“Tenemos un régimen tributario que oculta sistemáticamente los impuestos”. La frase corresponde a Matías Olivero Vila, abogado, contador y presidente de Lógica, una organización civil que busca generar conciencia tributaria en la población.
A diferencia de otros países, en Argentina un artículo de la ley del Impuesto al Valor Agregado (IVA) prohíbe mostrar este impuesto al consumidor final. Es decir, en el ticket de compra vemos el precio total, pero el 21% del IVA (o 10,5% en algunos productos) está “escondido”.
Campeones del mundo en presión impositiva
Según un informe del Departamento de Política Tributaria de la Unión Industrial Argentina (UIA), la presión fiscal general, de los tres niveles del Estado, llega en Argentina al 29% del producto interno bruto (PIB).
Esto puede no parecer mucho porque estamos en el 10° puesto de un grupo de países relevantes. Pero la cosa cambia cuando se considera la presión fiscal sobre el sector formal.
Como Argentina tiene un alto nivel de economía en negro (un 45%, según diversos cálculos), “la presión fiscal está licuada y parece normal”.
El estudio de la UIA depura estos datos y allí “Argentina rompe el termómetro” y pasa al primer puesto, con un 50,7% de carga tributaria sobre la economía “en blanco”, por delante de Brasil.
“Tenemos los impuestos más altos del mundo, la tercera inflación más alta del mundo y el 10° riesgo país del mundo. Allí vemos que somos campeones en las tres formas de financiar un gasto público que se duplicó en 20 años: impuestos, deuda e inflación. Somos el único país, junto con Venezuela, que estamos en el top 10 de los tres rankings”, remarca el tributarista.
Cuánto impuesto se esconde en los precios
Olivero Vila recuerda que análisis del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), la Fundación proteger y otras instituciones señalan que los alimentos en góndola tienen un 42% de impuestos; las bebidas, un 48%; la indumentaria, más del 50%; los autos, un 50%; los celulares, más del 60%.
“En promedio, cada vez que consumimos un producto, le estamos pagando uno al vendedor y otro al Estado”, advierte.
Esos porcentajes no sólo alcanzan al IVA que cobra la Nación, sino que los valores en la góndola también incluyen impuestos como Ingresos Brutos (provincial), tasas municipales, impuestos internos, impuesto al cheque y ahora también el impuesto País. Y gran parte de ellos “se aplican sobre el mismo importe que ya está gravado por el IVA”.
A esto hay que sumarle también el Impuesto a las Ganancias que pagan las empresas.
“El problema no es que nos cueste entender los impuestos, sino que mientras en otros países la gente ve los impuestos en el ticket, discriminado, aquí se los esconde detrás del vendedor, pero al final del día se trasladan a los precios que paga el consumidor”, subraya.
Y agrega: “La gente no tiene la menor idea de esto, se llega a un 40% o un 50% en el precio que tienen que pagar todos los argentinos, incluyendo los 18 millones de personas que están bajo la línea de pobreza”.
Cómo tomar conciencia: un pequeño paso para un gran cambio
Para quitar el velo que oculta los impuestos a los consumidores (que son quienes votan), Lógica propone una medida muy concreta y que fue implementada con éxito en Brasil.
“Proponemos una ley de transparencia fiscal al consumidor, solamente obligando a que todos los impuestos que impacten en el precio de los productos se visibilicen en el ticket o la factura”, explica.
Esto incluiría, no sólo el IVA, sino también los otros impuestos que se aplican a nivel nacional, provincial y municipal.
Según el especialista, en Brasil se implementó y produjo efectos “al día siguiente”.
El impacto sería que “la gente sabría los impuestos que está pagando” y eso generaría tres cosas:
A. Pedir que se bajen los impuestos porque se dan cuenta que son muy altos. “En Brasil pasó con el combustible”.
B. Exigir servicios acordes con los tributos que se están pagando.
C. Preocuparse por el gasto público porque “la gente se da cuenta de que el financiamiento de estos gastos sale de su bolsillo”.
Además de presentar la propuesta a los legisladores, difundirlas entre entidades empresarias y al público, Lógica tiene una petición en Change y está con una campaña en vía pública para generar conciencia en la población sobre este tema.
