- La firma anunció el cierre de sus locales en Córdoba
- en Mendoza y en San Juan. Sólo quedan tres en el país.
- Cómo es la propuesta a 176 personas en Córdoba para el retiro voluntario.
- Sodimac sigue funcionando porque hay tres interesados en su operación local.
- En el último año
- el sector comercial perdió en Córdoba más de tres mil empleado
Falabella aceleró su proceso de cierre y salida del país, ante la falta de un comprador interesado en quedarse con sus tiendas y por las dificultades crecientes para importar artículos de consumo.
Este lunes a primera hora, la compañía informó la situación a sus empleados y luego envió un comunicado a los medios. En 60 días cerrará las sucursales de Córdoba, de Mendoza y de San Juan, lo que afecta a unos 365 puestos de trabajo.
La tienda, ubicada en dos plantas de Nuevocentro Shopping, arrancó hace 24 años y cerrará el 31 de marzo próximo.
Según la Asociación Gremial de Empleados de Comercio de Córdoba (Agec), las 176 personas que trabajan allí recibirán una propuesta de retiro voluntario que incluye la indemnización común, más un 21 por ciento y el pago de salarios hasta junio. En total, la cifra se acercaría a la doble indemnización recientemente renovada por el Gobierno.
Según comunicó la gerencia local al gremio, más allá de la caída generalizada del consumo por la pandemia de Covid-19, la principal razón de la salida del país de la cadena chilena es el cierre de las importaciones, que reduce el mix de productos que está acostumbrada a ofrecer a nivel regional.
Hasta el tercer trimestre de 2020, Falabella tenía operaciones en Chile, Argentina, Perú, Colombia, Uruguay, México y Brasil, con 93 mil empleados, 112 tiendas, y 15 marcas comerciales y financieras.
Desembarcó en Argentina en 1993 y llegó a tener 11 sucursales. El primer cierre fue a principios de 2019 en la ciudad de Buenos Aires. En septiembre de 2020 anunció un plan de achique y de venta de sus operaciones locales, tanto para Falabella como para Sodimac, y abrió retiros voluntarios.
Con los últimos anuncios, la cadena chilena se reducirá a tres locales: uno en la ciudad de Buenos Aires; otro en Martínez, provincia de Buenos Aires, y un tercero en Rosario, Santa Fe. Pero la continuidad de esas bocas también está en duda, ya que Falabella no consigue comprador, otra de las razones que explica la aceleración de su salida.
Sodimac, en cambio, mantiene seis sucursales en el país que trabajan todos los días, cuatro en el Área Metropolitana (Amba), una en Córdoba y otra en La Plata. Además, cuenta con otros dos locales en el Amba que atienden sólo de martes a domingo.
La cadena de materiales para la construcción y el hogar recibió tres ofertas. La puja está entre Inverlat, de los dueños de Havanna y de Fenoglio, entre otros; la cadena tucumana de materiales de construcción Bercomat, y José Manuel Ortiz Masllorens, uno de los socios del fondo Cono Sur Investments y que pasó por The Exxel Group en la década de 1990.
"Es un escenario complejo, en el que las cadenas internacionales están reduciendo sus estructuras; por suerte, el comercio pyme está tratando de sostenerse", señaló Pablo Chacón, secretario general de Agec.
Sorpresa en Nuevocentro
La noticia tomó por sorpresa a las autoridades Nuevocentro, también golpeado por la crítica situación que atraviesa el Sheraton Córdoba Hotel. De hecho, tanto Falabella como Sheraton pusieron un pie en Córdoba en 1997.
Falabella ocupa en el paseo comercial más de 10 mil metros cuadrados. La administración analiza ahora alternativas, como armar una "tienda blanca" con diferentes marcas de electrodomésticos, indumentaria y bazar, entre otras categorías, operadas cada una por una firma; o bien desarrollar una tienda premium con productos no perecederos.
La Cámara de Comercio de Córdoba no lo tomó con sorpresa. Según su presidente, José Viale, desde que comenzó la pandemia, a mediados de marzo del año pasado, el sector ya ha perdido más de 3.100 empleadores, de un total de 98 mil en la provincia, una cifra que incluye desde grandes empresas hasta negocios informales.
"El cierre de Falabella es la punta del iceberg, que se va agravando porque no se ven medidas en pos de una solución. Tenemos una macroeconomía desordenada, una presión fiscal que supera el 50 por ciento de lo que se vende, precios máximos, cierre de la importación para el consumo y una legislación laboral poco flexible", advierte.
