La Justicia emplazó a la histórica cadena de electrodomésticos Garbarino, fundada por los hermanos Daniel y Omar Garbarino en 1951, para que encuentre un potencial comprador ya que, de lo contrario, decretará la quiebra.
La firma, que desde junio de 2020 pertenece al empresario Carlos Rosales, en ese entonces dueño de la aseguradora Prof y protesorero del club de fútbol San Lorenzo, intentó sumar interesados como posibles inversores –entre ellos, el fondo Inverlat, dueño de Havanna–, pero fracasó y la Justicia le dio cinco días para que encuentre un potencial comprador.
Cerró, incluso, su empresa de viajes.
Problemas para Garbarino
De lo contrario, decretará otra vez su quiebra, según publicó el diario Clarín. El juzgado ya lo hizo a mediados de abril, pero la empresa logró levantarla, depositando parte de la deuda reclamada por los acreedores.
La compañía está concursada desde noviembre de 2021. Llegó a tener más de 200 sucursales y 4.500 empleados. En su sitio web, actualmente, aparecen operativos solo cinco locales, ubicados en Belgrano, Almagro, San Nicolás, Morón y Avellaneda.
Tampoco funciona el centro logístico de La Tablada, donde trabajaban alrededor de 200 empleados adheridos al Sindicato de Camioneros. Solo quedó en funcionamiento un depósito en Garín, de 2.500 metros cuadrados.
Del expediente judicial se desprende que sus ventas brutas en sucursales totalizan los $ 3 millones mensuales, mientras que por online facturó $ 5,6 millones. Su stock no llega a 2.000 unidades.
Según la Central de Deudores del Banco Central, acumula 1.989 cheques rechazados correspondientes a 2021 y 2022 por una cifra que supera los $ 11 millones.