Los bancos empiezan a ver con cierto optimismo que la Argentina, a partir de este año, empieza a recomponer sus niveles de consumo privado y de inversión.
Entre finales de 2024 y las primeras semanas de este año, se conocieron las proyecciones de dos bancos internacionales sobre los niveles de actividad y consumo en el país.
El HSBC, por ejemplo, estimó que, el año pasado, el consumo privado cerró el año 7,2% debajo de 2023, con el PIB cayendo 2,8% anual.
El banco con sede central en Londres proyectó para este año una expansión del 5,3% del consumo, en el marco de una economía creciendo al 5,2%. Para la entidad, no será el consumo el motor de la economía, sino más bien la inversión, que dará un salto del 9%, según sus estimaciones.
Incluso, para 2026, el HSBC pronosticó para Argentina que el consumo mantendrá su ritmo de avance, con otro salto del 5%, aun con la economía creciendo a una velocidad más moderada, ya que espera un salto de 4%. Para el año que viene, nuevamente espera que el motor sea la inversión, sobre la cual pronostica otro incremento, en este caso de 8% respecto de este año.
Al cierre del año pasado, otro banco dio a conocer pronósticos similares.
En este caso, el BBVA entendió que el año pasado el consumo había terminado 7,9% por debajo de 2023, con una economía cayendo 3,8%.
Para este año, el banco con sede central en Bilbao, España, entendió que el consumo dará un salto hacia arriba de 1,8%, con una economía creciendo 5,5% anual. Sus estudios le dan una preponderancia mucho mayor a la inversión, sobre la cual pronostican un salto de 14% anual.
La visión que tiene BBVA sobre Argentina en 2026 profundiza aún más en esta idea. Sobre una economía que crecerá 4,5%, el consumo subirá 2% anual y la inversión, 19,3% en comparación con 2025.
Incluso un banco que dejó la Argentina luego de la crisis de 2002, como es el caso del Scotiabank, está mirando de cerca los números de la economía, con ganas de volver. Aunque aclaró que por ahora no hay decisiones tomadas, Jabar Singh, CEO de Scotiabank Colpatria, hizo en Colombia a la agencia Bloomberg esta declaración: “Con este nuevo gobierno (en referencia a la administración Milei), hemos visto un flujo de capital a una proporción que no se veía antes; hay un prospecto, una proyección y un optimismo con el futuro de Argentina”.
Crecer desde abajo
Si la dinámica del crecimiento del consumo no es exponencial para este y para el próximo año, ¿qué alimenta el optimismo en los bancos?
A finales de 2023, la participación del crédito al sector privado en el PIB argentino era mínima, en torno al 5%, cuando en México y en Perú se ubicaba en 15% y en Brasil rondaba el 35%.
Con todos los problemas que tuvo el consumo durante 2024, ese porcentaje en Argentina llegó en noviembre a ubicarse en torno al 6%. Arrancó de niveles tan bajos que el crédito al sector privado tiene un escenario de crecimiento para los próximos años. De hecho, Javier Bolzico, presidente de la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba), proyectó al sitio de noticias Infobae que, como mínimo, los préstamos en los próximos años deben llegar por lo menos al 20%.
La economía en 2024 cortó dos fenómenos que desalentaron el crédito al sector privado. Por un lado, a mediados del año pasado, el Gobierno terminó con el mecanismo de emitir pesos para remunerar pasivos del sector público; ahora, la banca debe salir a prestar al sector privado. Por el otro, redujo la inflación a 117,8% interanual en diciembre, casi la mitad que en igual mes de 2023, y la estimación es que en enero la economía volverá a tener una inflación interanual de dos dígitos.
¿Qué espera la banca privada para dar un mayor impulso al consumo y a la inversión? Que el Gobierno flexibilice aún más los controles cambiarios y la consolidación de la recuperación de la actividad, factores que aguarda para este primer trimestre del año.
