Su presencia en Córdoba generó revuelo en el ecosistema de Sancor Seguros. No son muchas las ocasiones en las que el CEO del grupo, Alejandro Simón, viaja a un distrito para participar de una reunión informativa, todo un rito durante el cual los productores asesores conocen de primera mano cómo están los números de la compañía.
“Paso demasiadas horas arriba de los aviones”, lamenta. Su vida está dividida entre Sunchales (Santa Fe), sede de la casa matriz de la organización, y Buenos Aires, el refugio familiar al que vuelve cada fin de semana.
Pero no se queja. De hecho, se reconoce como un “enfermo del trabajo”. Y eso se nota cuando habla. Hay números y datos finos que fluyen naturalmente cuando describe el impacto de estar al frente de las operaciones de un grupo que, en facturación anual, mueve U$S 2.200 millones.
Aun con los vaivenes de la economía, Simón asegura que el negocio marcha bien. “En los últimos 10 años, la cartera de primas subió 63%, cuando el promedio del mercado fue 6%”.
En un ámbito muy atomizado –en el país operan más de 150 aseguradoras–, el ejecutivo asegura que el grupo asegurador lidera el rubro, con un market share de 12,3%.
–¿Cómo es la relación del sector con el Gobierno?
–El vínculo de nuestra industria es más con el regulador, que es la Superintendencia de Seguros de la Nación. Tenemos diálogo; deberíamos tenerlo más, porque la voz del seguro justamente no está muy amplificada. Los bancos tienen, en general, una participación muy superior en las discusiones públicas.
–Hacen un mejor “lobby”…
–Sí, bien entendido. Las aseguradoras no tenemos demasiado contacto, más allá de la relación supervisado-supervisor. Por supuesto, como lo expresan los chacareros, muchas veces lo que uno dice es: no queremos que el Estado nos dé una mano, sino que nos saque el pie de encima.
–¿Cuál es ese pie?
–La inflación, que para nosotros es el principal veneno.
–Diría que para todos…
–Claro, pero en la industria aseguradora, por ejemplo, los precios aumentaron 25% en diciembre de 2023 y los repuestos de autos subieron 60% de una semana a la otra. Uno no puede trasladar a los asegurados tamaña corrección. Entonces hay una distorsión en las rentas financieras, lo que tiene que ver con el equilibrio técnico del negocio y con la imposibilidad de crecer en un ramo fundamental, como es el seguro de vida con ahorro. En el mundo, la industria aseguradora es el inversor institucional por excelencia, justamente porque tiene esa capacidad de ahorrar a muy largo plazo, que es lo que dura una póliza de seguro de vida o de retiro. La situación hoy es mucho mejor, pero no porque haya diálogo con el Gobierno, sino porque cambió la macroeconomía.
–El Gobierno tiene una agenda de desregulación. Hubo una resolución que liberó un poco los precios de las pólizas…
–Pero no en seguros, eso fue en prepagas. La gestión del organismo de control es muy buena y habla de regular menos y supervisar más, porque hay una multiplicidad de normas, de burocracia, pero sólo las cumplimos las empresas que creemos que nos manejamos seriamente.
–¿Ven señales de que una reforma previsional abra la puerta para que los seguros de retiro hagan juego allí?
–Primero, un párrafo sobre el tema previsional: hay un problema de natalidad en Argentina. Antes de la pandemia, las mujeres tenían, en promedio, 2,1 hijos; hoy está en 1,4, es decir, hay un 30% menos de nacimientos que hace apenas cinco o seis años.
–Empieza a sufrir el bono demográfico.
–Exacto. Entonces, hay una mayor esperanza de vida, que es la parte buena, pero hay menos población activa proyectada para los próximos años. Además, el sistema está en crisis también por la informalidad en la economía. Esto, de alguna manera, puede impulsar el seguro (de retiro). Y aquí la problemática tiene que ver con la macroeconomía, es decir, con confiar en un instrumento de ahorro de largo plazo en Argentina. A las aseguradoras se las busca para proteger el patrimonio, pero no pensando en el largo plazo. Creemos que eso puede cambiar. Obviamente se necesita una actualización de lo que el trabajador puede deducir del Impuesto a las Ganancias por la prima de seguro que paga, que hoy está en $ 900, o sea, nada.
