La historia de Daniela López –Dadatina, para todo el mundo– cruza dos universos en fuerte expansión en Argentina y en el mundo: el de los influencers y el del skincare, o cuidado de la piel.
El primero de esos mundos incluye a una verdadera legión de personas de todas las edades que, mediante generación de contenido en las redes sociales, buscan sumar seguidores y hacer de esa tarea un medio de vida.
Allí, el caso de Dadatina integra un gran seleccionado de “exitosos”: desde 2020 y de manera veloz, la joven –que se formó y trabajó años como instrumentadora quirúrgica especializada en ortopedia y en traumatología– logró constituirse en una referencia en cosmética: hoy es epicentro de una comunidad que supera en Instagram los 708 mil seguidores y en YouTube, los 154.000 suscriptores. En paralelo y con agudos reflejos, logró desarrollar su propia línea de cuidado de la piel con un socio estratégico: lo encontró en el laboratorio nacional VMP, dueño de la marca ACF. La línea ACF by Dadatina tuvo tal éxito que implicó un salto de desarrollo impensado para esa pyme.
Su producto debut, el sérum humectante Balance con niacinamida (hoy a $ 8.400) lleva vendidas 581.559 unidades en tres años, incluyendo 239.643 bajo el modelo refill (repuesto para el envase original), un mecanismo que permitió ahorrar 48.355 kilos de material desechable.
La visión de Dadatina implicó apostar, desde el mundo de las redes y de manera temprana, al avance del skincare, o interés en el cuidado de la piel, una tendencia que avanzaba en el mundo y que en Argentina explotó durante el encierro de la pandemia.
La movida implica una dedicación creciente entre las mujeres y un número en ascenso de hombres en incorporar rutinas cotidianas y productos para proteger la piel, mejorar su aspecto y demorar su envejecimiento. Algunos rasgos novedosos de la tendencia son la fuerte participación de los jóvenes (incluso preadolescentes), el enfoque de cuidado desde la salud más que sólo desde la belleza y el crecimiento en la oferta de marcas nacionales de cosmética que estimula.
Según estadísticas de Fortune, el mercado de la cosmética mundial moverá en 2023 más de U$S 313 mil millones, y la categoría de mayor peso en él es, justamente, “skincare”: 35%. La previsión es que esa cifra crezca año a año de la mano de la tendencia antes citada.
En ese avance, las redes sociales y figuras como Dadatina son claves: miles de personas las siguen para aprender rutinas de cuidado, descubrir productos y estar al tanto de novedades. Hay que diferenciar muy bien que no se trata de dermatólogos (aunque alguno puede probarse en el rol), sino de difusores de contenido que, bien realizado, complementa sin reemplazar lo que ofrece la medicina.
En ese sentido, López tuvo particular éxito por una combinación de carisma, claridad, responsabilidad, transparencia a la hora de brindar información y la vocación de pensar en recomendaciones para todos los bolsillos, empezando por los más flacos.
“Lo primero que hice fue el curso de cosmetología, una disciplina que siempre me gustó. Luego cursé capacitaciones en química cosmética, ingredientes naturales y biotecnología. Al día de hoy sigo aprendiendo y formándome de manera permanente”, explica Daniela López a La Voz.
La influencer dictará en Córdoba una masterclass de skincare el sábado 7, en Studio Theater, invitada por Tiendas Green, cadena local de productos naturales creada por Cristina Llorvandi.
Este comercio con sucursales en Dinosaurio Mall y en Nueva Córdoba fue el primer local físico en todo el país en vender la línea de productos de Dadatina y de ACF, y se anticipó así a un boom que hoy llega a 500 puntos de venta físicos en todo el país, además del canal digital y de lo que se exporta a Uruguay y a España.
“Tengo una larga relación con Tiendas Green porque fue la primera en confiar en mis productos, que además están alineados con los valores de la sustentabilidad, el no maltrato animal y lo vegano. En mi comunidad de seguidores, las cordobesas son el 5%, el segundo mayor grupo luego de Capital Federal y de Amba”, precisa López.
Encontrar al socio perfecto
El caso de Dadatina es interesante por el sólido negocio que pudo construir asociado a su perfil de influencer y por la alianza virtuosa que implicó para VMP, el laboratorio que el empresario Rodolfo Prieto creó en 2016, luego de vender la pyme familiar con la que llevaba décadas como proveedor de grandes marcas en el mercado de la cosmética (Natura, Avon, L´Oreal, etcétera).
Prieto buscaba llegar al consumidor de manera directa y con dos marcas propias (ACF y NIC, de pelo), y detectó en el trabajo promocional con influencers una oportunidad. Dadatina, que ya tenía la idea de asociarse a un laboratorio para crear productos, fue una de las primeras en probar y recomendar sus mascarillas, con lo que logró un impacto directo en ventas aún con un, por entonces, volumen mucho más acotado de seguidores.
