Apasionado de niño por la tecnología, los robots y los videojuegos, Matías Bonfigli, cordobés y domiciliado en Villa Allende, descubrió más tarde que su verdadera vocación pasaba por mejorar los procesos empresariales.
Para eso se propuso ayudar a las compañías a automatizar tareas que hasta hace poco se creía que solo podían ser realizadas por personas.
Para lograr su objetivo creó Victoria, un sistema de agentes de inteligencia artificial que es capaz de realizar labores en las empresas de manera completa.
El modelo de negocio se basa en conocer las necesidades reales del cliente para automatizar en forma personalizada áreas como Ventas, Compras, Administración y Contabilidad.
Además, se incluyen otras herramientas como integración de CRM (Gestión de Relación con el Cliente, por su sigla en inglés), herramientas de ERP (Planificación de Recursos Empresariales), generación de reportes, paneles de pedidos y carga automática de facturas con actualización instantánea de stock y precios; esto último mediante la vinculación correspondiente al ERP de la empresa.
La propuesta se basa en combinar las funcionalidades ya disponibles del sistema con desarrollos a medida, según los requerimientos específicos de cada organización.
“Lo que buscamos es que el sistema se adapte a la empresa, no la empresa al sistema; por eso, si una función no existe, se desarrolla y se integra para asegurar que la solución tecnológica responda a las necesidades y procesos de cada cliente”, señaló el emprendedor.
Después de empezar a programar a los 13 años, Bonfigli amplió su formación a través de cursos especializados. Con el correr del tiempo, y al terminar la secundaria, decidió estudiar Administración de Empresas, carrera que prosigue actualmente.
Su idea es adquirir conocimientos acabados sobre impuestos, contabilidad y procesos productivos de manera de poder luego aplicarlos en la plataforma, con el objetivo de ayudar a las compañías a optimizar sus procesos.
“Yo puedo saber mucho de software, pero si no entiendo cómo funcionan las empresas y cuáles son sus necesidades, nunca las voy a poder ayudar”, manifestó Bonfigli.
Integración de sistemas
Según contó, Victoria se integra al sistema que toda empresa posee en su proceso de gestión.
De este modo, el cliente puede realizar pedidos a la plataforma a través de diferentes canales, como WhatsApp, Instagram, Facebook o incluso llamadas telefónicas. En cada uno de estos medios la solicitud puede enviarse mediante mensajes de texto, de audio o imágenes. Al mismo tiempo, el sistema se auto entrena y aprende de cada interacción.
Una vez que se realiza la integración con los procesos de la empresa, “nosotros pasamos a hacer la creación de la cuenta, la activación de los servicios que nos pidieron y el entrenamiento del agente de IA, más los desarrollos a medida en caso de que sea necesario”, relató el creador de Victoria.
Bonfigli amplió que “con Victoria no buscamos una solución en la cual el cliente tenga que entrar a un administrador y poseer conocimientos técnicos para personalizarlo. Por el contrario, aprovechamos la IA y todo se gestiona vía WhatsApp para crear reportes, modificaciones o información, siempre alineados a las necesidades de la empresa”.
La idea de Victoria surgió cuando su creador, en momentos en que trabajaba para una compañía, se dio cuenta de que esa firma perdía muchos clientes porque el área de Ventas no daba abasto con todas las consultas.
Fue entonces que Bonfigli comenzó a programar su solución tecnológica y la ofreció a la empresa. “Los vendedores pasaron de tener 200 consultas diarias cada uno a tener 10 ya filtradas, sabiendo qué quería el cliente, dónde lo quería, quién era y cuánto estaba dispuesto a pagar”, señaló.
Por otra parte, destacó que otras soluciones tienden a concentrarse solamente en contactar a un cliente para que luego el vendedor culmine el proceso. En el caso de Victoria, de acuerdo a Bonfigli, la plataforma arma el pedido, desarrolla la orden de compra, realiza el cobro y completa todo el camino, sin dejar afuera ninguna etapa.
Asimismo, el creador de Victoria o un partner de ventas acompaña a la empresa interesada en todo el proceso de implementación de la solución.
En vías de expansión
Hoy por hoy, Victoria trabaja con 15 empresas cordobesas o de otro origen, pero con sede en esta provincia.
El feedback de los clientes “ha sido muy positivo y las compañías están muy conformes con la posibilidad de mejorar la calidad de atención y de otorgarle a la gente de Ventas un rol más activo”, afirmó Bonfigli.
Asimismo, adelantó que la empresa se encuentra en busca de inversiones para continuar con su plan de expansión y que está próxima a asociarse con una compañía que va a cumplir el rol de inversionista, financiando un desarrollo de grandes proporciones.
Mientras tanto, el emprendedor resaltó que apenas se conoce un nuevo avance en materia de inteligencia artificial el sistema de Victoria es puesto al día, siempre y cuando se trate de procesos que les resulten útiles a las empresas.
“Todo lo que es datos, modelos nuevos, tecnología, velocidad, optimización y seguridad, siempre estamos al día”, insistió.
Confidencialidad y seguridad
Al trabajar con información interna de las empresas, éstas necesitan que Victoria les garantice la confidencialidad y seguridad de los datos que se manejan.
Por ello, la información que procesa la plataforma se encuentra en un servidor propio que brinda la protección y control de todo lo que se integra al sistema.
“Los servidores nuestros están tecnológicamente blindados y no hay ningún lugar en donde esté expuesta la información. La tecnología se mantiene al día, está todo encriptado, con contraseñas y con decenas de capas de seguridad. Es técnicamente imposible acceder a un servidor de Victoria”, aseguró su creador.
Por otro lado, Bonfigli ponderó la autonomía de todo el sistema. “El hecho es que simplemente se da la orden y Victoria queda trabajando siempre, las 24 horas los 365 días del año, sin pausa. Esto es lo que más valoran las empresas”, aseguró.
A la vez, el emprendimiento pone mucho énfasis en el servicio postventa. “Yo sé cómo es que un cliente se vaya en cuestión de segundos por una mala atención postventa. El producto, la venta y la experiencia con el producto pueden ser excelentes, pero si no hay respuesta a una inquietud postventa, el cliente se va”, concluyó el emprendedor.