Industria del juicio
–Las ART están advirtiendo por la alta litigiosidad y dicen que este año podría haber un nuevo récord de demandas. ¿Qué está pasando ahí?
–Es un desastre. Hoy prácticamente la mitad, sino más en algunos casos, de lo que paga el empleador va para pagar juicios a través de la ART. Con lo cual no hay alícuota que alcance. Es perverso el sistema que se ha montado en los juzgados laborales, con una estructura que parece hecha a propósito.
–¿Y quién le pone el cascabel al gato?
–Bueno, en 2017 se estableció la obligatoriedad para que la Justicia de cada jurisdicción estableciera cuerpos médicos forenses, con peritos a sueldo, o sea, que sus honorarios no estuvieran ligados al monto que regulaba y que trabajen para el Poder Judicial. Salvo Salta y parcialmente Mendoza, el resto no lo hizo. Y uno se pone a pensar por qué, ¿es por burocracia o por una intencionalidad de no hacerlo? De esto hay mucho en Argentina, de sacar dinero de donde no corresponde y sin importar el daño que se le hace a la sociedad.
–¿Cómo ha sido la experiencia con la plataforma Inmerso?
–Muy bien. Aquí en Córdoba debemos tener el 35% del mercado de riesgos de trabajo (a través de Prevención ART). Una de las patas del sistema es trabajar junto con los empleados en higiene y seguridad. Inmerso es un sistema que combina la realidad virtual con inteligencia artificial y permite a las personas exponerse de manera segura a un riesgo, por ejemplo, en una obra en construcción.
–El país está transitando una etapa de estabilización y, se supone, una transición hacia un plan económico para crecer. ¿Qué puede aportar la industria del seguro?
–Por un lado, viabilidad en las actividades productivas, que no existirían si no hubiera un seguro. En Bahía Blanca (fue afectada por un temporal con inundaciones), Sancor Seguros está terminando de pagar $ 30 mil millones. Y, por el otro, el seguro es fundamental para el desarrollo económico y, en particular, como inversor institucional de largo plazo, ya que puede financiar cosas que ningún otro inversor estaría dispuesto a abordar.
–El grupo es muy diverso en unidades de negocio. ¿A qué se debe eso?
–Somos una entidad cooperativa, no tenemos accionistas. El objetivo es brindar una cobertura y un servicio excelentes a un precio justo y llegar a cada vez más gente. Creemos que tenemos que accionar positivamente a nivel social con todo lo que hacemos. Estamos también con una diversificación regional con presencia en Brasil, en Uruguay y en Paraguay.
–¿Están mirando algún otro sector?
–No nos vamos a diversificar en algo que no tiene nada que ver con lo nuestro, porque uno pierde foco y en definitiva no termina dando un buen servicio. Pero se necesita hacer sinergia entre las propias verticales y tangibilizar el seguro. Esa es la clave. Entonces, ¿por qué no unir, por ejemplo, en un seguro de auto, un club de acceso a repuestos o reparaciones, como fue el Automóvil Club en su momento con los hoteles, con vínculos con las estaciones de servicio?
–O sea, articular alianzas.
–Sí.
–Es la primera vez que la división de “real estate” desembarca en Córdoba. ¿Cuál es la expectativa? ¿Ya piensan en más inversiones?
–Estamos muy entusiasmados. Siempre invertimos federalmente y en Córdoba ahora encontramos a los socios adecuados (Elyon Desarrollistas). Somos optimistas porque la demanda es infinita, todavía no habíamos lanzado (el proyecto en Nueva Córdoba) y ya se han vendido y comprometido muchas unidades. Tenemos pensado dos o tres proyectos, algunos del mismo tamaño, otros más grandes aquí en Córdoba. Estamos viendo, porque hay que negociar con los dueños de la tierra.
–Todos los sectores están hoy atravesados por la transformación digital. El que todavía no hizo nada siente que está llegando tarde. ¿Cuál es la experiencia del grupo?
