En la actualidad la inflación es la principal variable económica monitoreada por el Gobierno y por la sociedad. Luego que las variaciones de precios mensuales pasaron de niveles cercanos al 7% al 5% en el último bimestre, el Gobierno respiró por no haber alcanzado oficialmente un índice de inflación de tres dígitos. Pero la realidad es que esto se logró en gran medida por el diferimiento en aumentos de precios regulados, que se postergaron para el primer trimestre de 2023.
El aumento interanual en el nivel general de los precios durante 2022 fue de casi 95%, pero con precios estacionales creciendo al 134% y regulados al 86%.
Esta dispersión de casi 50 puntos porcentuales entre precios estacionales y regulados por el gobierno ilustra dos realidades: los precios más libres de la economía superan el 100% desde hace cinco meses, pero el Gobierno utiliza a los precios regulados como factor de corrección que amortigua la aceleración.
¿Cómo han variado los precios de los diferentes rubros que componen al IPC?
- Los que aumentaron más que el promedio: dos divisiones aumentaron considerablemente por encima de la inflación, recomponiendo sus precios en términos reales. Se trata de las prendas de vestir y calzado (+121%) y restaurantes y hoteles (+109%).
- El sector de indumentaria aumentó por encima de la inflación desde abril de 2020, buscando recomponer los márgenes de ganancia y en una economía restrictiva respecto a las importaciones. El caso de restaurantes y hoteles es algo diferente, ya que recién pudieron actualizarse luego del fin de la pandemia y la vuelta a la normalidad.
- Los que empataron: a grandes rasgos, hay cinco rubros que incrementaron sus precios cercanos al promedio general. En este grupo encontramos a bienes y servicios varios (+98%), equipamiento y mantenimiento del hogar (+97%), alimentos y bebidas no alcohólicas (+95%), que se ubicaron ligeramente por arriba de la inflación; y bebidas alcohólicas y tabaco (+93%) y salud (+91%), que se encontraron apenas por debajo.
- Los que aumentaron por debajo del promedio: los rubros que no pudieron aumentar sus precios a la par de la inflación son aquellos que se encuentran en general regulados por el gobierno. Aquí encontramos a la educación (+86%), transporte (+86%), recreación y cultura (+83%), vivienda, agua, electricidad y gas (+80%) y comunicación (+68%).
Lo ilustrado previamente da cuenta que el problema de la inflación actual no está solo en el dato general, sino también en la elevada dispersión que hay entre diferentes sectores de la economía. Los precios son lisa y llanamente señales. Si estas señales no funcionan bien, no pueden asignarse los recursos de manera correcta.
La seriedad del asunto es que mientras más pasa el tiempo, más se acumulan estas distorsiones. Esto explica que, en algunos lugares del país, hoy un almuerzo para una persona en cualquier restaurante típico es más caro que el gasto mensual en electricidad de una familia entera, o que en algunos casos un par de zapatillas cuesten lo mismo que un alquiler mensual.
Para resolver el problema de la inflación en Argentina no sólo hay que considerar el fenómeno macroeconómico general en donde todos los precios suben, sino también entender que mientras más se acentúe la política de ficticiamente abaratar algunos precios de la economía, más costosa para la sociedad será la tarea de reconstruir precios relativos.
* Economista de Idesa
