“Esta política económica no genera problemas, pero sí vuelve evidentes lo que ya existían en la economía argentina”, aclaró Olsvaldo Giordano, presidente del Ieral, instituto de investigaciones de la Fundación Mediterránea.
En el marco de un desayuno con periodistas, el economista y parte del equipo del instituto analizaron la coyuntura y presentaron la edición de junio de Novedades Económicas, la revista del think tank.
En la ocasión, Giordano dejó en claro que el Ieral apoya el rumbo económico que Javier Milei está imprimiendo a la economía argentina, pero advirtió que desde marzo se vislumbra una nueva fase que obliga a trabajar de manera urgente en hacer más competitivos a los sectores productivos.
“Ese mes, la recuperación en V que venía teniendo la economía entró en un alertargamiento. Se cortó la racha de 10 meses de crecimiento intermensual desestacionalizado y se registró una caída de 1,8%; importante. Eso muestra que ya se recuperó la caída de 2024 y ahora, con la inflación en baja, quedan en evidencia todos los problemas que arrastra nuestra economía; y sobre los que se debe trabajar ya”, analizó el ex ministro de Finanzas provincial.
Respecto de los precios, el Ieral da por sentado que la inflación seguirá retrocediendo porque es una prioridad del Gobierno. “En la segunda mitad del año estará en torno al 1%”, anticiparon.
En el terreno político esto significa que la gestión Milei llegará a las elecciones de octubre con ese logro y, en el análisis del Ieral, con un estado de la economía muy similar al actual: desempeño muy heterogéneo entre sectores y del consumo, con algunas actividades en crecimiento y la mayoría rezagadas. Algo así como ‘aguantando pero en un contexto de estabilidad’, esto es, en mejor situación relativa que la de fines de 2023. Panorama nada malo para las expectativas de éxito electoral oficial.
U$S10.000 millones se irán por turismo
Los “problemas” de la economía argentina que quedan expuestos al correrse el velo de la inflación se sintetizan en dos palabras: baja competitividad. “La competitividad de la economía, medida por la productividad laboral, se encuentra en el piso de los últimos 15 años, siendo un lastre para la continuidad de la recuperación, tanto de la rentabilidad empresarial como del empleo y los salarios reales”, destacan desde el Ieral.

“Vemos que los empresarios buscan ganar eficiencia de manera urgente”, dijo Giordano al describir la situación puertas dentro de las empresas. Puertas afuera, lo que se impone es la agenda de reformas pendientes: tributaria y fiscal, laboral y previsional. En una mirada compartida con otros sectores, el titular del Ieral especuló con que el Gobierno buscará motorizarlas apenas sortee el turno electoral. “Los gobernadores ya están dando señales positivas y la Nación también al reactivar el Pacto de Mayo”, dijo, dando cierta chance a la posibilidad de acuerdos que viabilicen esos cambios estructurales.
Sin embargo, los tiempos son clave: mientras que cualquier reforma estructural requirará de un complejo consenso político y de tiempo; la “vulnerabilidad productiva” de Argentina se siente hoy de manera creciente, a medida que el Gobierno avanza en abrir la economía.
“El turismo es un sector que está anticipando el problema de competitividad que tiene el país. Sus precios quedaron muy por cenima de los externos y por eso el emisivo está marcando récords”, apuntó Marcos Cohen Arazi, economista del Ieral. Según dijo, la salida de argentinos al exterior en el primer trimestre de 2025 implicó una fuga de al menos U$S 4.000 millones; con un déficit (descontanto lo ingresado al país por la misma actividad) de U$S 3.000 millones. “Estimamos que la salida total de dólares por turismo este año será de unos U$S 10.000″, agregó.
En la mirada del instituto, la vía de corrección de estos desequilibrios no pasa por el tipo de cambio (una devaluación), sino por el más arduo pero sostenible camino de la competitividad.
Brasil, de socio a pesadilla: déficit superior a U$S 5.000
Si el turismo hizo punta marcando bandera roja ahora, en la medida en que la Nación avanza facilitando importaciones, es la industria (y ciertos sectores dentro de ella) la que empieza a sentir el peso de competir con la mochila del “costo argentino”.

“El problema empieza a manifestarse en relación a Brasil. El desequilibrio que muestra nuestra balanza comercial con ese socio anticipa lo que sucederá a nivel general”, alertó Giordano.
Una análisis al respecto realizado por Jorge Vasconcelos, economista del instituto, aporta números contundentes: en el acumulado de los primeros cinco meses de 2025, las importaciones argentinas de origen brasileño se incrementaron un 50%, mientras que las exportaciones a ese país mostraron variación cero en igual período.
Los datos de mayo muestran que esa brecha de 50 puntos porcentuales entre la variación de las importaciones y la de las exportaciones se amplió 63 puntos, haciendo que las proyecciones del Ieral de un déficit de U$S 5 mil millones de dólares en el comercio bilateral de 2025 con el vecino país necesiten ser revisadas al alza.