–Hay miles y miles de “influencers”, pero pocos tienen la visión tan temprana de crear su marca. ¿Por qué vos la tenías?
–Antes de empezar con esto, trabajé para corporaciones, como Johnson & Johnson, y veía cómo era su visión: números, metas, planificación. Entonces al iniciar esto me dije: ‘Tiene que ser un trabajo del que pueda vivir, debo proyectar y tener un plan’. Rodolfo tenía todo el conocimiento que a mí me faltaba, así que fue un encuentro perfecto.
–La línea no paró de sumar productos. ¿Cuántos tiene hoy?
–Son más de 20. Tenemos cuatro líneas: la original, que es todo el cuidado básico de la piel; la línea Body Solutions, corporal; Camuflaje UV, de protectores solares, que lamentablemente hoy están agotados y no podemos reponer por falta de insumos importados, a excepción de uno, y la nueva línea Sensitive, pensada para pieles más sensibles. También hay productos bajo la marca NIC, de cuidado del cabello.
“Tenía la idea de desarrollar productos desde 2019, el problema era que no encontraba alguien que pudiera ayudarme. Yo no tenía los conocimientos financieros, los recursos, el laboratorio: sólo contaba con la idea del desarrollo. Desde ese año empecé a buscar laboratorio o marcas argentinas alineadas con lo que yo quería, productos veganos, sin alcohol ni fragancias, etcétera. Así me encontré con ACF, desarrollamos durante toda la pandemia y en agosto de 2020 salimos con el sérum Balance, que es aún hoy el producto más exitoso de toda la línea.
–¿Cuántos seguidores tenías cuando te acercaste a ellos?
–Muchos menos, 10 o 15 mil. Fue un gran voto de confianza de parte de la marca. Hicieron unas 10 mil unidades iniciales, pensando que iban a durar medio año y la verdad que se vendieron en cuatro horas, fue una sorpresa para todos. En el país no había ningún sérum con niacinamida, y, por todo lo que yo estaba viendo en el resto del mundo, era un ingrediente espectacular.
–¿Conocías de antemano a VMP, el laboratorio dueño de ACF, o fue una de tantas puertas que golpease?
–ACF es una marca argentina y el dueño y presidente, Rodolfo Prieto, es un genio de la cosmética, con 47 años en el rubro. Él se retiró de su empresa grande y puso esta pequeña, con equipos nacionales –tuvo la primera para elaborar mascarillas en el país–, como para estar más tranquilo, relajarse. Y después llegué yo y un poco lo revolucioné (risas). Sus mascarillas me encantaban, así entramos en contacto, les dije que quería hacer algo y así comenzamos.
–Con todo ese portafolio llegás a todo el país, ¿no?
–Totalmente, y exportamos a España y a Uruguay. Todo ese desarrollo lo hizo todo Rodolfo, es un experto y ya tenía todos los contactos. Tiendas Green fue la primera física en tener la marca, en octubre de 2020, así que estoy como superagradecida y siento que tenemos una relación muy linda. Hoy seguimos allí, claro, y en 500 puntos en todo el país: grandes cadenas de retails y farmacias.
–¿Cómo es en la práctica el trabajo con el laboratorio?
–En ACF hay un equipo espectacular de químicos y cosméticos que elaboran, pero los productos son idea mía, superviso cada detalle, cada muestra de laboratorio viene a mí. También estoy sobre el diseño, elijo el color, el olor. Absolutamente todo pasa por mí, porque lleva mi nombre. En lo comercial, recibo un porcentaje de las ventas.
–Como “influencer” sos muy exitosa y cerrás acuerdos con grandes marcas, como Nivea. ¿Tener tu propia línea no fricciona con esa labor de promoción de otros productos?
–No tengo problemas. Sigo teniendo contratos con las marcas, me consideran y estoy muy contenta porque mi cuenta es sobre la variedad. Me gusta reseñar muchos productos, porque lo que le funciona a una persona tal vez no a otra, o a su bolsillo. Además, en lo personal me encanta usar diferentes marcas. Las compañías lo entienden y les funciona tenerme en contrato, a pesar de que tengo productos que tal vez les compiten directamente.
–Si te pensás a vos misma como una pyme, ¿cuánto te aporta en facturación tu propia línea y cuánto, el trabajo con otras marcas?
–Un 90% viene de las ventas de mi línea y el 10%, del trabajo de influencer. Eso también me permite tener el privilegio de decir no a muchos acuerdos que me ofrecen, ser selectiva y no hacer acciones fuera de mi rubro, del cuidado de la piel y de la cosmética.
–Tu contenido tampoco se alimenta de tu vida personal, algo que es muy sano para dividir trabajo-privacidad. Todo un desafío para los “influencers”.
–Totalmente. A veces subo algo personal en historias, pero mi contenido es sobre el rubro que trabajo: cuidado de la piel, perfumería, maquillaje. Fue mi foco desde el día uno y la verdad es que me parece que es una buena manera de poder tener una vida aparte de la creación de contenido.
