambio Comercial Argentino del INDEC, en diciembre de 2022 cayeron tanto las importaciones como las exportaciones, pero las primeras cayeron más que proporcionalmente en comparación a las exportaciones. La caída en ambas se explica por un derrumbe de las cantidades transadas, debido a las cambiantes restricciones para acceder divisas y no por efecto de los precios internacionales.
(*) Equipo Idesa
