Lo que comenzó como una estrategia sencilla de venta de indumentaria en Instagram por parte de Priscila Rojas (23), emprendedora de Rosario dueña de la marca Cofco.Shoes, se transformó en un caso de estudio sobre viralidad y comportamiento social en redes.
Sus videos, destinados a promocionar ropa femenina, generaron una ola imparable de comentarios disparatados (y respetuosos) de parte de un público predominantemente masculino.
Este movimiento espontáneo no solo posicionó la marca, sino que dio origen a una comunidad paralela, “La Cofconeta”, que hoy cuenta con más de 165.000 seguidores. La visibilidad obtenida por la marca equivale, según expertos, a una campaña de gran escala, pero sin gastar un peso en publicidad.
El origen involuntario del boom algorítmico
Priscila Rojas, quien empezó a publicar videos como modelo de su propia indumentaria, notó que en febrero, uno de sus tantos videos agitó el avispero y se llenó de comentarios que “nada tenían que ver con lo que ella mostraba”.
La dueña de Cofco es una joven emprendedora que aparece en sus posteos con un enfoque profesional y que, dicho sea de paso, tiene un fuerte parecido a Eugenia “la China” Suárez.
El algoritmo de Instagram, al detectar el alto nivel de interacción (me gusta y comentarios) de un público masculino, comenzó a redirigir el contenido de Priscila hacia ese segmento. Este crecimiento fue rápido y explosivo.
Priscila, en una entrevista con La Voz En Vivo, admitió que la magnitud del fenómeno la excedió, y que el origen fue totalmente inesperado.
“Ni sé cómo empezó todo”, contó Rojas al streaming de La Voz. “Es una locura”.
El nacimiento de “La Cofconeta”: un foro de respeto único
La interacción de los internautas varones fue tan masiva que en mayo se fundó la cuenta paralela “La Cofconeta”. Los seguidores de Cofco Shoes, a quienes Priscila se refiere como “tribu”, la bautizaron con títulos de inmenso respeto, como “reina”, “musa”, “comandante” o “soberana”. Incluso con IA recrearon videos de Priscila.

Lo particular de esta comunidad es que, lejos de ser un foro de contenido sexual o inapropiado —lo que suele suceder en redes—, se convirtió en un espacio de humor, ingenio y camaradería. Los comentarios son ingeniosos y totalmente ajenos a la moda que se promociona: “El locro estuvo espectacular, que se repita muchachos”, “Hoy me sacaron una muela, estoy bien”, “Vendo paragolpes delantero de Fiat Siena, original, sólo hay que pintar” o “Daniel sé que estás acá, devolveme la escalera”.
La Cofconeta se define como “una fuerza silenciosa de hermanos que colaboramos con la Reina“.

Priscila Rojas: de la molestia inicial al marketing brillante
Cuando el fenómeno comenzó, Priscila admite que tuvo sensaciones encontradas. La joven reveló su reacción inicial: “Al principio me molestaba porque digo ‘¿Qué onda te da esa gente que comenta todas estas boludeces?’”. Sin embargo, la emprendedora rápidamente entendió el potencial y el tono de la comunidad.
“Después como que me empecé empecé a meterme en el papel de lo que la misma gente comentaba, lo tomé y fue gracioso”, explicó Rojas.
Este foro digital, que funciona casi como un marketplace no oficial, ha servido incluso para promocionar otros emprendimientos. Priscila destacó el beneficio de la interacción: “Se han hecho amistades venden cosas por ahí ha ayudado mucha gente que tiene quizás emprendimientos más chicos”.
A pesar de la alta exposición y las propuestas que le han llegado, Priscila mantiene su enfoque en su negocio principal. Consultada sobre el equilibrio entre ser influencer y dueña de un local, subrayó: “Mi prioridad nunca deja de ser el local”.
Sobre la autogestión de la comunidad, Priscila afirmó que el respeto es la norma general y que la moderación es ejercida por los mismos seguidores. Ella solo bloquea a aquellos que “se desubicaron totalmente por privado”. El resto, “los mismos que pertenecen a la comunidad -por así decirlo- saben cuáles son las cosas que van y cuáles no así que se ubican entre ellos y no molestan”.

Impacto en el negocio y planes de expansión
El impacto de la “Cofconeta” fue directo en las ventas y el crecimiento de la marca. Cofco multiplicó sus seguidores por miles y el movimiento generado permitió a Priscila abrir, recientemente, un segundo local en Rosario, sobre avenida Córdoba.
La marca incluso incorporó, por un tiempo, ropa de hombre y venta on line debido a la gran cantidad de seguidores varones. Sobre sus planes futuros, Priscila indicó que busca expandirse aún más: “Mis planes a futuro es tener un mayorista... y después si puedo abrirme otra tercera sucursal acá en la ciudad de Rosario en lo que es la zona sur”. Incluso no descarta más adelante poner un local en Buenos Aires y Córdoba.

El fenómeno ha sido tan notable que seguidores planifican eventos en su honor, como “La fiesta Cofco” en Mendoza. Priscila, que se mostró sorprendida por la fama inesperada (llegando a experimentar que le pidan fotos en la calle), o incluso con grupos de jóvenes que se hacen tomas para Instagram frente a su local.
Rojas concluyó que el éxito de esta movida se debió precisamente a su naturaleza espontánea: “Yo no lo busqué, acá hubo algo muy fuerte que surgió muy de la nada. Si lo hubiese buscado creo que no salía así”.