–La experiencia es muy buena. Igual, hago un paréntesis que puede servir a muchos. Como bien decís, la gente siente que, si no adoptó ciertas tecnologías, está llegando tarde. Y es una tecnología de frontera. Hablamos de la inteligencia artificial generativa. El que arranca primero, por lo general, termina gastando fortunas y lo que desarrolla tal vez no termina siendo tan útil, con lo cual no hay que dormirse, pero tampoco hay que desesperarse. A nosotros nos va muy bien y la estamos involucrando en todos los procesos de la compañía.
–¿El rol de los productores asesores está amenazado por la tecnología?
–Yo creo que no. Los productores, por supuesto, están expectantes, pero creo que van a tener un rol cada vez más importante. Se ha comprobado, por ejemplo, en Estados Unidos, cuando las compañías de seguros de vida trataron de reemplazar al productor asesor, primero por empleados y después por mecanismos tecnológicos; fue cuando cayó por primera vez en la historia la penetración de los seguros de vida en relación con el producto interno bruto. Lo que va a cambiar, sin duda, es la forma de relacionarse y de trabajar. El productor exitoso de hoy no necesariamente va a ser el productor exitoso de mañana.
–¿Y cómo imagina al productor exitoso de mañana?
–Mucho tiene que ver con la modalidad de compra. Tenés que pensar en el que hoy te está comprando y en el que te va a comprar dentro de 20 años. Al que te va a comprar dentro de 20 años le gusta interactuar con lo digital, aunque cuando tiene un siniestro querrá hablar con una persona. Y tenés que acompañarlo no en la relación asegurativa, sino en la relación vital, entender qué le pasa, tratar de interactuar en las redes sociales y ofrecerle cosas que excedan el marco del seguro.
–¿Cómo están los números del negocio?
–Muy bien. Son U$S 2.200 millones anuales (a marzo de 2025). Es un crecimiento que superó a la inflación y es una gran hazaña, porque en el seguro cada ramo tiene su moneda. En la ART son los salarios; en automotores es el valor de los repuestos y del vehículo; en incendios y todo riesgo operativo, es el dólar.
–¿Y cuál fue la tasa de crecimiento?
–Fue 56%, y nos permite generar un incremento fuerte en la participación de mercado. Hoy tenemos 23% en ART, y en seguros patrimoniales, en los que hay 170 aseguradoras, tenemos el 12%.
–Siguen siendo muchas aseguradoras. ¿No se ajustó el número el año pasado, sobre todo en los meses recesivos?
–Dejaron de operar muchas. Pero surgen nuevas. La Argentina tiene un problema de barreras de entrada, en el buen sentido. En Brasil opera la tercera parte de las compañías y es un mercado seis veces más grande. Tenemos más compañías de seguros que en Alemania. Claramente hay una sobrepoblación, aunque las 10 primeras tenemos más del 50% del mercado.
Cultura cooperativa, con espíritu federal
Nombre. Alejandro Simón (50).
Familia. Casado, con dos hijos.
Formación. Actuario por la Universidad de Buenos Aires, con un MBA en el IAE de la Universidad Austral.
Cargo. CEO del Grupo Sancor Seguros.
¿Deportes?. “Mi único deporte es el trabajo. Veo colegas que van al campo de golf y yo no sé lo que es agarrar un palo. Soy enfermo del trabajo, y fuera de eso está la familia”.
Admira a. “René Favaloro y al papa Francisco, a quien tuve el orgullo de conocer”.
El grupo. Sancor Seguros, Prevención ART, Prevención Salud, Prevención Retiro, Banco del Sol, Sancor Seguros Real Estate, Cites, Sancor Seguros Ventures, Sancor Seguros Impulsa, Fundación Grupo Sancor Seguros.
Facturación anual. U$S 2.200 millones (a marzo 2025).
Pólizas. 2,9 millones repartidas en 9,3 millones de asegurados.
Empleados. Son 3.300 directos y alrededor de 25 mil indirectos.
Cartera. Seguros patrimoniales (44%), riesgos (44%), personas (9%) y agro (3%).
Teléfono. (03493) 42-8500.
E-mail. info@sancorseguros.com