Durante los últimos años, las jubilaciones mínimas —que representan a más de la mitad de los jubilados nacionales— fueron perdiendo terreno frente a la inflación. Entre 2020 y mediados de 2023, el haber mínimo sin incluir bonos pasó de aproximadamente $ 450 mil a $ 367 mil en valores a precios de hoy, lo que representa una pérdida real del 18%.

Esta caída, que al principio fue paulatina, se profundizó bruscamente en el segundo semestre de 2023 al caer el haber a los $ 265 mil. En solo un semestre se acumuló otra caída de 28%.
El deterioro continuó durante los primeros meses del año siguiente y tocó su piso en febrero de 2024, cuando el haber llegó a $ 194 mil. Frente a esta situación, y en el marco de un plan de reducción del déficit por parte del actual gobierno nacional, se implementó una nueva fórmula de movilidad que ajusta los haberes mensualmente en función de la variación en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de dos meses atrás. Y a su vez se definió congelar el bono de $ 70 mil para los haberes más bajos.
Desde entonces, las cifras comenzaron a estabilizarse, y a finales del primer semestre de 2025, el haber mínimo llegó a $ 305 mil. En términos reales, esto implicó una mejora del 15% respecto a fines de 2023. A pesar de este alivio parcial, el poder de compra continúa lejos de los niveles de ese año (hoy es un 17% menor). Cabe destacar que si se toman en cuenta los valores con bono, la caída aún es del 16%.
Cómo fue la situación en Córdoba
En la provincia de Córdoba, aproximadamente 522 mil personas cobran una jubilación nacional, mientras que cerca de 113 mil lo hacen a través del sistema previsional provincial, reservado al sector público. A diferencia del régimen nacional, los haberes siguen otra fórmula de movilidad y se actualizan en función de la evolución de los salarios del personal en actividad.
En el segundo semestre de 2023 las jubilaciones de la Caja provincial también sintieron el impacto de la inflación, pero cayeron un 15%, un valor menor que la mínima nacional.
A partir de 2024, las jubilaciones provinciales también comenzaron un proceso de recomposición, que llega a 14% hasta junio de 2025. Y aunque permitió compensar buena parte de la caída sufrida en 2023, no logra alcanzar plenamente los niveles previos a 2023.
En junio de 2023 la jubilación promedio era de $ 1.490.000 a precios actuales, mientras que la de junio de 2025 se ubica en $ 1.440.000 millones. La diferencia es de 3%. Más chica que la diferencia nacional, pero aún en caída.

La urgencia de una reforma previsional
La desaceleración inflacionaria lograda en los últimos meses estuvo sustentada en gran parte en una fuerte reducción del gasto público. Y dentro de ese ajuste, las partidas previsionales representaron un gran porcentaje. En consecuencia, para hacer sostenible el superávit fiscal es necesario ordenar el sistema previsional.
La implementación de una fórmula de movilidad basada en el IPC ayudó a evitar mayores pérdidas, pero no alcanzó para recuperar el terreno perdido. La movilidad no es el instrumento para licuar ni para mejorar las jubilaciones, sino que para ello se necesita una reforma previsional integral.
Entre los pilares necesarios se destaca la progresiva convergencia hacia un único régimen, eliminando privilegios y un esquema que premie a quienes aportan más tiempo. De esta manera podrá asegurarse que mejore la viabilidad financiera del sistema, respetando la equidad en el otorgamiento de beneficios y que los haberes no sigan cayendo como en los últimos años.
* Economista de Idesa.