En el año 2017 ya se rumoreaba que la planta de Sancor en Brinkmann iba a cerrar. Ante esto, los empleados, preocupados por sus fuentes de trabajo, decidieron armar una cooperativa láctea para subsistir. Así es como nace La Nueva Esperanza.
La cooperativa se conformó de manera legal el 20 de junio de 2018, con 14 exempleados de Sancor y familiares. Los inicios fueron cubiertos con recursos propios y con créditos personales, hasta que consiguieron un microcrédito de la Provincia con el cual pudieron comprar maquinaria para reactivar la producción.
Muchos de los que comenzaron la asociación optaron por nuevos trabajos y dejaron a sus hijos en la cooperativa. Hoy los empleados son 12 y hay un promedio de edad de 25 años.
Más allá de la adversidad
Tras un año de preparación, en febrero de 2019 comenzaron a producir quesos blandos, semiduros y duros. “Empezamos procesando cinco mil litros de leche semanales y hoy estamos procesando 15 mil litros por día”, cuenta Walter Medina, encargado de ventas mayoristas y el único exempleado de Sancor que hoy trabaja en la cooperativa.
El camino para llegar hasta acá no fue fácil. “La realidad es que a nosotros no nos conocía nadie, y cuando íbamos a hablar a los productores, nos miraban con desconfianza”, explica Medina.
“Fue difícil conseguir leche. Pero la peleamos y conseguimos productores que dejaron empresas grandes para venirse con nosotros. Así nos fuimos insertando en el mercado”, continúa.
Además de contar con una proveeduría en la fábrica para vender sus quesos a los vecinos de Brinkmann, La Nueva Esperanza abastece a algunas localidades de la zona y llega a algunas provincias. Su principal mercado es Clorinda, en Formosa, adonde envían cinco mil kilos semanales de muzzarella.
Por otra parte, a La Rioja envían un surtido de queso cremoso, en barra, muzzarella y sardo. Y en Santa Fe cuentan con un cliente fijo desde el surgimiento de la cooperativa, al que le venden 1.500 kilos semanales de quesos.
El 60% de la producción total es destinado a estas tres provincias, cuenta Medina.
Dos plantas
Con tan sólo tres años en funcionamiento, la asociación adquirió una planta láctea en Seeber que tiene capacidad para procesar 50 mil litros diarios de leche y en la cual van a montar una línea de producción de quesos duros y semiduros.
“Esto es producto de un acuerdo con la Municipalidad de Seeber. La idea es ponerla en marcha en marzo o abril. Ahora la estamos acondicionando”, detalla Walter Medina.
Para llevar adelante el proyecto, la cooperativa fue adjudicada con un aporte no reintegrable de $ 35.000.000 para comprar toda la maquinaria necesaria que funcionará en Seeber y además renovar la de Brinkmann. El dinero es aportado por la Subsecretaria de Pequeños y Medianos Productores de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.
“Esto nos va a permitir tecnificar una planta y poner en marcha otra. Todavía no se hizo el desembolso, pero esperamos que los primeros días de febrero se haga”, cuenta.
Proyecciones
Uno de los principales objetivos de La Nueva Esperanza es renovar su maquinaria actual, ya que se encuentra en su límite de vida útil. “La idea es comprar una caldera de gas, hoy tenemos una de leña. También, una envasadora que en una hora pasa 300 hormas; la que tenemos ahora hace dos quesos en un minuto”, dice Medina.
Por otra parte, la proveeduría que tienen en Brinkmann es muy importante para su clientela local, por lo que están en busca de financiamiento para equiparla adecuadamente y darse a conocer más en la zona.
“Queremos promocionar el precio del queso directo de fábrica, ya que nadie vende el queso más barato que nosotros porque no tenemos intermediarios. También queremos promocionar lo que hacemos en otras cooperativas de la región o de la provincia”, expresa.
